Tras el nuevo round que tuvo la pelea entre el grupo Techint y el gobierno de Córdoba por la licitación del gasoducto provincial, a partir de la dura carta que le envió el ministro de Industria provincial, Roberto Avalle, al titular de la UIA, Adrián Kaufmann, la central industrial ratificó ayer su defensa de la industria nacional.

Mediante un comunicado, y luego del encuentro del comité ejecutivo de la entidad, la institución reafirmó la importancia que tienen los proyectos de infraestructura para el desarrollo económico y social del país, pero también "el buen funcionamiento de los procesos licitatorios que les dan marco". Por unanimidad, los industriales consideraron que "estas iniciativas deben estar en sintonía con el fortalecimiento de la competitividad del sector productivo nacional, a través del desarrollo de proveedores, tecnología local y generación de puestos de trabajo de calidad".

De esta manera, se refirió así al proceso de licitación, del que resultaron preadjudicatarios tres consorcios de empresas y que contempla financiamiento y abastecimiento de insumos chinos. Para la UIA, el de Techint con este gasoducto es un caso testigo. La preocupación radica en que este esquema podría replicarse en otras obras y, de esa manera, correría peligro la industria nacional. Los empresarios ya lo habían advertido cuando el gobierno anterior firmó los acuerdos con el gigante asiático.

En medio de una dura negociación, la UIA había enviado una carta al gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, quien autorizó a Avalle a contestarle. La misiva, que llegó el viernes a la central industrial, denota un profundo enojo con el grupo que lidera Paolo Rocca. La culpan de cobrar por los tubos precios muchos más caros que sus competidores por su condición de monopolio y de creerse los "dueños del país".

Avalle aclaró que el proceso licitatorio fue "claro y transparente", que duró más de siete meses y que participaron 10 grupos empresarios de distintos países. Jamás se planteó llave en mano, dijo el gobierno de Córdoba, al agregar que Techint participó y que por sus "elevados precios quedó en el 7º y 8º lugar". "Ahora, con la actitud propia de un grupo monopólico que se cree el dueño del país, viene a querernos imponer a los cordobeses que dejemos de lado la licitación y no se hagan las obras hasta que ellos nos vendan los caños", cuestionó Avalle en la carta.

Los miembros del comité ejecutivo se mostraron muy sorprendidos por la virulencia de la carta y coincidieron en mostrar su apoyo al grupo y a la industria nacional en general. "Es un tema de toda la industria que excede el problema de Techint y para nosotros es un caso testigo. Esperamos que las autoridades recapaciten y prioricen las compras a las empresas nacionales", dijo un miembro del comité. "Si no nos protegemos de China y Brasil, ahí sí vamos a perder puestos de trabajo", sostuvo el secretario de la UIA, Juan Carlos Sacco.

Pese a estos esfuerzos de la UIA y del gobierno nacional por lograr que parte del abastecimiento de los tubos sea nacional, las negociaciones están muy tensas. De todos modos, Techint se está jugando sus últimas cartas para poder partici par de la obra y mejorar así la situación de los trabajadores suspendidos en Tenaris-Siderca.