Dentro de 11 días se develará la primera definición electoral del desdoblado calendario 2019: sin PASO, habrá comicios en la Neuquén de una larga dinastía del provincial MPN, a la que Cambiemos, con Horacio "Pechi" Quiroga, y Ramón Rioseco, por el peronismo K, buscan interrumpir.

 

 

En el prólogo de los comicios, la Casa Rosada envió a mediados de mes a Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad que por temas y encuestas se instaló como posible futura acompañante de Mauricio Macri en la boleta.

 

 

Desde el Instituto Patria no se quedaron atrás y enviarán este viernes a Axel Kicillof, el que más selfies inspira de la militancia K sólo por detrás de Cristina Kirchner. 

 

 

 

Kicillof ya visitó mediáticamente Neuquén en 2016, tiempo después de los actos institucionales en Vaca Muerta cuando era funcionario cristinista. El año pasado también anduvo por La Pampa, donde visitó al gobernador Carlos Verna. De ahora en más, sus desembarcos serán en los tramos finales de las campañas. 

El ex ministro de Economía, que sigue recorriendo la provincia de Buenos Aires con aspiraciones a gobernador a pesar del recelo de los intendentes PJ, compartirá ahora una recorrida y posterior acto con Rioseco.

 

 

En el kirchnerismo se entusiasman con las encuestas neuquinas, distrito que ni siquiera teniendo todo el poder de Balcarce 50 pudieron conquistar. En el macrismo, mientras tanto, se conforman con la reelección del gobernador Omar Gutiérrez. 

 

 

Para reforzar al peronismo local, la semana pasada hizo lo mismo el precandidato presidencial Felipe Solá, que acaba de protagonizar una de las fotos del verano en su reencuentro público con la ex Presidenta tras 12 años. 

 

 

Solá con Rioseco y su candidato a vice

"(Kicillof) irá a otros distritos también, antes de cada elección. La idea es empujar a todos (por los postulantes con el auspicio de CFK)", ya anticiparon desde el think tank K administrado por Oscar Parrilli. 

 

 

No revelan la agenda del ex ministro. Pero con la senadora de Unidad Ciudadana refugiada en la Ciudad, entre el Patria y su casa de Recoleta, jugando al misterio sobre su propia candidatura, el kirchnerismo apuesta a "delegados", uno de ellos es él, para llevar su mensaje al resto del país. 

 

 

A pesar de los viajes de larga distancia, como una señal de desafío al peronismo, Kicillof mantiene sus escapadas bonaerenses. En el reciente Congreso de La Matanza, los alcaldes del PJ se comprometieron a dirimir su interna (Martín Insaurralde-Verónica Magario) por ellos mismos, sin apelar al dedo de la ex Presidenta.  

 

 

Plaini, Máximo K, Insaurralde y Magario en el Congreso del PJ

Como está acordado entre todas sus tribus que no haya internas, con el mal recuerdo del 2015, temen que si no son capaces de ungir a un único (o única) postulante, como cuando era Presidenta, Cristina Kirchner les imponga a alguien: en este caso a Kicillof. Lejos de la clemencia que está mostrando en otros armados territoriales. La ofrenda fue el primer lugar de la lista de diputados a Máximo Kirchner, que hoy tiene una banca por Santa Cruz.

 

 

"Queremos que el futuro gobernador sea bonaerense y ya sepa gobernar, que no tenga que aprenden en los primeros dos años", es la máxima más repetida entre los intendentes. Es una chicana dirigida tanto a Kicillof como al ex mandatario Daniel Scioli. 

 

 

Después de un kilometraje por interior (Mar del Plata, Chivilcoy, Bragado, Nueve de Julio), ahora bien el economista comenzó a ser invitado por jefes comunales más cristinistas. Su primer anfitrión fue Mario Secco (Ensenada) hoy, una parada en un Conurbano que en su mayoría contiene a los intendentes que prefieren vetarlo. 

Pero en la agenda de Kicillof aparecen otras invitaciones. Entre ellos Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Ariel Sujarchuk (Escobar), Alberto Descalzo (Ituzaingó), Pablo Zurro (Pehuajó) y hasta Francisco "Paco" Durañona (San Antonio de Areco), otro anotado como precandidato a gobernador por el acuerdo PJ-K.