Por Mariano Confalonieri

Cristina Kirchner tiene arrinconado a Daniel Scioli. El gobernador bonaerense necesita alrededor de 10 mil millones de pesos (en una proyección anual) para afrontar el aumento salarial a los estatales, pero la Casa Rosada lo aprieta por partida doble: se niega a girarle fondos y le impide colocar deuda.

Scioli está en un callejón sin salida. La Presidenta no atiende sus llamados y los ministros K no reciben a sus pares de la Provincia. El día D es el 15 de marzo: para esa fecha, la administración bonaerense tiene que liquidar los haberes con el incremento reclamado por los docentes, que se deberá hacer extensivo a los otros empleados públicos.

Si no obtiene ningún tipo de asistencia financiera, el aumento que puede ofrecer Scioli es de entre el 5 y el 7 por ciento, algo que será rechazado de plano. De hecho, los maestros se negaron a aceptar la suba del 22 por ciento que, por decreto, impuso la Nación.

El primer efecto que logró la Casa Rosada es que no empiecen a tiempo las clases en las escuelas de la provincia. La segunda intención del Gobierno –de difícil medición– es instalar la idea de que Scioli no sabe administrar los recursos, y establecer que si no fuera por la Nación no podría gobernar. Es decir que le van a entregar el dinero necesario para afrontar el aumento, pero lo harán a último momento, según especulan en el oficialismo.

“Nos aíslan políticamente y no nos atienden el teléfono”, se quejó un diputado sciolista en diálogo con PERFIL. Los que conocen a Scioli aseguran que el gobernador tiene la esperanza de que los fondos lleguen a tiempo, como ocurrió el año pasado, cuando atravesó una crisis similar para pagar los aguinaldos.

De todas formas, en la provincia de Buenos Aires dicen que ahora la situación es peor. “El año pasado nosotros, con recursos propios, podíamos pagar el aguinaldo en cuatro cuotas. Ahora no tenemos recursos para un aumento salarial ni siquiera en cuotas”, graficó el mismo legislador.

La tensión es fruto de la pelea por la sucesión presidencial. Cristina Kirchner castiga al gobernador por haber manifestado su intención de ir por la Presidencia si ella no se presenta a un tercer mandato. Eso ocurrió el año pasado. CFK le declaró la guerra a Scioli y no parece tener la intención de brindarle una tregua, ni siquiera en un año electoral.