El oscuro pasado de un ex radical que ahora es funcionario de Mariu Vidal

El oscuro pasado de un ex radical que ahora es funcionario de Mariu Vidal

Poliarquía ha sido una de las encuestadoras con mejor imagen del país. A diferencia de otras consultoras como Equis, de Artemio López, que se han cansado de arrojar cifras desopilantes, esta firma terminó de cimentar su prestigio cuando, en 2009, fue la única que acertó la victoria del violento Francisco De Narváez sobre Néstor Kirchner en la provincia de Buenos Aires, en un escenario en el que todas sus competidoras daban ganador al ex presidente por un margen de más de tres puntos.

 

Desde ahí al estrellato. Uno de sus directores, Sergio Berenztein, es un avezado analista político con gran presencia en los medios. Al igual que Fabián Perechodnik, otra de sus principales caras, resistido todavía en la UCR por su militancia juvenil en esas filas, quien fue uno de los fundadores de Poliarquía pero luego se alejó.

Este otrora consultor que también “jugó al periodismo” en La Plata, donde supo entender desde joven el manejo de la superestructura de la política.

En sus albores de participación en la Juventud Radical de Renovación y Cambio, su perfil de intelectual y sus modismos amanerados –al punto de que muchos en el espacio creían que era gay, incluso cuando conocieron a su esposa- fueron bien recibidos, y consiguió entablar principalmente una estrecha relación con Juan Manuel CasellaLeopoldo Moreau y, menor medida, Federico Storani.

Gracias a las buenas migas que consiguió en el partido, hacia mediados de los años ‘90 accedió a la Secretaría Administrativa del bloque de la UCR del Senado bonaerense, y desde allí comenzó a idear la fórmula para que algunos legisladores puedan “lavar” subsidios. Aunque la jugada no resultó, porque muchos terminaron procesados en 2002 el marco de una estafa millonaria; entre ellos, Juan Carlos StavaleGustavo Marelli y Héctor Monasterio.

La astucia de Perechodnik hizo que ni siquiera fuera alcanzado por esa investigación.

Sin embargo, al estallar el escándalo en los medios, su madre, que por entonces se desempeñaba como concejal del radicalismo de Azul, presentó la renuncia a su banca.

En rigor de verdad, lo hizo un día antes, sabiendo que el fraude saldría a la luz y rozaría a su hijo, de ascendente carrera. Por eso le presentó su renuncia indeclinable al hoy ex intendenteOmar Duclós, y se mudó de la ciudad por la “vergüenza” ante el caso que involucraba a su hijo.

Los que lo conocen de la época de militancia en la UCR definen a Perechodnik como “un típico hijo del menemismo radical” que se “aggiornó” como muchos boinas blancas al estilo de vida cultural que se impuso en los 90.

De hecho, fue el representante del radicalismo en el PRO.FE.MI.SO, un programa dirigido a los jóvenes de los partidos políticos financiado por la Dirección de Juventud del Ministerio del Interior que por entonces conducía Hernán Corach.

Allí compartió acciones con Marcelo Daletto, un por entonces joven menemista que proponía la re-reelección para el riojano; las malas lenguas dicen que el referente de la UCeDé le enseñó incluso cómo hacer para justificar dinero de este programa.

Tras su salida de la Secretaría Administrativa del bloque radical, Perechodnik desembarcó en el gobierno de la ciudad de Buenos Aires gracias a su relación con el tristemente célebre “Grupo Sushi”, comandado entonces por Antonito De La Rúa.

Desde ahí siguió tejiendo influencias y aumentando contactos en las esferas del poder, gracias a los cuales terminó por armar la consultora Poliarquía, a la cual abandonó para asesorar aDaniel Scioli en su carrera presidencial.

Pese a que se define como “consultor”, se desconocen sus estudios universitarios. En La Plata, los radicales de pura cepa lo recuerdan como un estudiante “frustrado” de Derecho. De esos que abundan en la UNLP.

Cuando Daniel Scioli comenzó a decaer en las encuestas, y se supo que el triunfo presidencial de Mauricio Macri era irreversible, hizo lobby para sumarse al PRO, logrando sus objetivos, siendo hoy secretario general de Gobierno de la provincia. Una joyita, como tantas de las que tiene Mariu Vidal.

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