El Gobierno denunció a particulares por "amenazas de muerte" a Moreno

El Gobierno denunció a particulares por "amenazas de muerte" a Moreno

Alak acusó a tres personas ante la Justicia; el secretario de Comercio fustigó a quienes protestaron frente a su casa; "que se metan las cacerolas en el orto", dijo

Por Mariana Verón |

El Gobierno denunció ayer ante la Justicia que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, fue amenazado de muerte y presentó como pruebas desde correos electrónicos hasta las cuentas personales en las redes sociales de un grupo de 30 a 40 sospechosos, tres de ellos identificados con nombre y apellido.

Según la presentación, cuyo contenido el Gobierno evitó difundir, se detectaron cruces de mails que llamaban a protestar frente a la casa del funcionario - la manifestación se realizó anteanoche - y mensajes con amenazas de muerte.

Entre esos correos, según describieron fuentes oficiales, apareció una foto trucada en la que Moreno aparece en un féretro con una bala en la frente, imagen que se difundió por Internet y que circuló como afiche convocante en la noche en la que un grupo de manifestantes protestó frente al domicilio del secretario.

La denuncia la presentó el ministro de Justicia, Julio Alak. Según aclaró el funcionario con el correr de las horas y ante la escasa información sobre el contenido del escrito y los nombres de los involucrados, la presentación no es contra los caceroleros, sino contra quienes emitieron mensajes amenazantes e intimidatorios hacia el secretario de Comercio. "No estamos criminalizando la protesta", aclaró Alak.

Moreno contestó a su estilo sobre la protesta que sufrió en la puerta de su domicilio particular. "Que se metan la cacerola en el orto", los ninguneó en un acto público en Vicente López, en simultáneo con el escrache.

En un comunicado, Alak informó que el secretario de Comercio es "víctima de amenazas de muerte con tono mafioso" e indicó que entre las pruebas había "instigación a la violencia por parte de un grupo organizado de personas". El ministro precisó que había "contundente material probatorio", pero el escrito nunca se difundió, e incluso, aun sin juez a cargo, desde la Casa Rosada sostenían que los amparaba el secreto de sumario para evitar dar a conocer la denuncia. El Gobierno argumentó que los hechos "configuran los delitos de amenazas, incitación a la violencia e intimidación contra un funcionario público agravada".

El azar volvió a jugar fuerte en la escena política. La denuncia recayó en el juzgado federal de Norberto Oyarbide, que se excusó de tratarla argumentando violencia moral e íntima relación de esta denuncia con la radicada contra Moreno por la despachante de aduana Paula de Conto. El magistrado se había apartado anteayer de investigar ese caso tras un escrache en su domicilio.

De lo poco que la Casa Rosada dejó trascender sobre la presentación, entre los denunciados hay al menos tres personas identificadas, una de ellas con antecedentes de amenazas de muerte, y el resto son usuarios tanto de Twitter como de Facebook con identidades falsas. De los denunciados con nombre y apellido, el Gobierno detectó que habían participado de otras convocatorias a cacerolazos.

Según contó una fuente oficial a LA NACION, entre las pruebas presentadas figuran diálogos vía correo electrónico entre los denunciados. "Hay interconexión en las amenazas. Hay frases del tipo Ya mandaste la señal para determinar que se concrete determinada acción violenta", explicó un funcionario. Siempre en la versión del Gobierno, otras evidencias que presentaron ante la Justicia eran mensajes en los que se "convocaba a dejar colgado en la Plaza de Mayo unos cuantos días a Moreno".

Otras pruebas que presentó la Casa Rosada fueron mensajes con amenazas para la madre del funcionario, de 91 años, e incluso habría mails directos que le llegaron al secretario de Comercio a su casilla particular.

La orden de hacer la denuncia la dio la presidenta Cristina Kirchner desde Nueva York. "Se quiso dar una respuesta institucional", contó un funcionario.

Como reacción, en el Gobierno se analizaron tres posibilidades. La primera que surgió, y la más polémica, era que directamente los militantes y seguidores de Moreno disuadieran los reclamos hacia el funcionario con contramarchas. La segunda, que fuera el propio secretario de Comercio el que hiciera la denuncia. La tercera, la vía que finalmente decidió la Presidenta, fue que el Estado hiciera la presentación en sede judicial para darle "institucionalidad" al caso.

Según pudo reconstruir LA NACION, la denuncia se decidió a partir de la aparición del afiche en el que Moreno yace en un féretro. En la Casa Rosada describieron que las amenazas que presentaron como prueba habían llegado al funcionario hace tres días, antes del cacerolazo en la puerta de su casa.

Las cacerolas y las reacciones

El conflicto con Moreno que llegó a la Justicia.

MARTES

Causa judicial

Una causa iniciada por la denuncia de una despachante de aduanas contra Guillermo Moreno por "abuso de autoridad, violencia y amenazas" cae en el juzgado de Norberto Oyarbide. Esa noche, un centenar de personas organiza un cacerolazo en la casa del juez.

MIÉRCOLES

Protesta en San Telmo

Un grupo de gente se concentra en la casa de Moreno para cacerolear.

JUEVES

La reacción oficial

El Gobierno denuncia en la Justicia amenazas de muerte contra Moreno. Dice que el secretario recibió correos electrónicos violentos.

La respuesta de moreno

"Hoy le pedí a mi esposa que me acompañe porque a esta hora deben estar caceroleando en mi casa. Les digo a los que están caceroleando en mi casa que se metan la cacerola en el orto."

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