La gobernadora junto al terrorismo mediático

Que celebren una reunión la figura política con mayor credibilidad del país, con el empresario que desde hace años es quien ostenta la imagen más negativa y registra el grado más alto de rechazo en la opinión pública marplatense, es todo un dato.

Que la gobernadora hasta resulte reiterativa, sosteniendo que el trabajo en equipo es la base de su gestión, junto al presidente de la Nación, no debiera pasar desapercibido. Este último, es un punto que debieran explicarle con claridad al intendente Arroyo y a su gente, porque seguramente le dieron vuelta los arcos y patean para el otro lado, o a alguien le cambiaron la camiseta.

Cuál es el puesto que cumple como opositor, el empresario Florencio Aldrey Iglesias, quien articuló durante años la política de Daniel Scioli en particular en la ciudad y se benefició con excepciones y concesiones escandalosas como socio de Néstor Otero. Ambos amasaron la entrega del Hotel Provincial (en un acto sumarísimo) en La Plata, se hicieron cargo de la nueva terminal y se quedaron con el predio de la vieja terminal, también en un procedimiento que insólitamente  se definió de forma discrecional por prelación de los oferentes, convertirlo en un shopping con el nombre del empresario. Tener locaciones de organismos provinciales en los propios edificios concesionados. Entre otras prebendas recibidas del Estado.

“Recibí una provincia quebrada”, dijo María Eugenia Vidal en su acto de asunción, luego de que Scioli la recibiera con ¡¡¡¿¿¿cara de alborozo???!!! En el traspaso de mando en La Plata. María Eugenia Vidal no debería ignorar cuál ha sido el papel que cumplió y cumple el ex gobernador, en su vínculo con el titular del multimedios La Capital. Ambos no resisten una investigación, que sólo política y públicamente ha reclamado la doctora Elisa Carrió, quien ha sostenido que los negocios han trascendido a una relación personal.

Lo cual, tras el paso del kirchnerismo por el poder, no debiera extrañar, pero particularmente en los casos expresados, los bienes pertenecen al patrimonio de los bonaerenses, y como tal deben ser respetados, máxime en la condición de la autoridad conferida por el voto ciudadano, para que administre los bienes del territorio provincial. En realidad lo que está aconteciendo suena a burla.

Muchas veces los políticos, demandan no fijarse en lo que dicen sino en lo que hacen, para reflexionar sobre el rumbo de sus acciones de gobierno. En el tratamiento de estos casos, las conclusiones no resultan las más convenientes.

 

La ciudad de Mar del Plata sufre las consecuencias de estos vivillos y expertos del uso indebido de los bienes públicos. Llama la atención que ésta considerada, aplicada y combativa mandataria se entregue mansamente a más de lo mismo, e ignore lo que ha sucedido, dado que la ciudad también se recibió y continúa en situación de quiebra. A Scioli lo echaron con las urnas.

Vidal es componente de CAMBIEMOS, la coalición política votada ampliamente en toda la Quinta Sección Electoral, y especialmente en Mar del Plata, donde la mandataria y el presidente Macri lograron una diferencia a favor entre 15 y 20 puntos, en un enclave que por su manejo no tenía nada que envidiarle a La Matanza o Avellaneda.

 

A propósito entonces, la actitud pública de la gobernadora, toma enorme y peligrosa distancia con su mensaje, con su discurso. “Vinimos a terminar con las mafias”, es una de las definiciones de Vidal desde las cuales se planta para marcar la cancha, luego de la catastrófica gobernación de Daniel Scioli. Acá se “timbearon” los recursos de los bonaerenses para financiar una campaña presidencial del Frente para la Victoria, sin que nadie por lo visto esté dispuesto a investigar ni a denunciar nada.

El multimedios La Capital es la tribuna de quienes la hicieron huir a piedrazos junto al presidente de la Nación, en el barrio Belisario Roldán. Con estas señales, obviamente, no le pidan a la justicia que tome otros rumbos, que no sean los que está tomando.

Muy posiblemente, mal asesorada, la gobernadora debe temer, como lo hizo, por su gobernabilidad, que muy lejos está en manos de quien le ofreció el abrazo del oso en el Hotel Provincial, sino en las decenas de miles de votos que la acompañaron en el 2015, y que hoy han entrado por lo menos en estado deliberativo.

Es cierto que la gestión municipal ha permitido que se extravíe la bitácora política, pero la simple aplicación de una cuestión de principios, desaconseja los actos de provocación a sus propios votantes.

Una ligera revisión de títulos de tapa del diario La Capital, permite observar cómo se petardea la gestión, en una clara actitud de terrorismo mediático, que va desde la intencionalidad hasta la desestabilización, en un giro de 180 ° al existente cuando Scioli era el gobernador y candidato a presidente. Resulta hasta grosero, editorialmente hablando.

Si se redacta “La gobernadora María Eugenia Vidal mantuvo ayer, en el marco de su agenda de actividades en Mar del Plata, una reunión privada con el empresario Florencio Aldrey en dependencias del NH Gran Hotel Provincial”, acompañada de la foto (ver tapa) de ambos en el lobby del Hotel, es un virtual episodio de escrache público. Si es una reunión privada entre un concesionario y su comitente, cuál es la necesidad de publicar una foto (evidentemente robada). Existió un evidente daño a la institucionalidad.

Es un claro, sutil y delicado mensaje mafioso que tiene sus objetivos. Por ejemplo, disciplinar aún más al comisario político de la gobernación, Joaquín De la Torre, por simple extensión de la imagen que impulsa un personaje sin escrúpulos, vastamente repudiado, que con mecanismos de extorsión pública logró convertirse en un medio hegemónico.

Los marplatenses no han sabido descifrar cuál es el actual momento político, pierden autonomía e independencia, lo cual ha contribuido manifiestamente a ser huérfanos de conducción. La gobernadora transita un estrecho desfiladero, votada en porcentaje inesperado, tiene la imperiosa necesidad de retener un caudal electoral que permita sostener la ilusión y la esperanza de CAMBIEMOS en tan sólo 8 meses más.

Las formas y el fondo de la cuestión, deben tener sus límites. Existe aún una gran protección política hacia Florencio Aldrey Iglesias y a su emporio paraestatal. La gobernadora tan afecta a sus cuidados gestos y expresiones, considera al respeto una norma elemental, hasta por su formación política.

Cuando dice que gobierna para quienes la votaron y para quienes no la votaron, sabe que la decepción forma parte de las lecturas políticas. Vidal no debe comprar una pelea ajena, pues libra la propia, pero el PRO no es CAMBIEMOS, aunque la tomen por suya, y por ahora, muchos se lo permitan.

Comentá la nota