Las elecciones muestran el techo del kirchnerismo y los errores de Cambiemos

Las elecciones muestran el techo del kirchnerismo y los errores de Cambiemos

Hay un análisis primario que podemos hacer de dos fenómenos distintos. El de Santa Cruz y el nacional. En ambos casos hubo una retracción del kirchnerismo/cristinismo y un posicionamiento de una nueva fuerza a nivel país, algo impensable para un frente que le peleó palmo a palmo y de igual a igual el voto al PJ/FPV en provincias electoralmente importantes. Un hecho fundamental para sostener el poder en las elecciones generales, en caso de llegar con estos mismos guarismos al 2019.

Fueron 26 años de kirchnerismo en Santa Cruz y la elección de ayer, con un apellido Kirchner ejerciendo el poder, fue la peor de la historia. El oficialismo en la provincia se quedó, en términos generales, con alrededor del 30% del padrón electoral y el 70% se divide entre Cambiemos 45/47%, Partido obrero 7,70%, Proyecto Sur 7,60%, Frente Renovador 4% y Frente por el Socialismo 2,50%.

En términos objetivos podemos decir que el FPV conserva un “elevado” caudal de votantes, si tenemos en cuenta las variables con las cuales se vio afectada la elección del oficialismo: la enorme crisis social que vive Santa Cruz desde que gobierna Alicia Kirchner y la falta de representatividad en las urnas, por cuanto los candidatos Ianni/Grasso son muy poco potables electoralmente y la mayor tracción de votos vino desde El calafate, donde el Intendente Javier Belloni sueña con salir a pelear la gobernación en el 2019.

En el análisis político más amplio, podemos decir que al FPV le han infligido una derrota histórica en Santa Cruz, después de un predominio absoluto en la política provincial. Si bien faltan dos meses para las elecciones de medio tiempo, es casi una obviedad decir que estos guarismos se van a mantener con muy poca variable y el su mayoría dependerá de cuánto y cómo gestiones Alicia, en qué lugar ponga los fondos, si estabiliza el pago de los salarios, si habla de paritarias salariales o si, por el contrario, sigue el derrotero que viene transitando desde inicio del 2016.

Eduardo Costa con Cambiemos ha mantenido más o menos la misma diferencia sobre el kirchnerismo (46,54% de votos en el 2015) y previendo esto, CFK mandó a implantar la ley de lemas de manera irregular e ilegal, lo cual finalmente, terminó por colocar a su cuñada en la gobernación. Es decir, que Cambiemos tiene un caudal de votantes inamovibles y se presume que mantendrán en las elecciones próximas. Además, debemos considerar que ayer solo votó el 70% del padrón. Está claro que el 30% restante, no se volcará para el kirchnerismo, pues de ser así en esta oportunidad lo hubiera apoyado.

Por debajo de ellos aparece el Partido Obrero, que crece condensando votos propios, otros en contra del kirchnerismo, de aquellos que no les gusta el perfil de Eduardo Costa y algunos que tampoco han querido votar a Daniel Peralta, hasta el 2015 presidente del PJ y que se asoció con Proyecto Sur para estas elecciones. El Frente Renovador, en cambio perdió caudal de votantes. En el 2015 obtuvo 10 mil votos, como sublema de Cambiemos y ayer cosechó 6.605 votos. Con un magro 4% de ayer, se posicionó muy por debajo de la Izquierda y de Peralta, con lo cual el partido de Sergio Massa en Santa Cruz prácticamente está destinado a estancarse o desaparecer.

Concluyendo: no hay duda que Cambiemos en Santa Cruz desplazó al FPV de la grilla de poder. El aproximadamente 30% del FPV corresponde al “aparato político” que mantiene el poder del Estado. Ayer Pablo Grasso, dijo por Fm News “en octubre vamos por Costa”, lo cual sonó más a una expresión de deseo y “patoteada” electoral estéril y de impotencia política, que una amenaza cierta. Es más, diría que si la gobernadora no acomoda un poco la provincia en el ambiente social, en octubre, cuando realmente los votos cuentan, ese 28 o 29% de ayer, podría verse disminuido. El kirchnerismo sabe que no podrá remontar las elecciones de octubre y menos aún las del 2019, excepto que pase un cataclismo político, hasta ahora invisible.

Cristina eterna

El “empate técnico” de Cristina Fernández en provincia de Buenos Aires es una virtual derrota por dos hechos claves: no compitió contra nadie de peso político, Bulrrich es absolutamente incompatible con una elección y estuvo por debajo de las encuestas que la daban 5 y hasta 7 puntos arriba de Cambiemos.

A nivel nacional, el kirchnerismo obtuvo la más aplastante derrota, incluyendo en lugares claves, en provincias donde Macri tenía dudas por la imposición de candidatos débiles electoralmente, quien sin embargo, se impusieron. Esto, claramente, describe un escenario de “fuga” de votos del kirchnerismo hacia otros sectores.

La estrategia del kirchnerismo, por supuesto, es aparecer “ganador” y hacer hincapié en el “empate técnico” como una gran aventura, cuando en realidad sus cálculos le daban un porcentaje mayor de superación al candidato más insulso que puso Cambiemos. De esto se puede deducir que en el conurbano bonaerense CFK tocó su techo, el cual es 5 puntos menor aún al que mostró Aníbal Fernández, una de las peores imágenes de su gobierno en el 2015.

Analizado comparativamente, Cristina Fernández hizo la peor elección personal, es la primera vez que perdió, pero a su vez ni siquiera llegó a ordenar más votantes que el peor candidato que eligió hace menos de dos años. Está visto, entonces, que el caudal de votos kirchnerista se resume exclusivamente a los casi 3 millones de votantes obtenidos ayer.

No corras papá…

Anoche Cambiemos vivió una jornada histórica. Hay que evaluar el éxito de un partido nuevo a nivel nacional, como el reconocimiento de muchos votantes por el cambio propuesto, aún cuando las políticas públicas dejen descontentos a muchos y los desaciertos generen dudas. Haberle arrebatado votantes tan masivamente al kirchnerismo, es un baldón para el espacio creado por Néstor con pretensiones de perpetuarse a la eternidad.

Pero anoche pudimos ver en Cambiemos un exitismo demasiado grande; una exagerada manifestación de optimismo, al punto de que con el escaso 26% de las mesas escrutadas, festejaron con lágrimas y discursos emocionados la diferencia de 7 puntos que en la madrugada se comprimió a un escaso y discutido “empate técnico”.

Las huestes de Cristina, aprendiendo un poco del 2015, cuando en C5N daban ganador al FPV y festejaban por anticipado; ahora hicieron lo más lógico: esperaron. Finalmente, no les alcanzó, estuvieron muy por debajo de las expectativas electorales que les decían en el oído las encuestadoras, pero igualmente revirtieron el discurso y se escuchó a la ex presidenta recuperar su ADN, dejó de ser la mujer atinada y componedora que aparecía en sus spots de campaña y atacó con uñas y dientes al gobierno, tratando los festejos oficiales de “Vergüenza internacional”, sin recodar que hace menos de dos años sus esbirros le mentían a la opinión pública diciendo que ganaban cuando perdían. Esto también pesará en las próximas elecciones.

Para terminar: Cambiemos hizo una elección impensada, lo cual seguramente se trasladará a octubre. Personalmente creo que el kirchnerismo encontró su techo. Oportunamente se le podrán sumar 1 o 2 puntos más por el voto distraído de Randazzo que no tengo dudas terminará encolumnado detrás de su ama y seguramente van a poner su gente en el Congreso, porque parte del aparato K sigue vivo y se sostiene y aumenta, gracias a los yerros de Cambiemos en el gobierno.

Más allá de los discursos que vamos a escuchar y los datos altisonantes que nos van a tirar por al cabeza a los electores, seguimos pensando que la realidad supera a la ficción: la realidad son las urnas, la ficción lo que dicen y piensan los candidatos y lo que dibujan las encuestas.

Ayer quedó claro que la última palabra la tiene el pueblo y el voto es la única herramienta para cambiar de verdad, lejos de slogans y mentiras asociadas a los discursos de oportunidad que permanentemente escuchamos. 

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