Filoso, en lenguaje llano, sin tecnicismos y sin usar metáforas, Cristóbal López declaró ayer en el juicio oral por Oil Combustibles y disparó munición gruesa contra el Gobierno de Mauricio Macri al ratificar los “aprietes” que denunció ante la Justicia ahora ante el Tribunal Oral Federal N°3 que sigue adelante el debate por el otorgamiento de planes de facilidades de la AFIP por el artículo 32.

Y no ahorró eufemismos respecto a quienes instruyeron la causa: “El fiscal (Gerardo) Pollicita y el juez (Julián) Ercolini son corruptos”, lanzó. Negando los cargos y cualquier vinculación con los funcionarios del organismo recaudador que fueron imputados, López aseguró que en su rol como empresario y accionista no tenía injerencia alguna en la operatoria de la petrolera, cuyas oficinas, afirmó, conoció recién en 2017. “Yo no me robé nada, ni un centavo. ¿Por qué estoy acá? Porque era la figura que necesitaba Macri”, arremetió el empresario que estuvo 20 meses detenido junto a su socio Fabián De Sousa en una causa impulsada por Ercolini en la que se comprobó judicialmente que no había existido el delito denunciado por el magistrado. “Vinieron por el Grupo Indalo”, resumió la intención de emisarios como Fabián “Pepín” Rodríguez Simón que enviaban mensajes del Presidente.

Pero también acusó directamente a un “grupo de tareas” dentro de la AFIP que habría orquestado la maniobra para montar una causa judicial de idénticas características a una investigada en 2013 por el juez Sebastián Ramos que había resultado en un sobreseimiento, también por planes de pago de AFIP. Nombró como responsable directo al extitular de AFIP, Alberto Abad que fue citado para el jueves próximo como el primer testigo junto a su saliente sucesor Leandro Cuccioli. La declaración de Abad es aguardada con ansiedad por las defensas que lo forzarán a explicar una serie de resoluciones dictadas contra Oil que impidieron que la deuda que según una pericia de la Corte estaba regularizada a diciembre de 2015, derivara en un monumental perjuicio para el fisco tras la quiebra de la compañía decretada en 2018. “Pagamos en cuotas algo que se podía pagar en cuotas”, resumió su defensa sobre el eje de la acusación.

Además de mencionar a altos mandos de la AFIP como Juan Carlos Santos –de quien prometió hablar respecto a un enfrentamiento que lleva 15 años- y a Eliseo Devoto y Néstor Sosa, aseguró que se enteró de muchos mecanismos tributarios con la lectura del expediente, ya que era ajeno al día a día de sus compañías, todas ellas manejadas por sus socios después de haber tomado la decisión personal en 2001 de no involucrarse en las decisiones cotidianas y dedicarse a invertir. “Esto (por la imputación) tiene pinta de haberse hecho en un estudio de abogados, seguro que el de (Ricardo) Gil Lavedra”, al que acusó, sin eufemismos de haber sido contratado como abogado externo de la AFIP como un lobbysta “para que le diga a Ercolini qué tenía que hacer”.

“No empecé en el año 2003 con Néstor Kirchner”, afirmó, al comenzar su declaración con un repaso de su vida empresaria y de cómo constituyó su patrimonio a partir de la concatenación de negocios que incluyó, en 1991, la creación junto a tres socios de la firma Casino Club, con despliegue en los juegos de azar. Aseguró que ese era el interés inicial del macrismo, que buscaba percutir en ese negocio, hasta que el propio Macri pidió expresamente que pusiera el canal C5N al servicio “no sólo para hablar bien de ellos”, sino para “poner presa a Cristina (de Kirchner)”. Luego, según la secuencia y a través de un abogado, Rodríguez Simón les advirtió que empezaba la “guerra”.

“El accionista siempre es el beneficiario final y nunca es responsable de ningún acto de la sociedad”, subrayó. “También soy accionista de YPF, eh. Y no con poco dinero”, reveló acerca de las implicancias legales de la figura en la Ley de Sociedades, que habrían sido ignoradas por Ercolini. Tras su exposición, se avino a responder preguntas de las partes. La querella y la fiscalía calcaron gran parte del cuestionario a De Sousa y la AFIP buscó confrontar declaraciones, algo que el tribunal terminó por corregir ante la queja defensista de que se trataba de un careo encubierto. “¿Se creen que le tengo miedo a Macri y toda esa banda de delincuentes? Les perdí el miedo y el respeto”, dijo López en el tramo más efusivo de sus respuestas. Y dirigiéndose a Ricardo Echegaray le dijo: “Se puso loco el Presidente cuando lo nombraron a Echegaray como titular de la Auditoría General de la Nación para controlarlo online. Por eso estás acá Echegaray, porque osaste querer controlar a Macri”.