Arroyo, es tiempo de parar la pelota, serenarse y gestionar

Arroyo, es tiempo de parar la pelota, serenarse y gestionar

El intendente todavía no cumplió 100 días de gestión, pero parece que hubieran transcurrido años. El desgaste por los problemas cotidianos, sumado a la pelea con Aldrey Iglesias lo tienen en jaque. 

 

Si se trazara una línea de tiempo que vaya del 10 de diciembre de 2015 al 10 de diciembre de 2019, este 16 de marzo de 2016 es el día 97 de los 1457 que tendrá la gestión en General Pueyrredon. Carlos Fernando Arroyo recorrió menos del 7% del camino que le marcaron los votos. Gráficamente sería apenas un cachito de una larga línea recta. Sin embargo, en los últimos días la sensación es la de un gobierno desgastado por el tiempo y los cachetazos.

“Estoy solo, necesito ayuda”, les dijo el intendente a los tres legisladores que acudieron a la cita que él había convocado. La frase sonó a súplica. Y así la interpretaron. Lo más curioso es que los tres son opositores a la gestión de Cambiemos (Juan Curuchet y Fernanda Raverta del Frente para la Victoria y Gabriel Pampín del Frente Renovador) y la confesión contenía tanta sinceridad como debilidad.

Hay dos versiones para esta historia. La de Arroyo: Mauricio Macri yMaría Eugenia Vidal no cumplieron con muchas de las promesas que le habían hecho durante la campaña y tampoco lo respaldan como él espera, especialmente en su pelea con Florencio Aldrey Iglesias. La de la Provincia y la Nación: Arroyo se corta solo, no es permeable a las “sugerencias” y está llevando adelante una batalla sin la más mínima estrategia.

El escándalo en el que quedó involucrado Emiliano Giri aceleró las pulsaciones en el gobierno municipal. Mucho. Los cañones apuntaron a la influencia del dueño del multimedios La Capital por la megaexposición que tuvo el expresidente del Ente de Turismo. Todos coinciden en que la forma en que se produjo la detención tiene un condimento extraño. Pero no todos desacreditan la causa en sí. En la Provincia y la Nación se mostraron sorprendidos, pero prefieren no aventurar opiniones. “La Justicia debe resolver”, dicen.    

Pocas horas después del caso Giri, el municipio quiso devolver el golpe:mandó a inspeccionar el Hotel Hermitage y dispuso su clausura preventiva por falta de elementos de seguridad. Fue una piña al aire que ni siquiera rozó al empresario. En menos de 24 horas la situación estaba solucionada. Se aventuró el cierre del casino del Hermitage, inspecciones en el Paseo Aldrey y otras medidas para seguir con esta idea del golpe a golpe. Por ahora, parece, las aguas se aquietaron. 

“Coincidimos en la cuestión de fondo de su pelea con Aldrey, pero no compartimos la forma”, confesó un hombre del macrismo bonaerense, quien advirtió que Arroyo está más centrado en esa batalla que engestionar una ciudad como Mar del Plata que demanda respuestas rápidas.

Arroyo todavía no llegó a los 100 días de gestión y parece que llevara años. Los escándalos por la salida de funcionarios; las maniobras de dudosa legitimidad de la empresa 9 de Julio para paralizar la recolección de residuos; los reclamos de cooperativistas, fomentistas y organizaciones sociales; las contradicciones entre las promesas de campaña y la realidad, lo desgastaron de modo tal que pusieron en jaque a un gobierno que está dando sus primeros pasos. "No llega hasta el final”, se escucha en más de un círculo político.

Por estas horas, en el entorno de jefe comunal se habla de un“relanzamiento” de gabinete. Arroyo busca quién se haga cargo de dos entes: Emvial y Emtur. Ya sonaron varios nombres, pero todavía no hay pistas concretas de quiénes reemplazarán a Giri y Miguel Guzmán. También hay otro vacío en la Secretaría de Seguridad, pero Arroyo insiste en que no es necesario ocuparlo. “Soy yo, el secretario de Seguridad soy yo”, repite el jefe comunal cada vez que alguien le pregunta. Sin embargo, esa decisión cada vez tiene menos apoyo. Muchos le insisten para que encuentre un nombre que se haga cargo. El intendente se defiende con las estadísticas que muestran una baja en los delitos, especialmente dehomicidios dolosos. Además, en su equipo señalan que la salida de Julio Razona, en medio de denuncias de corrupción y falta de apoyo, lo golpeó y no encuentra nadie de confianza para nombrar. Los argumentos no alcanzan para tener acéfala un área tan sensible como esa.

Se acercan los primeros 100 días de gestión de Arroyo y abundarán los balances. Es un plazo concreto en el que el jefe comunal no solo deberá analizar su gestión, parar la pelota, repensar y atender los problemas de los marplatenses. Que cada vez son más. 

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