Viejas frases

Por Enrique Pinti

"Algo habrán hecho" se usabapara justificar lo injustificable y frivolizar tragedias históricas que merecen un análisis más profundo

Aquella frase de triste memoria que se escuchó durante la noche oscura de los años setenta en nuestro país que justificaba desapariciones y persecuciones políticas diciéndola muchas veces con superficialidad banalizando el horror: "algo habrán hecho". Con el tiempo y durante esta democracia que a los tumbos con idas y vueltas pero democracia al fin nos sigue rigiendo la frase afortunadamente se desprestigió y quedó como lo que no hay que decir con semejante frescura y sin la menor seriedad. No obstante nadie puede negar que los seres humanos hacemos cosas buenas, malas, regulares o absurdas y desde luego que esas cosas traen consecuencias que todos debemos afrontar. Lo terrible del sentido que se le daba a esta frase era justificar lo injustificable y frivolizar tragedias históricas que merecen un análisis más profundo.

Hoy en día, abrumados por las peleas políticas, las operaciones, la catarata de elecciones con distintas formas en cada provincia, sospechas de fraude, debates superficiales, chicanas de baja estofa y demás ingredientes algo indigestos, asistimos asombrados, hartos, expectantes o abúlicos a políticos rasgándose las vestiduras cuando pierden, embriagándose con un triunfalismo patético que incluye globos, bailes espantosamente ejecutados y coros de una desafinación más espantosa que las estrategias para desprestigiar a los rivales.

"Cada vez que alguien triunfa, en general, en nuestro querido país, se debe mucho más a los errores del perdedor que a los aciertos del que ganó"

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Cuando llega el momento de la verdad, o sea los resultados concretos e inapelables de la voluntad popular hay que escuchar las excusas de los fracasos y las justificaciones de los triunfos y, por supuesto, los perdedores hablarán del voto castigo, voto del miedo, voto al menos peor, voto inducido, voto debido al "aparato", voto por planes sociales, voto clientelista y voto a Satanás pero nunca, nunca, nunca nadie reconocerá errores de gestión que son al fin de cuentas las pautas a revisar en lugar de llorar sobre la leche derramada.

Y es ahí donde aquella vieja y reaccionaria frase "algo habrá hecho" saldrá de nuestros labios apretados de ciudadanos de a pie pero deberíamos modificarla con un agregado del monosílabo negativo para reformularla como "algo NO habrá hecho". Cada vez que alguien triunfa, en general, por lo menos en nuestro querido y peculiar país, se debe mucho más a los errores del perdedor que a los aciertos del que ganó.

Más allá incluso de datos concretos de mejoras y aciertos el malestar social se esparce por las sociedades creando un fastidio mezcla de frustración y hartazgo por slogans repetidos que suenan a tomaduras de pelo colectivas.

"Argentina potencia", "el silencio es salud", "primer mundo", "paridad cambiaria", "inclusión social", "somos derechos y humanos", "no hay que mirar hacia atrás", "el futuro y nuestros hijos deben ser lo más importante", "estamos condenados al éxito", "el que depositó dólares recibirá dólares" y demás clichés caen como cataratas de historia grotesca de verdades mentirosas y mentiras verdaderas pero lo que los pueblos esperan inútilmente es la aceptación de los evidentes errores cometidos sin eufemismos y con la verdad de las convicciones y principios dichos claramente sin tapujos para que cada votante tenga lo más claro posible la tendencia ideológica de cada plataforma, para que de una buena vez se debatan ideas sin ignorar la historia mirando hacia adelante sin olvidar las cosas que se han hecho y las otras que NO se han hecho porque, eso sí, los que pierden pierdan más por lo que no han hecho y ahí si podemos decir: "algo no habrá hecho".

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