Victoria Montenegro: “Es una alegría enorme porque después de tantos años de lucha le tocó a Estela”

Victoria Montenegro: “Es una alegría enorme porque después de tantos años de lucha le tocó a Estela”

Victoria Montenegro, nieta recuperada número 78 y secretaria de Derechos Humanos de la Corriente de Liberación Nacional (KOLINA), dialogó con REALPOLITIK sobre la restitución de Guido Carlotto. Durante la charla, destacó la incansable lucha de Abuelas y se refirió a cómo es vivir día a día con el peso de la desaparición de sus padres: “Mientras más pasa el tiempo más te duele, porque vos crecés y ellos siempre son chicos”, expresó.

RP.- ¿Cómo estás viviendo el encuentro de Guido Carlotto considerando tu historia personal?

Es una emoción y una alegría enorme porque después de tantos años de lucha le tocó a Estela. Ella estuvo ahí para recibirnos a todos nosotros y parecía que nunca llegaba Guido. Esta vez le tocó a ella y pudo abrazar a su nieto y ahora pueden recuperar todo el tiempo perdido. Es una gran emoción. La justicia existe más tarde o más temprano.

Es un hermano más y para nosotros siempre es una alegría enorme cuando aparece otro hermano o hermana. Este grupo de hijos es cada vez más grande y vamos a poner nuestras experiencias para que pueda comenzar a reconstruir su verdadera identidad.

Ayer pensaba en él y recordaba lo complejo del día después, cuando te despertás como todos los días y al segundo te das cuenta de que las cosas cambiaron para siempre, de que su nombre no es Ignacio sino Guido. En el caso de él, pensaba cómo se debe sentir porque no es un nieto más de las Abuelas, sino el de Estela; la abuela, el gran símbolo de la lucha por los derechos humanos. Pensaba en él con una tranquilidad porque están también acompañando Claudia, Remo y Kibo que son sus tíos y que tienen mucha experiencia. Guido va a estar muy bien cuidado y estamos felices de que esté con nosotros y de que Estela lo haya encontrado. Se lo merecía.

También es una alegría que sea una persona comprometida con esta búsqueda y que haya sido todo rápido, para no perder el tiempo porque las Abuelas ya están grandes. Obviamente vamos a buscar los casi 400 hermanos que nos faltan.

RP.- ¿Te parece que el afecto colectivo que hubo en estos días es la mejor propaganda que puede tener Abuelas?. ¿Aún mejor que el spot de la Selección?

Estela dijo que le impactó el sentimiento que tuvimos todos desde un primer momento, de abrazarnos con alguien. Estamos muy agradecidos por la presencia permanente de la política de derechos humanos pero el spot de la Selección fue un gesto muy importante porque fueron todos los argentinos los que pudieron ver que todavía seguimos en la búsqueda.

Guido hace menos de dos meses se acercó a Abuelas con la duda. Hay personas que quizás sienten lo mismo y esa presencia el hecho de que el 2003 los derechos humanos son política de estado es muy valioso, al igual que el spot de la Selección, Teatro por la Identidad, Música por la Identidad. Que Guido ahora tenga la posibilidad de estar feliz con sus tíos, primos y con nosotros sin tener que estar pidiendo justicia por su mamá porque se están llevando adelante los juicios por su desaparición. Todos esos avances son sumamente importantes y es un gran orgullo para nosotros poder demostrarle al resto de la humanidad, en estos tiempos bastante violentos, que se puede responder desde el estado nacional haciéndose cargo de su historia. El abrazo de Guido con Estela es el mejor ejemplo de que cómo nosotros queremos transformar con memoria, verdad y justicia, con un profundo respeto por la vida y con amor, que es lo que nos enseñan las Abuelas todos los días.

RP.- ¿Cómo van a celebrar este reencuentro?

Estamos todos más que ansiosos. Siempre cuando encontramos un hermano lo que hacemos normalmente es un asado, al cual vamos con nuestros hijos. Entendemos que debe tener una gran revolución en la cabeza y en el corazón porque hay que entender que tiene que reacomodar las piezas. Es un proceso que nosotros vivimos y conocemos, y respetamos.

Ese día cuando él lo disponga vamos a estar esperándolo.

RP.- Contános tu historia, ¿cómo te enteraste de tu verdadera identidad?

Mi caso comenzó con una denuncia de las abuelas a partir del dato anónimo de que mi apropiador podría tener dos bebés: a mí y a Horacio -que en ese momento era César Castillo y que lo tenía la señora que trabajaba en casa-. Comienzan a investigar por mí y tardan muchos años. Recién en el 93 por primera vez me piden una muestra de sangre y en el 2000 se confirma que soy hija biológica de mis papás: de Roque Montenegro e Hilda Torres. En el juicio de comprueba que mi apropiador fue el jefe del grupo de tareas Tetzlaff que ingresa a casa y nos hacen desaparecer a los tres.

A partir de la verdad, del año 2000, comencé a reconstruir mi verdadera identidad. No fue fácil porque nunca tuve la voluntad de acercarme a Abuelas ni dudas sobre mi identidad porque yo estaba convencida de que era hija del matrimonio que me había criado con un profundo rechazo hacia Madres, Abuelas o los desaparecidos.

Fue bastante complejo poder recuperar mi verdadera identidad y entender quiénes eran mis verdaderos padres.

RP.- ¿Qué fue lo que sentiste cuando fuiste recuperada?

Fue en el 2008, y lo primero que sentí fue una gran vergüenza porque el tema de los desaparecidos estaba bastante estigmatizado en la sociedad. No era como ahora. El otro día la escuchaba a Estela y reivindicaba la pertenencia montonera de su hija. En el 2000 era otro país. Ahora se tiene todo el tiempo presente la política de Derechos Humanos.

Mi apropiador, aun habiéndose comprobado que fue el jefe del operativo y quien asesinó a mis padres, recibió una condena de cuatro años y tres meses. Hay que entenderlo. En nuestro país todavía reinaba la impunidad. Y gracias a las Abuelas, a mi marido y a mi familia pude asumir mi verdadera identidad, decir mi nombre y comenzar a acompañar a las Abuelas.

RP.- Me llama la atención tu reiteración de la palabra “entender”. ¿Cuánto tuvieron que entender Nietos y Abuelas?

Lo de las Abuelas es increíble porque comenzaron con tareas de inteligencia considerando que eran amas de casa, y se pararon frente al dolor más terrible que puede tener una persona. Y tiene que ver con la desaparición, lo que te paraliza. Yo después de 38 años encontré el cuerpo de mi papá y sé que el destino del de mi mamá es el fondo del río. Pero hay algo adentro de uno que te genera una ilusión que vos sabés que no es así. Esa es la desaparición, todos los días te remueve. Y mientras más pasa el tiempo más te duele, porque vos crecés y ellos siempre son chicos.

Ante todo eso se pararon y es lo más valioso que nos deja a todos: la importancia de la lucha colectiva. Ellas fueron puerta por puerta y todos la ignoraban. Cuando se unieron y fueron juntas comenzaron a organizarse como fuerza de lucha, y aprendieron a pararse ante el mundo. Hoy es esta gran institución que preside esta mujer maravillosa, que junto a las otras abuelas y después de 37 años han fortalecido su lucha. A ellas las han perseguido, la han tirado al mar, y se pudieron para y siempre con amor. Eso es lo más valioso. Aun frente a los represores en los juicios que nunca dicen una palabra, a veces se burlan de ellas; y aun así jamás respondieron con otra cosa que no sea el amor. Esto es Abuelas.

Nosotros no queremos que jamás este dolor le toque padecer a otras generaciones. Y los juicios son importantes para que esto nunca más se repita. Esto nunca hubiera sido posible sin la lucha de estas mujeres.

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