La venta ilegal de carne ya es un “hábito común” en Chubut

La venta ilegal de carne ya es un “hábito común” en Chubut
En la provincia existen 28 establecimientos frigoríficos o mataderos que tienen habilitación para comercializar carnes. Doce están autorizados también para transportar y vender sus productos en cualquier parte del territorio chubutense. El problema es que a partir del menor número de controles, algunos de ellos suelen ser utilizados también para faenas directas de las carnicerías. De acuerdo a las denuncias de carniceros que se ven perjudicados por la competencia desleal de sus pares, esto produce una brecha en el mercado, ya que esas carnicerías reducen sus costos, pero porque incurren en la compra y venta de mercadería en negro. Lo hacen aprovechando la matrícula matarife-abastecedor que puede disponer cualquier persona física.

En Chubut solo hay seis frigoríficos habilitados por SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) que pueden comercializar sus productos más allá de las fronteras provinciales. Cuatro de ellos además de recorrer las rutas de todo el país, también están habilitados para hacerlo puertas afuera, exportando un producto que atrae a los conocedores de la mejor carne argentina.

Estos seis establecimientos están bajo la órbita de SENASA, y deben cumplir con estrictos controles sanitarios. Sin embargo, en la provincia, hay otros doce mataderos de ámbito privado y estatal, que también trabajan en el mercado animal y realizan tránsito provincial. Es decir, están habilitados para transportar y comercializar sus productos en cualquier parte del territorio chubutense y no sólo dentro de un ejido municipal.

Estos dependen de la Subsecretaría de Ganadería de la provincia y además de estar ajenos a los controles de SENASA, quedaron en el ojo de la tormenta luego de la denuncia que realizaron fuentes vinculadas a frigoríficos y carnicerías, quienes sindicaron que algunos son utilizados para prácticas que generan competencia desleal, la cual roza el trabajo en negro y la evasión de impuestos.

NEGOCIO REDONDO

Una de las mayores preocupaciones del sector son las violaciones a las normas de higiene en algunos mataderos y la existencia de una comercialización en negro que se realiza en diferentes pueblos de la provincia, aprovechando la matrícula matarife-abastecedor que otorga el Registro Unico de Operadores de la Cadena Agroalimentario, denunciaron fuentes vinculadas a carnicerías y frigoríficos perjudicados.

“Esto existió siempre, cada vez está peor. Lo peor es la evasión de impuesto, no podemos competir. En Comodoro pasamos y estamos dejando 25 medias reses, no podemos vender más por la diferencia del IVA. Ellos lo venden más barato, generalmente un 10 por ciento, a veces también es más”, denunció Daniel Evans, de Frigorífico Dicasur.

Según explicó Evans, el mercado de Comodoro Rivadavia es el más importante de la provincia. En el pasado Frigorífico Dicasur vendía entre 80 y 100 medias reses por semana, ahora sólo deben conformarse con llegar a las 25, pero el promedio ronda las 20.

“El problema es que no podemos vender en negro como ellos, SENASA controla todo, toda la hacienda que entra, lo que se mata y lo que se sale. Y la AFIP controla con SENASA”, ejemplificó.

La práctica que denuncian frigoríficos y carnicerías afectadas es sencilla: un usuario habilitado con la matrícula matarife-abastecedor compra hacienda en forma directa, solicita un detalle de tránsito y realiza la faena en los mataderos de tránsito provincial. Luego la comercializa a carnicerías propias o de terceros, sin pasar por los controles de SENASA.

El matadero le cobra al matarife un precio por el servicio que puede rondar en Chubut entre los $50 y $100 por res, quedándose con los subproductos derivados de la faena, es decir cuero y menudencias, superiores al precio de faena.

De esa forma, hay un recupero que el comerciante vuelca también al precio de venta final, sin que su nombre aparezca ante las autoridades sanitarias, estando exentos de toda responsabilidad comercial, sanitaria y tributaria, sólo utilizando camiones.

En Chubut son varios los matarife-abastecedores. Según denunciaron empresarios y comerciantes que pidieron resguardar su nombre, algunos de ellos trabajan en 28 de Julio o Río Pico transportando carne a toda la provincia.

De esa forma, al ser faenada la carne en el matadero, sale con avales sanitarios precintados y certificado sanitario, pasando los controles que implementan las delegaciones veterinarias de los municipios, y el control de abasto que se realiza en cada ciudad.

Así son varios los mataderos que eligen radicarse fuera del ejido de los municipios, ya que tienen permisos provinciales, pero carecen de controles estrictos de organismos sanitarios como SENASA y tampoco requieren de la infraestructura mínima exigida a los demás frigoríficos.

Todo esto con el pago de una matrícula en Registro Unico de Operadores de la Cadena Agroalimentaria dependiente del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, como se señaló.

A ello se suma la venta en negro, según denunciaron, ya que las carnicerías que incurren en esa práctica de contratar o contar con mataderos en zonas rurales, compran la jaula de hacienda en forma directa. Luego hay un porcentaje de la cantidad de animales que no suele declararse al carecerse también de estrictos controles de facturación.

Fuentes del sector indicaron que esa faena en negro generalmente ronda un 30 por ciento, lo que permite ir regulando el precio de venta de acuerdo a la conveniencia del mercado, ya que también esas carnicerías operan en el costo al comprar parte de la mercadería en negro.

La situación preocupa teniendo en cuenta además que al pertenecer a la órbita municipal o provincial, esos mataderos suelen tener una baja planta de empleados, y muchos de ellos pertenecen a planes sociales.

Así los mataderos terminan faenando a $0,50 centavos el kilo, cuando en la industria frigorífica cuesta $3,50. Según la información a la que pudo acceder este diario, esta práctica alcanza a toda la provincia.

FAENA CLANDESTINA

Diario Patagónico también consultó sobre la problemática a Hernán Alonso, presidente de la Federación de Sociedades Rurales de Chubut y ex gerente de Frigorífico de Esquel. El dirigente aceptó que existe esta práctica, pero aclaró que el peor perjuicio del mercado es la faena clandestina realizada en campos.

“Cualquier persona puede tomar esa figura de matarife-abastecedor. Con esa matrícula vos comprás carne, la llevás a un matadero y te la faenan, después la vendés. El problema es que hay mataderos locales que la provincia no autorizó para que funcionen y lo estaban haciendo”, explicó.

“Ahora están cerrados. Pero la principal competencia desleal es la faena clandestina y los mataderos municipales. Pasa en Comodoro, Trelew, todos los lugares, hay que empezar a blanquear la situación, porque en toda la provincia existe el abigeato: en el valle inferior, en la cordillera, en todos los lugares. Es como pandemia”, consideró.

En sus declaraciones, el dirigente rural explicó que Nación ya está trabajando en el tema, actualizando las matrículas de matarife abastecedor, mientras que provincia esta regularizando los mataderos.

“Se pretende más que nada dar seguridad alimenticia. Desde la Rural hicimos bastante presión para sincerar el mercado de la carne y regular el mercado. Había mataderos en pueblos del interior que no tenían habilitación de la provincia, ni control bromatológico, veterinario, ni fluentes”.

“Pedimos que se vaya trabajando de a poco para regularizarlos porque vos podías cargar una vaca de cualquier campo, te la faenaban y la vendías. La falta de control y de seguridad alimenticia son deudas históricas”, consideró Alonso.

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