Urtubey, el pésimo candidato a Presidente

Urtubey, el pésimo candidato a Presidente
Los esfuerzos para anotar a nuestro gobernador Juan Manuel Urtubey en la carrera presidencial de 2015 esta cada vez mas difícil. En las propias huestes oficialistas ya se esta mirando con mayor atención a un tercer mandato provincial que a otra cosa, aunque no se descarta un milagro, o bendición, de último momento que lo empuje aunque sea a un hipotética vicepresidencia. Pero veamos cuales son las dificultades que afronta el utubeicismo para tratar de incluirse en la puja presidencial.
Los medios nacionales, que no son otra cosa que medios de Buenos Aires con alcance nacional, no saben distinguir correctamente la naturaleza de varios dirigentes del interior, asignándole filiaciones políticas ingenuas a determinados dirigentes que en realidad son pasajeros prestos a tomar el primer colectivo que los lleve a su objetivo. Así al hablar de Salta saben confundir a Olmedo con el PRO y también lo hacen con Urtubey como tropa propia de la presidenta. Pero la verdad es diferente: Ni Olmedo y Romero son macristas ni Urtubey es kirchnerista así como Biella no es socialista ni Wayar moyanista. Cada uno de ellos son una expresión política local que se va amoldando a corrientes nacionales según sus necesidades y, a veces, sin una coherencia ideológica identificable. Son, como casi cualquier poder político de la periferia, esencialmente pragmáticos por no decir prostituíbles al mejor postor. Así como el candidato a concejal de un pequeño pueblo puede causar pavor en como se cambia de sector político en cuestión de días, en lo provincial sucede lo mismo.

Su amistad con el malogrado Marco Enríquez-Ominami, que por el momento quedó fuera de la carrera presidencial en Chile, explica bien el proyecto político del gobernador. Al igual que el chileno sueña con ser la síntesis de la tesis oficialista y la antítesis opositora, el término medio que traerá un nuevo rumbo al país. Pero en el caso salteño en realidad cobija un tremendo embrión conservador que solo de palabras declama luchar contra las injusticias del mundo y que en la práctica utilizaría los mismo métodos que la oposición. En otras palabras Urtubey no deja de ser un opositor más que no termina de convencer ni a un bando ni a otro.

Ensaya ser kirchnerista haciendo presencia en actos oficiales detrás de la presidenta, y a la vez usa un lenguaje cuidadoso que lo mantiene en bordes apenas discernibles que no se sabe si es opositor u oficialista. Es que Juan Manuel cree, en sus adentros, que él no es ni una cosa ni la otra. Una de las falacias mas grandes de nuestro gobernador es hacer creer que sus altruistas intenciones de combatir la pobreza, la desigualdad, etc. es coincidir con los progresos kirchneristas. Pero esto no es así, no son las intenciones sino las formas las que hacen que proyectos políticos sean congruentes, y para que lo sean deben coincidir ideológicamente. Y coincidir ideológicamente es obrar en el mismo sentido, en las formas de alcanzar los objetivos, en el método y en el enfoque que se le da a los problemas, pues en el fondo todos los movimientos políticos tienen metas altruistas como fin. Así alguien del oficialismo provincial que diga "coincidimos con el gobierno nacional porque perseguimos los mismos objetivos" sería hacer coincidir a Milton Friedman con Karl Marx porque ambos buscan el progreso de la sociedad. Por ejemplo ¿Que posición tiene el urtubeicismo con respecto al aborto en determinados casos? ¿Y a la educación laica? ¿A la educación sexual en las escuelas? ¿Comparte puntos de vista similares en estos temas con el resto del kirchnerismo o se acerca a lo que sostiene la derecha? También ¿Haría frente a los monopolios mediáticos o se sometería a su agenda? ¿Echaría mano al libreto neoliberal para detener la inflación? ¿Propondría un "ajuste" o baja de salarios de los trabajadores? ¿Mantendría las polémicas retenciones al "campo"? A nivel internacional ¿Trabajaría en fortalecer la UNASUR y el MERCOSUR o daría un giro a la "Alianza del Pacífico? ¿Existe una voluntad firme sobre el tema Malvinas?

El urtubeicismo lo que ofrece es claro: El Gobernador suma en su persona todo, y cuando se refiere a todo es todo. Juan Manuel es el conductor, pero también es el militante, el funcionario y el intelectual. El kirchnerismo salteño sabe, ya sufrió el síndrome "paloma de iglesia" y su desconfianza aumenta por ello. Un proyecto presidencial urtubeísta plantearía algo diferente y no la necesaria continuación de Néstor y Cristina. Y precisamente es esto lo que se busca: una opción al kirchnerismo, o sea la oposición, porque Urtubey representa algo "nuevo", una alternativa distinta con una impronta propia, aunque esa misma "impronta propia" termine siendo lo solicitado por poderes hegemónicos heridos con la actual conducción nacional. Su hipotética presidencia representaría bien a aquellos que quieren algo diferente a diez años kirchneristas. Y en este sentido Urtubey es el candidato ideal para ser una opción presidencial opositora: En la práctica promete ser distinto al kirchnerismo y en lo teórico, en el palabrerío de discursos encendidos, se aferra a sus banderas mas sagradas. Además no necesita pelearse con la presidenta ni con sus funcionarios para demostrar un estilo propio, basta con basarse en los hechos. Y con una oposición al gobierno nacional sin un rumbo claro ni ideas concretas Juan Manuel puede erigirse como un nuevo polo de atracción. Se fortalece en la provincia del salta nutriéndose de un kirchnerismo estéril comandado por caciques dispersos. Pero si el urtubeicismo tiene tantas condiciones a favor ¿Porque no se posiciona como tal a nivel nacional? Pues es simple: Todavía no cuenta con la bendición de los medios hegemónicos de Buenos Aires que lo instalen a nivel nacional, todas sus operaciones políticas para lograr la bendición de grupos como Clarín se han hundido en el fracaso. Otra consecuencia es la sucesiva debilidad en la política doméstica del urtubeicismo. Juan Manuel juega una inteligente partida de ajedrez donde tiene acorralados a sus potenciales opositores: Romero, Isa, Olmedo. Ha diseñado un complicado artificio donde casi todo voto que ande volando por ahí sume agua para su molino. Así usó a Olmedo para neutralizar una cantada derrota contra el romerismo, permitió que Miguel Isa cometa la barrabasada de poner a su hija como diputada nacional y salió cuarto en capital. Pero estos ingenios electorales tienen pies de barro, pues Urtubey se nutre de la división del enemigo y del voto del aparato bolsonero de los intendentes del interior provincial. Su base electoral genuina es casi tan grande como la suma de personas que dependen de sus prebendas políticas, fuera de ello navega en un mar de indecisos y de lealtades artificiales que apenas pueden disimular su descontento que lo abandonaran a la primera oportunidad.

Aunque esto no parece importarle mucho, pues Juan Manuel se construye a sí mismo a través de la propaganda. Es puro como agua mineral envasada en origen. Primero el es un "macho dominante" que gobierna según su antojo. ¿De que otra forma se justifica de que haya puesto como Ministra de Derechos Humanos a una contadora experta en maquillaje? Porque es precisamente en su papel de varonil semental que disfruta de nombrar mujeres lindas en donde le canta la gana, una actitud que tiene un trasfondo machista y frívolo. Invierte una fortuna en publicitarlo todo, hasta lo que no existe. Pero ello no le bastará para seducir al electorado nacional y menos al de Buenos Aires. Por mas disfraz de gaucho que Juan Manuel Urtubey use, por mas que se rodee de cholos para ofrecer la imagen de la alcurnia patricia a la que pertenece, para los porteños no pasará de ser un gobernador cabecita negra de una provincial feudal del norte. Las verdades que duelen donde no se dice.

El Bizantino

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