Ubican a Mar del Plata entre las primeras ciudades del interior bonaerense como anfitriona de “saladitas” y “manteros”

Ubican a Mar del Plata entre las primeras ciudades del interior bonaerense como anfitriona de “saladitas” y “manteros”
Un informe elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) reveló que en la “Feliz” existen alrededor de 35 paseos de compra con esta modalidad, los cuales albergan a más de 490 puestos. La mayoría de estos complejos funciona en situación irregular y vende mercadería de dudosa procedencia o que viola la ley de marcas.
Los impulsores de la investigación no dudan en asegurar que el modelo de “La Salada” se está expandiendo sin freno en numerosos municipios del país, acentuando un sistema de producción precario que daña el comercio formal y alienta la evasión fiscal.

De acuerdo a un sondeo realizado durante julio en 149 ciudades de las 24 provincias, se detectaron 336 saladitas activas con 23.212 puestos de ventas a lo largo y a lo ancho del país.

Sin embargo, a esa cifra, que da claras muestras de un crecimiento en el comercio ilegal, hay que sumarle la presencia de 9.361 manteros o mesiteros, quienes venden mercadería en la vía pública.

El ranking es liderado por Lomas de Zamora, quien posee el record de albergar un puesto de venta ilícito por cada 1,8 comercios formales registrados en el distrito. Aunque, también, podría decirse que hay un puesto de venta ilegal cada 56 habitantes.

En ese último sentido, Tandil lidera la nómina de penetración del comercio irregular en el sudeste bonaerense con un puesto cada 416 habitantes.

Frente al avance ilegal y la imposición de un modelo de comercio rudimentario, que promueve el empleo precario y la ilegalidad, diversas provincias comenzaron a regular la actividad.

En la Provincia, el 6 de julio pasado se sancionó una ley destinada a controlar el crecimiento del rubro. Pero, aún así, son muchas las ciudades en riesgo por la multiplicación de este tipo de ferias urbanas.

Lo más preocupante del caso es que actualmente no hay en la Argentina un registro de feriantes ni de vendedores ambulantes. No se sabe cuántos son, cuánto facturan ni qué venden.

Por eso, tibiamente, se ha iniciado un proceso de reordenamiento en muchas comunas, donde intentan aplicar controles, relocalizar a este tipo de comerciantes y blanquear los predios.

La cuestión es que, mientras se estima que habría más de 400 saladitas y unos 60 mil vendedores entre manteros y feriantes informales, las fiscalizaciones confirman que muchos de los que se están insertando en ese esquema de venta ilegal no son marginales ni sobrevivientes, sino oportunistas.

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