Tururú, un personaje olvidado que hoy revive en los corsos capitalinos

Tururú, un personaje olvidado que hoy revive en los corsos capitalinos
Abel es quien hoy lleva las vestiduras de San Baltasar, el santo negro al que cada 6 de enero se rinde honores en el barrio Cambá Cuá. En los carnavales rememora la historia de Antonio Cáceres, más conocido como “Tururú”, un alma soñadora muy querida y poco recordada.

Abel Tomas Rodríguez tiene 52 años y hace 15 que es el San Baltasar que todos los años inunda de felicidad a los habitantes del barrio Cambá Cuá cada 6 de enero, cuando los negros candomberos salen a rendir honores a su santo patrono. Festejo que no solo recibe visita de su barrio sino de toda la provincia.

Abel vive en Villa Raquel y “por escasez de personaje”-indicó a época- “tengo que ponerle alegría a la gente”. Hoy en los carnavales correntinos forma parte de un grupo (invitado por Ará Berá, cuyo tema de este año es “Amor América: 200 años de la abolición de la esclavitud) que representa a los habitantes afro de Corrientes. En medio de ese bloque representativo de la cultura correntina, aparece “Tururú”, un personaje que dejó de existir en 1995 y a quien Abel representa.

“Era un tipo inofensivo que recorría la ciudad, le robaba su alegría a la gente y casi siempre se lo veía en las puertas del Colegio Salesiano, lugar que por muchos años fue su hogar”, aseveró Osvaldo Caballero, representante de la Cofradía de San Baltasar, quien junto a cerca de 15 personas desfilan cada noche intentando mostrar el desembarco de la cultura afroamericana en Corrientes.

Según cuentan quienes lo conocieron Tururú era lustrabotas; cada 16 de julio era peregrino; los 6 de enero vestía los atuendos de San Baltasar y, en carnavales, era uno más de los payasos Dandys, la comparsa que inunda de alegría a su paso.

“Repartía monedas a cada político de sus tiempos con una sonrisa, era un hombre grande con mente de niño y renovaba la alegría de la gente”, dijo Abel, quien hoy tiene el orgullo de representar a un personaje casi olvidado. Él era afrodescendiente.

Tururú viene de la voz guaraní (Turu) que significa “corneta”, justamente de allí proviene su alias, Antonio Cáceres (tal su verdadero nombre) se valía de cualquier latita que encontraba por la calle para utilizarla como corneta o una especie de alto parlante para invitar a la gente al día de San Baltasar, la celebración de la Virgen y para los otrora brillantes carnavales no sólo en los que la gente salía a la calle disfrazada sino cuando las siestas invitaban a la gente a darse un chapuzón de agua. Allí estaba Tururú anunciando cada día festivo con su inofensivo aporte; fue muy querido y murió solo, en el garaje de una casa que muchas veces le servía de refugio.

El festejo de religiosidad popular de San Baltasar fue rescatado del olvido por familias descendientes de afroamericanos y son los ejes por los cuales esta festividad adquiere año a año ribetes distintos. Tururú fue uno de los impulsores de estos festejos. “En el barrio había un muchacho, Antonio Cáceres, más conocido por Tururú, un personaje que hacía de San Baltasar todos los seis de enero. Le conseguían el atuendo y todo. Era un muchacho humilde y un poco aniñado, por decirlo así. Era de características diferentes. Trabajaba de lustrabotas y tenía la particularidad de acercarse al barrio y participar de la fiesta”, comentó Gabriela Caballero al recordar a Tururú.

Gabriela recordó además que este año se celebra el Bicentenario de la "Liberación de Vientres", promulgada por la Asamblea del Año XIII. “La Liberación de Vientres, decretada en la sesión del 2 de febrero de 1813 por la Asamblea General, establecía que todos los hijos de esclavos que nacieran en el Territorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata, a partir del 31 de enero de 1813, serían libres y aquí anidaron muchos negros, ahora sólo quedamos los descendientes y tratamos de que no se muera nuestra cultura”.

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