Un día después de que dos atentados suicidas mataran a 34 personas y dejaran 270 heridos en Bruselas, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, informó hoy que sus fuerzas de seguridad el año pasado detuvieron y deportaron a Europa a uno de los agresores que conmovieron a la capital belga.

"Uno de los autores de los ataques de Bruselas es una persona que detuvimos en junio de 2015 en Ganziatep, y fue deportado. Informamos a la embajada belga sobre la deportación el 14 de julio. Bélgica lo dejó libre", aseguró Erdogan en una conferencia de prensa en la capital Ankara, según la agencia de noticias EFE.

"Pese a nuestras advertencias de que esta persona era un combatiente extranjero, Bélgica no pudo determinar sus vínculos con el terrorismo", agregó el presidente.

Desde Bruselas, el ministro de Justicia de Bélgica, Koen Geens, rechazó las declaraciones del mandatario turco y negó que las autoridades de su país hayan pasado por alto advertencias de Ankara o que hayan actuado con negligencia, según informó la cadena de radio y televisión pública belga VRT.

Según explicó a la prensa Erdogan, el hombre en cuestión pidió que lo deportaran a Holanda y no a Bélgica, y Turquía aceptó.

"También informamos a Holanda", destacó Erdogan, tras hacer la aclaración.

Poco después el Ministerio de Justicia holandés informó a la prensa que está investigando qué sucedió después de la deportación.

Erdogan no mencionó por nombre a cuál de los autores de los atentados de Bruselas se refería, sin embargo, una fuente de la Cancillería turca informó a la cadena de noticias local CNNTurk que se trata de Ibrahim el Bakraoui, uno de los dos agresores que se inmoló dentro del aeropuerto internacional de Bélgica, según las autoridades de ese país europeo.

El Bakraoui nació en 1986, tenía nacionalidad belga y antecedentes criminales en ese país europeo.

Medios belgas e internacionales aseguraron hoy los atacantes de ayer en Bruselas habrían sido cuatro.

Ibrahim el Bakraoui se inmoló en el aeropuerto; su hermano menor, Khalid, lo hizo en la estación de subte de Maelbeek, cerca de la sede de las principales instituciones de la Unión Europea (UE), y hasta hoy se creía que el tercer hombre captado por las cámaras del aeropuerto con un gorro y un abrigo claro era Najim Laachraoui, el único que había escapado.

Sin embargo, hoy medios belgas e internacionales informaron que Laachraoui, el mismo hombre que las autoridades francesas creen que construyó las bombas que mataron a 130 personas en París en noviembre pasado, se inmoló ayer junto a Ibrahim el Bakraoui en el aeropuerto.

En caso de confirmarse esta información, significaría que el hombre de sombrero y abrigo claro que captaron las cámaras del aeropuerto de Bruselas ayer poco antes de los atentados sería un cuarto atacante, cuya identidad aún se desconoce.

Laachraoui nació en Marruecos, pero creció en el barrio de Bruselas de Schaerbeek, un distrito de buen pasar reconocido por su integración cultural.

Cuatro años después de terminar la escuela católica, en donde lo recuerdan como un estudiante típico, el joven partió hacia Siria, en 2013, para sumarse a las filas de la milicia extremista Estado Islámico (EI). Alertada sobre esto, la Justicia belga lo condenó en ausencia por sus vínculos con una "organización terrorista".

Pese a que aún no se conocen los vínculos entre estos atacantes y el EI, la milicia extremista se adjudicó ayer la autoría de los atentados, como ya lo había dicho en noviembre pasado.

Según explicó hoy Erdogan, uno de los atacantes de Bruselas fue detenido por las fuerzas de seguridad turcas en julio pasado en la provincia de Gaziantep, una zona del sur del país, lindante con Siria, uno de los dos países en donde se estableció y creció el EI en los últimos años.

Entre 2011 y junio de 2015, Turquía dice haber detenido y deportado a más de 2.700 sospechosos de estar vinculados con el EI y de intentar cruzar a Siria para sumarse a la compleja guerra que se pelea en ese país, muchos de ellos oriundos de países europeos.

Los servicios de inteligencia de las principales potencias del mundo han alertado en reiteradas ocasiones que miles de ciudadanos occidentales se sumaron a las filas del EI en los últimos años, muchos incluso se trasladaron hasta Siria e Irak para pelear en sendos conflictos armados.

Los últimos atentados islamistas reivindicados por el EI en Europa fueron cometidos por jóvenes nacidos o criados en esos mismos países, a diferencia de lo que sucedía otrora con milicias como Al Qaeda, en las que los atacantes provenían de terceros países, principalmente de Medio Oriente.