Veamos un ejemplo: el Impuesto a las bebidas azucaradas.
El primer país en aplicar el impuesto a bebidas azucaradas fue Dinamarca, lo introdujo un gobierno de centro derecha y también aplicaba a carnes, lácteos y grasas. El efecto sobre la salud era incierto y sostener el impuesto fue imposible. La evidencia internacional ha demostrado que el impuesto a las bebidas azucaradas ha sido un fracaso.
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