Quedaron complicadas las áreas de Obras Particulares, Tránsito e Inspección General, foco de todo tipo de cuestionamientos. Después de los cambios en Gobierno, podrían venir más remociones. Pero se mantiene inalterable el núcleo duro del curtismo. Reacciones ante el triunfo massista, y el próximo desafío, retener la conducción del PJ.
Todos los trascendidos apuntaron a las cuestionadas direcciones de Obras Particulares, Tránsito, Servicios Urbanos e Inspección General; incluso a los juzgados de Faltas. Rodó alguna cabeza, pero ninguno de los directores involucrados dejó aún su puesto, a saber Maximiliano Noseda, Roberto Longo, Miguel Mulak.
Hay dos problemas – denunciados varias veces por la oposición - que no podían seguir escondiendo bajo la alfombra: de gestión y de transparencia. Además, Curto, que no es proclive a echar a nadie, sabe muy bien el efecto que genera en sus filas la incertidumbre.
Después de las Primarias, el municipio retomó parte de la iniciativa con la realización de obras necesarias y reclamadas por los vecinos. El resultado adverso había sido interpretado como un castigo a la administración local. Ahora, los guarismos fueron más estrepitosos para el curtismo, que tiene también demasiados problemas internos. Por ejemplo, algunos secretarios tienen en la mira a su par de la Secretaría General, Miguel Ríos, quien desliza que fue el primero en llegar a la Comuna y tal vez sea el último en retirarse. No corrió igual suerte Daniel Galera, que dejó hace un mes Gobierno, un área que está en llamas.
En medio de este contexto, en el Concejo Deliberante el oficialismo deja de ser en diciembre mayoría. Si no fuera por los tironeos que hay en el massismo, el panorama pasaría de gris oscuro. Y hay una batalla más que se avecinaría, por la cual Curto necesita hoy tener contenida a toda su tropa, la renovación el 15 de diciembre de autoridades del PJ. Claro está, el metalúrgico no tolerará otro tropiezo este año.
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