Temporada electoral: Alberto se despega de los conflictos que sacuden a la Patagonia

Temporada electoral: Alberto se despega de los conflictos que sacuden a la Patagonia

El Presidente garantizó gendarmes al recrudecer los ataques mapuches en Río Negro, pero evita asumir exclusiva responsabilidad. El chubutense Arcioni pasó por Rosada y fue atendido solo por Manzur.

 

Con el conflicto mapuche recrudeciendo, y ante la insistencia de la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, y las crecientes quejas de la oposición, el presidente Alberto Fernández se decidió a enviar más gendarmes a la comarca andina y mediante carta garantizó su "firme decisión de asistir a esa provincia", aunque sostuvo que se debe "formar un cuerpo específico" que se ocupe de "reforzar la seguridad en el futuro".

Más tarde, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, salió a defender la actuación del Gobierno y la posición oficial en el conflicto, que se resume en evitar condenar los incidentes como actos terroristas -como sucede al otro lado de la Cordillera, en Chile- y evitar la obligada intervención de fuerzas federales ante delitos de tal magnitud, según indica la ley de Seguridad Interior.

La actuación de la Casa Rosada vino en respuesta al pedido de asistencia en materia de seguridad realizado por Carreras, luego de la escalada de violencia con sectores mapuches que reclaman tierras en la región de El Bolsón y alrededores, y que habrían propiciado el incendio del Club Andino de esa localidad.

El encargado de la política de seguridad nacional sostuvo que "no se van a aplicar políticas represivas", y ante periodistas acreditados en la Casa Rosada declaró: "Ya vimos cómo terminó lo de Santiago Maldonado".

}"Nosotros vamos a hacerlo como colaboración ante una situación particular como los desmanes que han existido. La gobernadora dice que es una obligación, pero no es así. Es una colaboración, y nos parecería bien que la propia Policía de Río Negro armara un comando específico para atender este tipo de situaciones", recalcó Aníbal.

El ministro también rechazó que los incidentes violentos sean actos terroristas. "No lo puedo definir yo; lo debe definir la Justicia", insistió.

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OTRA PROVINCIA EN DIFICULTADES

También, en el transcurso del jueves visitó la Casa Rosada el gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, quien atraviesa desde el inicio de su mandato una delicada situación por la imposibilidad de hacer frente a los compromisos salariales con el cuerpo docente y los estatales, que están en permanente huelga. Ese conflicto ha provocado que la provincia patagónica no tenga clases regulares desde hace tres años, y que buena parte de la administración funcione en frágiles condiciones.

El chubutense fue recibido por el jefe de gabinete, Juan Manzur, en un encuentro del que poco trascendió. Según el equipo del ministro coordinador, la cita sirvió para "establecer líneas de trabajo y una serie de acuerdos a desarrollar luego de las elecciones legislativas del 14 de noviembre". Arcioni, por su parte, indicó que "analizamos las obras que están en marcha, las que se ejecutarán y las que proyectamos" y añadió que "el encuentro se produjo en ese ida y vuelta de cordialidad que mantenemos en la relación de Chubut con Nación".

El gobernador Arcioni, en una época aliado a la Casa Rosada por su vínculo político con el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, ha sido apartado del círculo del Frente de Todos, al punto de presentar en estos comicios su propia lista, que quedó relegada al tercer lugar en las primarias de septiembre.

El Presidente y una buena delegación del gabinete nacional visitaron Chubut el martes, y Arcioni no participó de actividades que, según el ministro de Seguridad provincial y actual candidato al Senado, eran eminentemente "electoralistas".

Fernández recogió en la provincia un panorama sombrío ante la falta de recursos, altos niveles de desempleo, y una alta conflictividad social.

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