Temor a Plan Bonex explica, en parte, baja de tasas de plazo fijos

Temor a Plan Bonex explica, en parte, baja de tasas de plazo fijos

Los rendimientos ofrecidos a los ahorristas vienen cayendo, al igual que la tasa de referencia. Los bancos parecen no querer más liquidez. ¿Por qué?

Pese al retiro de depósitos de parte del sector privado que se acentuó tras las PASO, el sistema financiero mantiene un elevado nivel de liquidez. Esto, además, explica cierto comportamiento de las entidades financieras en las últimas semanas, que se reflejó en una baja sostenida de las tasas de interés de referencia (en las subastas de Letras de Liquidez de BCRA o Leliq). Lo que en paralelo se trasladó en un ajuste de los rendimientos ofrecidos a los ahorristas de plazo fijo.

El panorama de incertidumbre electoral no cambió para nada y el contexto económico y financiero se deterioró más aún. De modo que la baja de las tasas de interés plantean ciertas dudas. ¿Qué es lo que pasa en realidad? Según la lectura de los analistas más agudos, detrás del comportamiento de los bancos está latente el temor a un nuevo Plan Bonex. Por esas cosas del destino el próximo 11 de diciembre (24 horas después de haber asumido el nuevo presidente) se cumplirán 30 años del tristemente recordado Plan Bonex de 1989 cuando, por un DNU, el gobierno de Menem vía el ministro de Economía, Erman González, implementó un canje compulsivo de los depósitos a plazo fijo por títulos públicos (“Bonos externos con vencimiento en 1999 conocidos como Bonex 89). Salvo algunas diferencias, el núcleo del problema es el mismo. El BCRA capta, indirectamente, los depósitos de los bancos a cambio de entregarle títulos de deuda, en la actualidad son las Leliq. En el 89, tras la corrida cambiaria y financiera los bancos debían esperar que el BCRA entregara liquidez para afrontar el retiro de depósitos. Esto provocó un gran colapso porque la mayoría de los depósitos (no había operaciones en dólares) eran trasaccionales.

Hoy el panorama es distinto pero el meollo casi igual. Porque la emisión contenida en el BCRA, o sea, el stock de Leliq equivale a casi una base monetaria. Sin duda, semejante expansión potencial de dinero primario (de base) implicaría un serio riesgo (hiper) inflacionario. Hoy el stock de Leliq es de $1,12 billón a lo que se suman otros $150.000 millones enpases pasivos. De modo que la deuda del BCRA asciende al tipo de cambio de hoy en alrededor de u$s22.000 millones. Claramente una cifra inmanejable en la actualidad de las reservas del BCRA.

Por ello los bancos vienen rechazando tener más liquidez, o sea, captar más depósitos a plazo, primero porque no tienen demanda genuina de crédito y en segundo lugar, porque temen que la resolución del tema Leliq tendrá algún ribete semejante a esquemas ya implementados décadas atrás. Por más que se recurra a bajar encajes para inyectar liquidez si la demanda de dinero no reacciona será difícil este camino. Y la experiencia histórica muestra que no hubo ningún plan de estabilización que lograra semejante recuperación de la demanda de dinero en poco tiempo. Por lo tanto, el desarme del stock de Leliq requerirá de cirugía de alta complejidad para evitar un descalabro mayor.

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