Un Mal también capitalino

Un Mal también capitalino

Un informe de la Auditoria sobre el Hospital Materno Infantil revela que el problema de la desnutrición también se da en la capital salteña. Las observaciones del informe vuelven falaz la explicación que relaciona el problema con una cuestión cultural.

Contra los dichos del gobernador Juan Manuel Urtubey, que brama que la mortalidad infantil en Salta se va reduciendo por el trabajo afanado de sus funcionarios, un reciente informe de la Auditoría General de la Provincia (AGP) sobre el Hospital Público Materno Infantil (HPMI) revela que “en el año 2013, un 31% de las defunciones de menores de 5 años fueron muertes evitables”. Si bien no se trata de un año pasado, fue el sexto año consecutivo de Urtubey al frente de la provincia.

“La mortalidad infantil en el HPMI, fue de 1,3 muertes cada 100 egresos, valor dentro de los parámetros nacionales para la complejidad de un hospital como el HPMI”, apunta el informe definitivo de la AGP, publicado oficialmente el 1 de setiembre último. No se especifica cuántos niños murieron en ese hospital en 2013, pero se reconoce que hubo muchos casos de Salta capital, contradiciendo ahora los dichos del viejo-nuevo ministro de Salud Pública, Roque Mascarello, quien al asumir su segunda etapa como titular del área situó el problema de la mortalidad infantil en la zona del chaco salteño.

“En Capital, se incrementó el porcentaje de defunciones atribuibles al HPMI”, se sintetiza así la doble desmentida: ni se viene en tendencia descendente con respecto a la mortalidad infantil ni el problema está exclusivamente situado en el chaco salteño. La pobreza extrema, mal que le pese a varios declarantes del gabinete provincial, no es por causas culturales ni se vincula linealmente con la pertenencia étnica a comunidades originarias.

Aún más evidencia, en cuanto a los casos del interior se subraya que “se incrementaron las defunciones atribuibles a la atención pre-hospitalaria (en 2012 fue de 36.8 %; en 2013 fue de 42,1%, y en el 2014 alcanzó al 51.3 %)”. La atención pre-hospitalaria son todos los casos que pierden la vida en el HPMI a menos de 48 horas de haber ingresado. Son los casos de derivaciones que llegan desde los puestos sanitarios de fuera de la capital.

Desnutrición infantil

Se agrega, además, que “un 55,3% de las defunciones neonatales son por bajo peso”, lo cual se complementa con el dato que “de las causas básicas de muertes reducibles en menores de 5 años, un 33% son por bajo peso”. Es decir, la desnutrición infantil es una de las principales causas de los decesos de los chicos, tal como ya testimoniaron con su vida una decena de casos conocidos en los últimos años a través de los medios de comunicación.

Los últimos dos que tomaron estado público ocurrieron en agosto de este año en el chaco salteño y se conocieron un mes después por los dichos de quien estaba a cargo del centro asistencial del lugar, el licenciado en nutrición Ramiro Soraire. Éste fue eyecto de su puesto en el hospital de Santa Victoria Este luego de esa osadía, y el ministro de Salud Pública, Roque Mascarello, admitió hace dos semanas que ni siquiera conoce en qué situación está Soraire por estos días.

José Santiago y Andrea Ruth Gómez siquiera lograron ser derivados al HPMI, siendo así dos decesos que podrían haberse evitado perfectamente. Fue una de las últimas tribulaciones que debió soportar Oscar Villa Nougués al frente del ministerio, y terminó por ser solamente un revuelo mediático que el gobernador no tuvo reparo en relativizar aduciendo la supuesta baja durante su gobierno de la mortandad infantil y asegurando que no estaba claro que ambos chicos hubiesen fallecido por insuficiencia nutricional.

Clandestinidad

El balance de la AGP recala en otra fibra sensible de la Salud Pública que se conjuga con una discusión de fondo, aún adeuda, en cuanto a la interrupción voluntaria del embarazo. Dice el trabajo de la auditoría que “de las defunciones maternas -siempre hablando de las producidas en el HPMI-, un 33% se producen por abortos”.

Lo que la AGP evita decir es que la razón por la que el aborto es una de las causas de mayor peso en las muertes maternas es la ilegalidad que obliga a las mujeres a incurrir en prácticas clandestinas. Por supuesto, también se omite traducir ése porcentaje a números concretos, que permitan dimensionar la incidencia real de la cuestión. Lo cierto es que, los abortos clandestinos que redundan en situaciones de riesgo de vida se dan en las mujeres de menores recursos y posición social, quienes no pueden costearse la intervención de un médico y no se codean con grandes circuitos de información sobre métodos alternativos asistidos por colectivos feministas.

Inconstitucional

“El HPMI incurre en una desigualdad de la remuneración del personal médico, que requiere para la prestación de sus servicios, en razón de las distintas modalidades de vinculación contractual con cada uno de ellos para proveer idéntica prestación, lo que conlleva la disconformidad del personal, expresada en las entrevistas, e incumple el art. 14 bis de la Constitución Nacional, que consagra el principio de ‘igual remuneración por igual tarea’”, resalta la AGP.

Hay cuatro tipos de profesionales que trabajan en la institución asistencial: personal permanente que se denomina como “médicos propios”, personal con contrato de locación de servicio, personal médico que factura como monotributista, y persona que presta servicio profesional en el hospital en categoría de “contratos especiales”.

“Cada una de estas categorías tienen diferente remuneración, pese a desempeñar las mismas tareas. Deviene del hecho, que el personal de planta designado por el Ministerio no alcanza a cubrir los servicios de emergencia, por lo que el HPMI SE, utiliza diversas modalidades de contratación para tener cubiertos los servicios”, explica el informe. De las entrevistas realizadas a los trabajadores se extrae que dicha situación causa gran malestar entre ellos y termina por afectar el desarrollo de las tareas.

El otro gran factor que va en la misma línea es la división, tanto en la distribución del espacio del edificio como en las tareas técnicas y administrativas, de la parte neonatológica y de la pediátrica. “Surge de las entrevistas efectuadas a los médicos, personal administrativo, enfermero y jerárquico, que los profesionales que se desempeñan en el HPMI están divididos entre el Sector Materno y el Pediátrico. El personal de cada uno, siente pertenencia a su sector, ya sea el de niños o el materno, pero no perciben como un solo hospital, lo consideran como dos hospitales trabajando en el mismo edificio, lo que evidencia debilidades en el sistema de Control Interno, ya que incide en el ambiente de control, por lo que no cumple con los requisitos de la Resolución Nº 11/01 de la Sindicatura de la Provincia”, sentencia la auditoría.

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