Un informe de Abeceb.com pronosticó "una reducción de la producción de miel para el año 2012". Esta caída se explica, por un lado, "por los efectos de la fuerte sequía que tuvo lugar entre noviembre y enero, lo que redujo la cantidad de flores y la calidad del polen" y por otro, por "la baja rentabilidad que está teniendo el sector, por el fuerte incremento de costos y un precio planchado, lo que ha producido una merma de productores".

Desde la SADA se estimó que en 2012 se producirán unas 60.000 toneladas de miel, bastante menos que en 2011, cuando se llegó a las 80.000. En tanto, Confederaciones Rurales Argentinas alertó hace meses que la producción podría tener mermas, según las regiones, de entre el 20% y el 80% respecto de la cosecha anterior. La productividad cayó en algunas zonas de 35 a 15 kilos anuales por colmena.

La Argentina es el segundo exportador mundial de miel, detrás de China, con casi el 13% del mercado mundial; sin embargo, el sector apícola no pasa por su mejor momento. La combinación de factores climáticos adversos en vastas zonas del país y caída de la rentabilidad por el alza de costos internos, con precios internacionales más o menos estables, está afectándolo, al punto que se prevé este año una baja del 25% en la producción primaria.

El tema es relevante porque más del 90% de la producción se exporta. Según el Senasa, en el primer semestre de 2012 se exportó un 24% menos en valores y un 16% menos en volúmenes, en comparación a 2011. En Europa, por la crisis están buscando mieles más baratas, como las chinas (1.000 dólares menos la tonelada), aunque sean de inferior calidad.

En este contexto, un informe del diario Clarín indicó que muchos apicultores están dejando la producción e incluso está cayendo la cantidad de colmenas productivas. Tras meses de reclamos de la Mesa Apícola Nacional, a mediados de julio el Ministerio de Agricultura asignó 2,9 millones de pesos en préstamos no reembolsables para cooperativas apícolas en problemas.

Según datos oficiales, en 2008 había en el país 30.000 apicultores, que atendían unos 5 millones de colmenas y empleaban a 60.000 trabajadores, que llegaban a 90.000 en plena cosecha. Hoy la situación es bien distinta. Desde las asociaciones de apicultores señalaron a iEco que hoy no habría más de 15.000 productores y entre 2 y 2,5 millones de colmenas. "Por la soja fumigan con glifosato y se pierde toda la flora, lo que impacta en la apicultura", señaló Lucas Martínez, presidente de SADA.

El productor aseguró que "vamos a empezar una temporada difícil esta primavera, porque muchos apicultores no están atendiendo sus colmenas". La razón es económica porque ante la falta de rentabilidad muchos se diversifican. "Hoy vemos que hay gente que se dedicaba a la apicultura como actividad principal y que ahora, aunque conservan sus colmenas, trabajan con sus vehículos o tiene otra actividad". En La Pampa, dijo, "de 300 apicultores hoy quedan 70".