El socialismo arrasó en ciudad de Santa Fe y rompió la hegemonía radical

El socialismo arrasó en ciudad de Santa Fe y rompió la hegemonía radical

Emilio Jatón sacó más del 47%, haciendo añicos al candidato de Cambiemos, Cantard, a quien le sacó 27 puntos de distancia. Martínez Kerz, tercero con 16,9%. 

Por: FACUNDO BORREGO.

Sin sorpresas y con paliza, el Frente Progresista logró una victoria con casi el 50% en la ciudad de Santa Fe donde gobernará de la mano del socialista Emilio Jatón tras doce años de gestión radical. Cambiemos sumó una dura derrota al quedar segundo a unos 27 puntos del ganador y al no poder ser competitivo ni en la gobernación ni en las dos ciudades más importantes de la provincia.

Según el escrutinio provisorio, con el total de las mesas computadas, Jatón alcanzó el 47,64% de los votos, mientras que el candidato de Cambiemos, Albor “Nicky” Cantard, cosechó el 20,96%, y el representante del justicialismo y el perotismo, Ignacio Martínez Kerz, un magro 16,90%.

“Vamos a defender la ciudad con garra y corazón porque estamos preparados para eso. Cada beso y abrazo de la gente era un voto y se lo vamos a devolver con acciones”, sostuvo Jatón desde el búnker. Y agregó: “La gente votó mucho diálogo y compromiso, y nosotros le transmitimos credibilidad”.

La enorme diferencia de Jatón se convirtió en un calmante para el Frente Progresista luego de aceptar la derrota en la gobernación a manos de Omar Perotti. El gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, viajó a la capital para celebrar.

La ciudad se había transformado en una interesante contienda que el socialismo y el radicalismo condimentaron con una antipatía mutua que arrastran desde que rompieron la alianza. Es por eso que el Frente Progresista tenía el doble desafío de lograr la intendencia y de tomarse un desquite con el radicalismo por migrar hacia el macrismo.

¿Quién es el nuevo intendente? Emilio Jatón es un outsider proveniente de los medios, más precisamente del noticiero central de la ciudad de Santa Fe. El fuerte conocimiento lo atrajo el Frente Progresista y en 2015 lo tentó para encabezar la lista a senadores provinciales.

Estuvo dos años en su banca hasta que el oficialismo entendió que lo podía utilizar para arrebatarle la intendencia al radicalismo en lo que fue una jugada estratégica: decidió que deje su banca en el Senado y bajara al Concejo local para ir perfilándolo como candidato. Se cocinó lento y dio sus frutos.

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