Riachuelo: cien años de crimen social y ambiental

Riachuelo: cien años de crimen social y ambiental

Compartimos a través de La Izquierda Diario, el informe comparativo entre la problemática del Riachuelo y del río Támesis en Londres, Inglaterra, de Antonio Brailovsky. ¿Por qué el Riachuelo sigue contaminado? Similitudes y diferencias entre el saneamiento del Río Támesis de Londres y el de la cuenca Matanza-Riachuelo

 

El texto fue publicado en 2018 por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires y producido desde el Observatorio de Derechos Ambientales, se trata sólo de una parte del trabajo de estudio y de denuncia política del autor, quien es especialista en el tema, activista y militante de la problemática ambiental.

Hoy los diferentes movimientos por el medio ambiente recorren las calles del mundo, encabezados por una juventud rebelde que cuestiona el carácter capitalista de esta problemática.

En nuestro país, tuvo un pico importante en la provincia de Mendoza, donde se consiguió a través de la movilización y la lucha la derogación de la reforma de Ley 7.722 que permitía la megaminería contaminante. Esa ley, se había votado tras un acuerdo entre la UCR y el Frente de Todos en la legislatura provincial, acompañado del lobby de las poderosas mineras.

Este hecho es parte de una situación nacional que recorre al macrismo y kirchnerismo y podemos mirar muchos años atrás: desde los casos de derrame de agua cianurada en los ríos de San Juan por la Barrick Gold, pasando por el acuerdo secreto con la gigante petrolera Chevron sobre Vaca Muerta, hasta el mantenimiento del modelo sojero y el uso de glifosato, entre otras problemáticas.

A nosotros nos movilizó algo importante. Los dos somos trabajadores de la zona sur de la Ciudad, del barrio de Barracas que como todos saben muy cerca del Riachuelo y trabajamos con chicos y chicas. Alejandrina como operadora social en la Villa 21-24 durante 20 años, hoy actual legisladora porteña. Federico, hace 10 años docente de la Escuela Normal 5. Ambos conocemos y vivimos terribles historias de vida de niños, niñas y familias con plomo en sangre.

El estudio de Brailovsky da en el clavo. El problema de la contaminación del Riachuelo está enmarcado desde hace más de 100 años. No es nuevo. Tiene una correlación con el desarrollo industrial del capitalismo en Argentina. Primero con un modelo ligado a la agroexportación, los saladeros frente al río. Luego, las curtiembres e industrias petroquímicas como se ve en Polo Petroquímico Dock Sud, como un área de máxima agresión ambiental y otras industrias. Todas estas etapas de desarrollo industrial, guiadas por la sed de ganancias que destrozan el medio ambiente. En la Cuenca viven aproximadamente 5.800.000 millones de personas. Según la Acumar (Autoridad Cuenca Matanza Riachuelo), esto representa el 15% de la población de la República Argentina y da cuenta de una alta densidad poblacional en una pequeña parte del territorio nacional, lo cual significa un severo impacto sobre el ambiente.

Los datos siguen siendo escalofriantes y van en aumento. Estos datos son los que podemos obtener de periodistas comprometidos en el tema, organizaciones ambientales, e intelectuales como Braislosky que son plenos difusores de la problemática. El Riachuelo, cada día (históricamente hablando) recibe casi 90 mil metros cúbicos de desechos industriales y 368 mil de aguas servidas. En muchos casos, de las fábricas instaladas en su orillas. En toda la Cuenca hay 13 mil establecimientos industriales. De ese total, 1.397 han sido declarados agentes contaminantes. (Informe de Daniel Muchnik para Infobae)

Hay más de 100 basurales a cielo abierto y el agua tiene niveles de mercurio, zinc, plomo y cromo de hasta 50 veces más de lo permitido. La contaminación afecta a cinco millones y medio de habitantes, entre los cuales casi 4 de cada 10 no tienen agua potable y más de la mitad no posee cloacas. A esos efluentes químicos se les suman 368 mil metros cúbicos de aguas servidas por día, de las cuales – según algunos organismos controladores- sólo el 5 por ciento recibe tratamiento específico. Estas aguas son usadas por trece villas de emergencia en la parte baja del río. En Villa Inflamable, es el caso, los niños tienen cinco veces más plomo que lo aceptable. En el barrio 21-24, de 962 niños y niñas menores de 6 años, el 25 por ciento tiene plomo en la sangre según todos los organismos y representaciones oficiales.

El plomo enferma a quien lo padece, atrasa su crecimiento, lo lleva a comportamientos agresivos, afecta la piel y le produce consecuencias dolorosas hasta el día de su muerte. Pero eso no es todo. En muestras recogidas en la zona se detectó en laboratorios especializados en el exterior la presencia de nonifenol, que va destruyendo el sistema reproductivo y la hormona estrógeno. También se encontraron rastros de insecticidas cancerígenos y el prohibido DDT. Se comprobó la presencia de elementos que afectan el cerebro y los riñones, otro que se ensaña con los riñones y el hígado.

Tres medidas de emergencia ante el Riachuelo

El capitalismo ha prosperado desde hace siglos mediante la explotación de la naturaleza, ya sea como fuente “inagotable” de recursos para convertirlos en mercancías o como repositorio de desperdicios. Sin embargo, la capacidad de la Tierra de “soportar” los procesos ecodestructivos del capital, está llegando al límite. La necesidad de crecimiento constante del Capital, ha llevado a la interrupción de un complejo ciclo natural que tardó millones de años en desarrollarse, provocando una fractura del “metabolismo” entre la sociedad y la naturaleza.

Van más de 100 años de esta problemática y más de 100 mentiras. Muchos recordamos que allá por el 4 de enero de 1993, cuando era secretaria de Recursos Naturales, María Julia Alsogaray prometió que el Riachuelo estaría limpio en 1.000 días. María Julia era una de las funcionarias favoritas del presidente Carlos Menem, quien salió a respaldar el anuncio con un pronóstico disparatado: "En 1995 vamos a ir allí a pasear en barco, a tomar mate, a bañarnos y a pescar". También recordamos que el 8 de julio de 2008, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó sanear la cuenca Matanza-Riachuelo. Pasaron once años de aquella resolución y la contaminación sigue presente. Así han pasado los gobiernos, pero la salud de la población sigue empeorando.

Hoy que está en discusión el problema de la deuda, podemos hacer una pequeña comparación. De acuerdo a las estadísticas del Ministerio de Economía, a diciembre de 2019 la deuda bruta total alcanzó a U$S 324 mil millones. En 2020 los compromisos totales de pago de capital e intereses de la deuda suman U$S 64 mil millones. Considerando sólo la proporción en manos privadas (un eufemismo en momentos en que tres grandes fondos de inversión yanquis concentran gran parte de los bonos argentinos) y de organismos multilaterales y bilaterales, los vencimientos del año en curso suman U$S 40 mil millones. Con todo este dinero ¿qué podríamos hacer para terminar con este flagelo?

Mientras hoy la única “solución”parece ser el “Sistema Riachuelo”que no es más que una enorme obra para llevar los cloacales hacia el Río de la Plata, es decir donde la gente no los vea. Es una gigantesca cantidad de cemento para esconder un problema y mandarlo río adentro. Se necesita que la depuración de cloacas esté a la salida de cada una de ellas. No un caño enorme que tira todo lejos pero sin depurar.
Nosotros proponemos una serie de medidas que creemos que hay que tomar de manera urgente:

1) Tenemos que terminar con la contaminación de nuestros ríos. Como bien plantea Antonio Brailovsky en el informe que reproducimos, la contaminación debe ser 0 y no un mínimo permitido. Hay que lograr un plan de salubridad de la población en forma urgente y estatizar a toda empresa que contamine o destruya bienes naturales o el medio ambiente; y toda empresa que contamine a sus trabajadores o pobladores locales. Estatización sin pago, sin despidos, y conformación de comisión conjuntas de trabajadores y pobladores afectados por la contaminación para controlar el proceso de reconversión tecnológica hacia procesos productivos no contaminantes. Hay que debatir la convivencia entre los gobiernos y los capitalistas, en sus controles y negociados.

2) El plomo en sangre afecta a la población. Es urgente prohibir el total del vertido de contaminantes químicos y metales pesados, (plomo, mercurio, cromo, estaño, níquel, arsénico), y otorgar un plazo de 12 meses para la reconversión tecnológica de las empresas contaminantes de gran tamaño. Incumplida la reconversión tecnológica en el plazo de 12 meses, exigir la estatización por parte del estado de las empresas que no cumplan, y asunción del proceso de reconversión desde el mismo estado, con formación de comisiones conjuntas entre trabajadores de las empresas contaminantes y pobladores locales afectados, a fin de controlar y guiar el proceso de reconversión tecnológica.

3) Prohibición del vertido de efluentes cloacales desde CABA y los municipios que forman la cuenca. Construcción de plantas de tratamientos de efluentes cloacales en la Ciudad y los municipios. Creación de un ente/empresa estatal con participación de pobladores afectados para la realización de la remediación ambiental del Matanza-Riachuelo.

¿Sueño de una noche de verano?

El escritor utopista William Morris, arquitecto, diseñador y maestro textil; traductor, poeta, novelista y activista socialista inglés. Asociado con el movimiento británico Arts and Crafts, desempeñó un importante y muy activo papel en la propaganda y difusión, mediante escritos, mítines y conferencias, del incipiente movimiento socialista británico. En su mítica novela Noticias de ninguna parte, el joven William Guest (personaje central de la historia) se acuesta una noche en su casa de Londres luego de un arduo debate con sus compañeros socialistas, sobre cómo será un futuro comunista, para despertar en una Inglaterra nueva, la del año 2102. Apenas despierta sale de compras y a nadar por el río Támesis y se encuentra con el rio totalmente saneado donde se disfruta de la pesca, nadar y del remo:
“Miré el agua y no pude menos de exclamar:

 ¡Qué limpia está hoy el agua!

 ¿De veras? No había reparado. Ya sabéis, sin embargo, que la marea alta la enturbia siempre un poco.

 ¡Hum! -dije-. Yo la he visto siempre más turbia, hasta en la marea baja.”

¿Se imaginan los miles de niños nadando en el río luego de sus jornadas escolares? ¿O las familias disfrutando de una hermosa vista, tomando mate a la vera junto a sus hijos e hijas? ¿Cuánto se revaluarían los barrios de la Boca, Barracas y de toda la cuenca, si el río fuera habitable? ¿En qué condiciones trabajarían todos los obreros y obreras de esas fábricas?

Peleamos por el derecho de la clase trabajadora y el pueblo a disfrutar de la vida, a reencontrarse con la naturaleza, por una vida que merezca la pena ser vivida. La única salida ante la catástrofe que nos amenaza es tomar el presente y el futuro en nuestras manos mediante una planificación racional de la economía mundial. Y esta solo puede ser posible si la planificación de la economía se encuentra en manos de la única clase que por su situación objetiva y sus intereses materiales tiene interés en evitar la catástrofe: la clase trabajadora.

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