Las reservas de oro pueden ser una solución a la crisis de la eurozona

No habrá llegado el momento de que los gobiernos de la eurozona empiecen a vender sus reservas de oro como solución a la crisis de Europa?
Esa es la pregunta que se escucha últimamente en algunos círculos de inversores y autoridades que deciden políticas. Porque a medida que asoma el otoño boreal, queda claro que la eurozona sigue presa de una profunda tensión. Pero también hay dudas sobre si el Banco Central Europeo (BCE), ni hablar de los políticos de la eurozona, realmente podrán hacer algo pronto para calmar los temores del mercado y bajar los costos de endeudamiento.

Por lo tanto, mientras crece la inquietud, el Consejo Mundial del Oro (la organización que representa a la industria del oro) hace poco mencionó una nueva idea: cree que es tiempo de que los gobiernos de la eurozona comiencen a usar el oro de manera creativa, en particular en lugares como Italia, para bajar esas tasas de interés.

Se trata de unas 10.000 toneladas de reservas de oro que actualmente están en manos de gobiernos de la zona euro. Según el Consejo, "se sabe que algunos de los países más afectados por la crisis, incluyendo Portugal e Italia, son responsables de una significativa porción de esos activos."

No sorprende entonces que esta situación lleve a algunos a sugerir que los gobiernos deberían vender parte de ese metal. El valor del oro subió en los últimos años, y si hay un momento en que la eurozona necesitaría una ganancia extraordinaria, digamos para pagar intereses sobre bonos, sería exactamente éste.

Pero el Consejo del Oro, por su parte, insiste en que sería un error. Además de que una masiva inundación de oro bajaría el precio, los problemas de la deuda de la eurozona hoy son tan grandes que las ventas de oro sólo abordarían el problema muy superficialmente. O como declaró: "Las tenencias de oro de los países de la eurozona afectados por la crisis (Portugal, España, Grecia, Irlanda e Italia) representan sólo 3,3% de la deuda vigente total de sus gobiernos centrales."

Pero se muestra a favor de otra idea: los países de la eurozona deberían securitizar parte de ese oro, emitiendo bonos soberanos respaldados por el metal. Se podría hacer en forma sencilla; o estructurarse para incluir tramos de diferentes riesgos. De todas formas, el punto clave es que el oro sería utilizado para brindar garantía adicional a los bonos, y así tranquilizar a los inversores que ya no confían en los números de los gobiernos de la eurozona.

"Usar sólo una porción de esas reservas como garantía podría reducir significativamente la tasa a la que esos países de la periferia emiten deuda", asegura el Consejo, que también recalcó que pocas veces en la historia se recurrió a ese esquema. En los años setenta, por ejemplo, Italia y Portugal emplearon sus reservas de oro como garantía para obtener préstamos del Bundesbank, del Banco Internacional de Pagos y otras entidades de crédito. Más recientemente, India recibió un crédito de Japón que también estaba respaldado por el metal.

Esta idea, ¿tiene probabilidades de concretarse? No retenga la respiración, no tan pronto. Personalmente, (y dejando de lado el interés del Consejo del Oro por impulsar ese esquema) creo que definitivamente vale la pena debatir el concepto de bonos respaldados por oro. Si bien no serían una solución integral, podrían ayudar en algunos aspectos.

Sin embargo, hay pocas señales de que la idea reciba un respaldo serio por parte de las autoridades gubernamentales. Aún en el caso de que los líderes abracen la iniciativa, surgirían algunos obstáculos legales de envergadura: especialmente, que gran parte del oro está en manos de los bancos centrales, y no de los tesoros.

Sin embargo, aunque sólo fuera eso, los inversores deberían tomar nota del debate como un indicio. Hace una década, parecía anticuado hasta sugerir que algún inversor, o institución, empleara el oro como garantía; en la era de las ciberfinanzas, tendían a imperar los títulos valores como los bonos del tesoro. Pero en los últimos meses, grupos como LCH.Clearnet, Intercontinental Exchange y la Chicago Mercantile Exchange comenzaron a aceptar oro como garantía del margen inicial en operaciones con derivados. Y a principios de este verano boreal el Comité de Basilea sobre Supervisión Bancaria publicó una investigación que señala que el metal debería ser uno de los seis activos empleados como garantía del margen inicial en las operaciones con derivados que no se liquidan en forma centralizada, junto con activos como los bonos del Tesoro.

Eso no llega a ser una revolución; ni hablar del leve avance hacia las finanzas respaldadas por oro (o un patrón oro) que les encantaría ver a los fanáticos del metal (y algunos miembros del partido republicano estadounidense). Pero eso indica que lentamente están evolucionando las actitudes, no tanto en términos de la conveniencia del oro en si mismo, sino el menor atractivo y mayor riesgo de los otros activos supuestamente "seguros", como los bonos del gobierno. Ese patrón probablemente no cambie pronto; en especial cuando los mercados esperan ver lo que el BCE dará a conocer el 6 de septiembre.

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