Una mujer con problemas mentales lo separó de su madre a pocas horas de su nacimiento. Los buscaron en todo el país y lo encontraron dos meses después.
Por estos días, las redes sociales fueron invadidas con el nombre de Renzo, el pequeño de dos años y medio que fue trasplantado del corazón hace dos semanas. Sin embargo, en 2008, otro niño correntino con el mismo nombre, también mantuvo en vilo a los argentinos. Pero su caso fue muy diferente, lo robaron del hospital Vidal a las pocas horas de haber nacido y lo encontraron recién después de dos meses, en la casa de una mujer, que para disimular lo vestía como a una niña.
La pesadilla que vivió Alejandra Sánchez comenzó el 28 de marzo en la sala de Neonatología del centro de salud de la Capital. Un día antes, con 23 años, había dado a luz a su segundo hijo al que decidió llamar Renzo Leonel. La situación había sido normal hasta las 9.30 de ese día, cuando dejó unos instantes al bebé para ir a buscar un bolso de ropas que le había acercado una de sus hermanas. Cuando regresó no encontró al niño y nadie del lugar pudo decirle qué había pasado.
El alerta corrió en el hospital donde todo el personal fue interrogado, pero no hubo novedades, el bebé se había "esfumado". Los medios se hicieron eco del caso y la investigación se inició de inmediato.
Mientras Alejandra repetía casi a diario su testimonio y el pedido de solidaridad en radios y canales locales y nacionales, la Policía local, y especialistas de la Red Missing Children Argentina, trabajaban para encontrar al niño cuanto antes.
La búsqueda se extendió hacia otras provincias y también se pidió colaboración a las autoridades de la hermana República de Paraguay, por temor a que una red lo hubiera llevado hasta allí.
Al mismo tiempo, las pocas imágenes que Alejandra le había tomado a su bebé con el teléfono celular, se reprodujeron a través de las redes sociales y los informativos; también se emplearon los eventos de gran convocatoria para pedir por la pronta aparición del niño. Este fue el caso del partido de fútbol entre River y Tigre, del domingo 13 de abril de ese año, cuando la imagen de Renzo fue colocada en la pantalla gigante del Estadio Monumental en Buenos Aires. A pesar de todo, nada surtía efecto y los días seguían pasando.
El nulo avance en la causa hizo que los investigadores no descarten ninguna de las hipótesis que aparecían. Así, también la madre fue puesta bajo la lupa, por sospechas de una posible venta del niño a causa de graves problemas económicos. Del mismo modo apuntaron contra algunos familiares y empleados del hospital.
EL ENCUENTRO
Todas fueron versiones infundadas. El 22 de mayo, casi dos meses después del rapto, un llamado anónimo alertó a los policías sobre la posible presencia del niño, en la casa de una peluquera del barrio Pirayuí. Casi a los pocos minutos de montó un importante operativo policial en las inmediaciones de la vivienda ubicada sobre avenida Cazadores Correntinos y Ruta Nacional Nº 12.
Norma Edith Alderete fue tomada por sorpresa. Un choque ocurrido en la zona no le permitió pensar que los patrulleros estaban buscándola. En el interior de su vivienda encontraron al pequeño vestido como una nena. Poco después la mujer se quebró y confesó.
Los detalles del informe presentado por el fiscal Gustavo Shmidt, revelaron que Alderete padecía problemas psicológicos. Tenía otros hijos y los había engañado durante nueve meses, en los que fingió estar embarazada.
Hacía guardias en los hospitales hasta el día en que encontró a Renzo y lo sacó, dentro de un bolso. Estas declaraciones levantaron duras críticas contra toda la institución, porque Alderete comentó además que nadie le prestó atención al salir con el bebé, a pesar de que la alarma ya había sido dada en el lugar.
A más de cinco años del robo, la secuestradora permanece en el Instituto Pelletier a la espera del Juicio que intentó evitar ofreciéndole a la madre una importante suma de dinero.
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