Reelección de intendentes: 1er antecedente abona variante judicial

Reelección de intendentes: 1er antecedente abona variante judicial

Una modificación de la Ley Orgánica Municipal que habilite la “re-re” es reclamada por intendentes y jefes comunales del interior, aunque resultaría harto incómoda para el oficialismo provincial. Ahora, un antecedente de la Justicia bonaerense abona una variante que alivianaría el costo político del Gobierno.

Por: Felipe Osman.

Desde mucho antes de las PASO, intendentes y jefes comunales del interior, de distintos signos políticos, comparten una preocupación: la prohibición que el oficialismo introdujo al régimen orgánico municipal a fines de 2016 que veda su re-reelección, limitando sus posibilidades de candidatearse para conducir sus ciudades y comunas a un máximo de dos períodos consecutivos.

Esa norma fue sancionada con un antecedente directo, la “Ley Vidal”, que la entonces gobernadora bonaerense impulsó en esa provincia y que fuera sancionada en agosto de 2016.

Frente a la preocupación común de casi 300 intendentes y jefes comunales de Córdoba, el oficialismo empezó a evaluar hace meses distintas variantes.

La más directa, a saber, derogar la limitación, implicaría un costo político demasiado alto para el Centro Cívico, incluso en el caso de que otras bancadas, como la radical, decidieran acompañar esa decisión, por verse los intendentes y jefes comunales UCR tan perjudicados como los peronistas por la norma.

Sin embargo, habría una manera más sutil de conseguir efectos similares, a saber, hacer una interpretación laxa de la ley, entendiendo que ésta no puede ser aplicable para los intendentes que ya se encontraban en ejercicio de sus funciones al momento de su sanción, con el razonable argumento de que la modificación normativa no puede aplicarse de manera retroactiva.

Es, en rigor, un fundamento atendible, pero que tampoco parece plantear un obstáculo insuperable a la aplicación de la ley. En efecto, en otras ramas del derecho, como la tributaria, suele interpretarse que una modificación legal es aplicable al ejercicio económico en curso por entenderse que la obligación surge recién cuando éste concluye. En fin, la exégesis puede o no encontrar un resquicio que posponga los efectos de la ley cuando esto resulta conveniente.

Ahora bien, si esa exégesis surgiera, además, del Poder Judicial, tanto mejor para los dirigentes del oficialismo y la oposición, que no necesitarían ver comprometido su perfil republicano derogando o interpretando laxamente una limitación recientemente acuñada por sus representantes en la Legislatura.

Esta variante cuenta, desde el martes, con un antecedente valioso. En la provincia de Buenos Aires la Justicia acaba de fallar a favor de los intendentes que se disponen a buscar su re-reelección, suspendiendo de manera cautelar la limitación en cuestión.

Ahora bien, siendo que en la mayoría de los casos los intendentes que pretenden reelegirse recién tienen que ir a las urnas en 2023, puede parecer acelerado intentar deshacerse de la limitación con tanto tiempo de antelación, pero en realidad existen causas bien concretas para hacerlo.

La primera de ellas, las turbulencias propias de cualquier sucesión. Algo de lo que el peronismo sabe, por haber empezado a transitar ya ese sendero en la Provincia.

Un intendente que no puede reelegirse, o que no cuenta al menos con la certeza de poder hacerlo, empezará a ver en la estructura que lo llevó al poder movimientos que no controla. Espasmos propios de un aparato cuyos componentes buscan posicionarse para llegar en las mejores condiciones posibles a suceder al líder.

Mantener el orden en esa estructura, por el contrario, demanda la certeza de que el capitán del barco está en perfectas condiciones de seguir al mando.

Pero además, llegado el caso de que la limitación no fuera removida a tiempo, seguramente pesará sobre los hombros de cada intendente y jefe comunal el deber (y el interés) de crear un delfín. Delfín que, llegado el caso, bien puede relevarse en contra de su mentor.

Se trata, a fin de cuentas, de una serie de riesgos que es preferible no correr. Y no solo para cada intendente y jefe comunal, sino también para un peronismo que acaba de ver (una vez más) reflejada en las urnas la predilección del electorado cordobés hacia aquellos que -de manera sincera o impostada, lo mismo da- mejor saben venderse como opositores al Gobierno Nacional para remontar la ola del anti-kirchnerismo, que tiene en la provincia de Córdoba su capital nacional.

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