Pros y contras del agua mineral con gas

Esto es lo que debes saber a la hora de elegir si el vaso de agua que te vas a beber sea con gas o sin él.

¿Agua con agujeros o normal? Esta es una pregunta muy habitual en bares y restaurantes cuando los clientes piden agua para beber y si la prefieren con gas o sin él. Sea de un tipo o de otro lo que si está claro es que beber agua le viene muy bien a nuestro organismo ya que el agua representa el 70% de la composición de nuestro cuerpo y es indispensable para mantenerlo sano.

Dicen los expertos que hay que beber de dos a tres litros de agua al día para mantener un buen tono ¿Pero es bueno beber agua con gas únicamente? Hay que tener que el agua con gas no aporta caloría alguna y que para estar hidratados se puede consumir igual que la natural, pero no hay que confundirla con otras bebidas como las gaseosas y refrescos que sí tienen un gran aporte calórico debido a los azúcares que incorporan

Sin embargo, el agua con gas, no es recomendable para las personas que sufran de gases, la conocida aerofagia. Personas que sufran de hernia de hiato, reflujo gastroesofágico, colon irritable o que padezcan insuficiencia respiratoria severa, EPOC. También deberíamos moderar su consumo porque podría dañar el esmalte dental a causa del ácido carbónico que contiene

Según la OCU el agua mineral con gas tiene varios tipos que detallaron en un profundo estudio que se puede consultar en su páginaweb

En función del contenido del mineral que predomine, el agua es de un tipo u otro:

- Bicarbonatadas: cuando contengan más 600 mg/l de bicarbonato. Estas aguas pueden contribuir por sus efectos mecánicos y químicos a digerir mejor los alimentos. Además, si bebes más de 300 ml antes de las comidas, te ayudará a saciarte antes.

- Cálcicas: entre 150 mg/l de calcio (el mínimo por norma para que un agua mineral pueda denominarse cálcica) y 375 mg/l de calcio (el máximo encontrado en nuestro estudio en el agua Borsec). Esto significa entre un 18 y un 45% de la cantidad recomendada diaria de calcio, frente al 150% que aporta un litro de leche. Además, este tipo de calcio tiene una absorción baja, frente al de la leche.

- Sulfatadas: cuando supera los 200 mg/l de sulfatos. Tienen un cierto efecto laxante. Este efecto es mayor en las aguas sulfatadas sódicas y magnésicas que en las sulfatadas cálcicas (hay dos en nuestro estudio).

- Sódicas: las incluidas en nuestro estudio tienen un contenido que oscila entre los 551 y los 1.172 mg/l de sódio. Esto, traducido en sal, sería entre el 28% y el 59% de la cantidad de sal máxima recomendada al día (2 g), si ingerimos un litro de este agua. Están contraindicadas para personas hipertensas.

- Magnésicas: si tienen un contenido superior a 50 mg de magnesio por litro de agua. Así, un litro de agua aporta el 14% del consumo aconsejado en un día (que es de 350 mg). Las dos aguas de nuestro estudio que son magnésicas tienen una mineralización fuerte o media, por lo que no se recomiendan como bebida habitual de consumo y, por tanto, no son la solución para cubrir las necesidades de este mineral.

- Cloruradas: cuando tienen más más de 200 mg/l de cloruros. Cuatro son las aguas que superan dicha cantidad en este estudio. Además, todas ellas son sódicas y de mineralización fuerte, por lo que no debe consumirlas como bebida habitual.

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