Preocupación y polémica por el avance de las “saladitas” con mercadería trucha

El avance de la venta ilegal en la Ciudad en ferias informales o “saladitas”, en plazas, parques o bien con mantas e improvisados puestos montados con cajones de manzanas, preocupa sobremanera al comercio platense que debe hacer frente al pago de tasas, impuestos, personal en blanco y, en casos, a costosos alquileres, es decir al comercio que cumple con todas las exigencias de las normas y leyes vigentes.
Un reciente informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), ubica a La Plata en el puesto número 67 en el mapa de la venta ilegal ya sea de ropa, Cds, Dvds, electrónica o alimentos, entre otros rubros, habiéndose relevado este año 357 ciudades de todo el país. Según ese mismo informe que se confecciona en base a datos aportados por Cámaras de Comercios locales y por vicepresidentes regionales de CAME, nuestra ciudad posee cuatro predios que funcionan como “saladitas” (aunque de bastante menor envergadura que las existentes en ciudades como Lomas de Zamora) donde hay unos 680 puestos en total; posee una cantidad estimada de 1.200 manteros distribuidos por calles y plazas (dato aportado por la Cámara de Comercio de La Plata), y calculan que en la Ciudad existe un puesto ilegal cada 955 habitantes. Empresarios y comerciantes locales coincidieron en destacar el “avance sin pausa” de puestos de venta en plazas y parques que “lejos de vender solamente artesanías, comercializan mercaderías de dudosa procedencia, evaden todo tipo de tasas e impuestos, toman personal sin ningún tipo de medidas de seguridad ni requisitos, y venden a precios que en promedio son un 30% más baratos que en un local instalado con todas las de la ley”, lo cual, consideran, “representa una competencia totalmente desleal”. Los referentes platenses del comercio y la industria consideran que funcionan en el partido de La Plata cuatro “saladitas” ubicadas en 150 entre 44 y 45; 32 entre 134 y 135; 96 y 116, y en 511 entre 25 y 26. Pero destacan que también preocupa sobremanera el avance del comercio ilegal en calles, plazas y parques, y en esa dirección mencionan a la feria que se monta en 48 entre 6 y 7, sobre la vereda la facultad de Humanidades. Desde la Comuna se hizo saber que la actividad de los centros comerciales no convencionales -las 4 ferias mencionadas en el párrafo anterior pero no los puestos sobre la vía pública- fue regulada en La Plata por el Concejo Deliberante, a través de la ordenanza 10.432 de 2008. Esa norma definió el proceso de regularización, hacia su constitución como paseos de compras, de los 4 centros que funcionan en Villa Elvira, Hernández, San Carlos y Los Hornos. Así, por una resolución de la Agencia Platense de recaudación se fijó un régimen de percepción de la tasa por inspecciones de seguridad e higiene y derecho por registro y contralor. No obstante, el tema de Ingresos Brutos, aportes e impuestos que deben tributar los puesteros de esas ferias, corresponde fiscalizar a Provincia y Nación. Los administradores de estos paseos deben actuar como agentes de percepción, por bimestre y por cada CUIT de los puestos donde se realizan las actividades, indicaron fuentes de la Municipalidad. Este agente debe extender un comprobante de la percepción efectuada mediante un formulario que está disponible en la página web de la APR, se indicó. Para el vicepresidente regional de CAME Carlos Mársico “la venta ambulante (prohibida por ordenanza municipal 8209 del año 1993) y las de la modalidad ferias o “saladitas” crecen “sin acciones concretas para evitarlo. Entonces -sostiene- aparecen en cualquier lado mercaderías que no se sabe de donde llega, que evade impuesto y pueden ser de talleres clandestinos y en el peor de los casos, robadas”. Sobre las cuatro “saladitas” autorizadas por una ordenanza municipal, Mársico expresa que “hay unos 150 puestos de venta promedio en cada una de ellas y no es que estemos en contra de estas, sino que realmente pretendemos que funcionen como un comercio que cumple con todas las de la ley, es decir con medidas de seguridad contra incendios, el informe de bomberos, la higiene necesaria, con facturación, es decir como corresponde. Pero eso no sucede y pueden vender más barato. Entonces muchos propietarios de negocios a veces se plantean cerrar y ponerse cualquier puestito, al fin y al cabo van a trabajar igual y ganar lo mismo”. “Incluso, saliendo un poquito de la Ciudad -agregó Mársico- cualquiera puede darse cuenta del crecimiento de ferias al aire libre, sin ningún tipo de control, por ejemplo en la zona de Bosques o pasando el Parque Pereyra”, expresó. El presidente de la Unión Industrial del Gran La Plata Francisco Gliemmo enmarca la venta ilegal en la macro economía: “Oficialmente se reconoce un 35% de trabajo informal en el país dentro de una economía lógicamente informal. Entonces la carga tributaria recae solamente en un 60% de los actores del circuito formal, quienes obviamente pierden competitividad y deben enfrentar una competencia desleal. A mi criterio hay que atacar no solamente al sector del comercio ilegal, sino a toda esa economía informal que perjudica al resto”. “EL CRECIMIENTO ES ALEVOSO” La Cámara de Comercio e Industria de La Plata solicitó no hace mucho la gestión de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) y de la CAME con el objeto de que los organismos municipales que correspondan “apliquen en todo su alcance la ordenanza que prohíbe la venta callejera en todo el ámbito de nuestro partido”. “Nos vimos obligados a reclamar esa intervención para hacer frente a ese flagelo, que vuelve a resurgir con fuerza en nuestro distrito”, expresa el presidente de la entidad Juan Carlos Piancazzo. El dirigente manifiesta que “es alevoso el crecimiento de la venta ilegal. Se lo ve claramente todos los fines de semana en improvisadas ferias en plazas, parques, en la calle, donde los puestos de artesanías son una excusa. Es una actividad ilegal que no genera puestos de trabajo y no estamos hablando de una cuestión social, sino de unos pocos vivos que evaden todo tipo de obligaciones, las mismas que debe cumplir a rajatabla el comercio legal porque de lo contrario lo clausuran”. Piancazzo dice que “si se recorre una feria cualquiera se advierte que la mercadería, por ejemplo ropa como remera o buzos, es exactamente la misma en los distintos puestos. Eso da la pauta que allí hay un solo dueño, alguien que acapara y vende mercadería sin control, que puede ser fabricada en talleres ilegales, robada o cualquier cosa”, y añade que “las ferias que están en las plazas acaparan muchos puestos ilegales, sin ningún tipo de control, porque siempre existe una excusa para no realizar los controles correspondientes. La competencia es totalmente desleal, un comercio bien instalado tiene ya de movida que remarcar precios de lo que vende en base a lo que le cuesta un alquiler, las tasas, los impuestos, el personal en blanco, y a veces la gente que va y compra en esos lugares considera que le venden caro, pero no tiene en cuenta toda esta cuestión. Con todo, los ilegales pueden comercializar sus mercaderías hasta un 30% más barata”. Para el vicepresidente segundo de la Cámara, Rafael García, “es un viva la pepa. Yo creo que el mayor de los problemas está en el avance de la venta sin controles en las plazas de la Ciudad”. Y concluye: “a pesar de los reiterados planteos y gestiones que hemos hecho desde la Cámara y en muchos casos en forma individual a las autoridades competentes, los puestos ilegales siguen creciendo, no hay un orden, y aquel que tiene la idea de abrir un local de determinado rubro en forma legal lo piensa una y mil veces, porque poniendo un puestito en cualquier lado donde se formen ferias la cosa puede funcionar del mismo modo”. Controles Entre 2012 y 2013 la Municipalidad de La Plata desarrolló controles contra la venta ambulante que derivaron en 715 actas de infracción y el decomiso de mercadería. La subsecretaría de Control Urbano cuenta con un equipo de 50 inspectores que a lo largo del año realizan operativos

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