Piñera comienza a despedirse del poder con más sombras que luces

Tras cuatro años en los que los picos de popularidad convivieron con caídas abruptas, el actual presidente Sebastián Piñera abandona el poder en Chile y d eja como legado una economía en crecimiento y buenas relaciones internacionales, pero también una fuerte deuda interna por la marcada fractura social que vive el país.
El mandatario, que asumió en marzo de 2010 en un país aún enrarecido por uno de los terremotos más fuertes de las últimas décadas, a los pocos meses de asumir prácticamente dirigió el rescate de los 33 mineros que quedaron enterrados en la mina de San José, en el desierto de Atacama. El rescate exitoso lo transportó a sus mayores índices de aceptación popular.

Apoyado por índices de inflación bajos, estabilidad de los sectores económicos financieros y crecimiento de la inversión financiera, fue cimentando una imagen que parecía sólida.

Pero en mayo de 2011, con el estallido de las movilizaciones estudiantiles, todo comenzó a cambiar. Los estudiantes universitarios y secundarios llenaron las calles y tomaron instituciones p ara exigir una educación pública de calidad. El reclamo cobró simpatía en la clase media y, a pesar del intento de Piñera para mejorar el sistema educativo, quedó tocado luego de esa experiencia.

Apenas se supo el resultado de la elección de ayer, Piñera llamó telefónicamente a Bachelet para felicitarla por su triunfo. “Tómese un descanso”, le aconsejó, en un diálogo televisado, luego de que el Servicio Electoral confirmara el holgado triunfo sobre la candidata oficialista, Evelyn Matthei. “Quiero desearle todo la suerte”, agregó Piñera a su ex vecina en el turístico lago Caburgua, al sur de Chile.

“De parte nuestra va a tener siempre una actitud leal, constructiva, para poder juntos lograr el país con el cual siempre hemos soñado”, decía ayer Piñera tras votar en el colegio República de Alemania, flanqueado por su mujer, Cecilia Morel. El mandatario también había hablado temprano con los medios luego de protagonizar un curioso episodio en el momento de votar. Las autoridades de mesa le pidieron a Piñera que ingresara por segunda vez al cuarto oscuro y doblara correctamente su voto.

Según registraron medios locales, cuando Piñera, muy sonriente, iba a depositar su voto en un colegio del centro de Santiago, el presidente de la mesa le advirtió que la había doblado mal y lo mandó de vuelta a la cámara. El asunto no terminó ahí pues, según la prensa, después el gobernante se retiró sin llevarse su cédula de identidad, lo que desató numerosos comentarios en las redes sociales.

Más allá de la falta de carisma que muchos le reclamaban, los analistas políticos coinciden en que Piñera hizo un buen gobierno, aunque no lo caracterizan como un buen líder. A nivel político, aunque logró darle mayor legitimidad democrática a la derecha -al haber sido el primer presidente de la Alianza en gobernar tras el fin de la dictadura-, no consiguió afianzar su liderazgo dentro del sector ni formar una nueva derecha progresista y plural.

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