A pesar de la lluvia, los libros tuvieron su noche porteña

Hubo que suspender actividades. Pero la gente se refugió en espacios culturales y negocios.

Corrientes estaba lista para la fiesta que desde hace ocho años celebra la relación de los porteños con la lectura. Livings con pufs y sillones, el sector de scrabble, el stand de los fanáticos de J.R.R. Tolkien y el escenario en el que iba a cantar Juana Molina. Pero no pudo ser: en pocos minutos el cielo se puso negro y la lluvia obligó a los libreros a levantar sus mesas de ofertas y a suspender la mayoría de las actividades que estaban previstas en el marco de La Noche de los Libros (antes, La Noche de las Librerías), el evento que organizan los ministerios de Desarrollo Económico y de Cultura de la Ciudad.

“Vine a hacer la recorrida turística. Voy a esperar a ver si para un poco y, si no, iré a las actividades bajo techo”, se resignaba Carlos, de Lomas del Mirador, en la esquina de Corrientes y Callao, cuando la guía del Ente de Turismo de la Ciudad anunció que no iban a salir.

En el Centro Cultural Rojas, los más chiquitos disfrutaban de una función de títeres. En el primer piso del bar El Gato Negro, Ernesto Mallo presentaba las charlas del Espacio BAN!, en las que 16 autores compartieron su versión de “El mejor crimen del mundo”.

Los que podían se acomodaban debajo de las marquesinas de los teatros con la esperanza de que la lluvia diera tregua. “Aunque sea quería mostrarte el espíritu y la vibra de la calle Corrientes”, le decía una chica a su amiga española mientras se apretaban debajo de un paraguas.

“A pesar de la lluvia, es impresionante cómo tomó la gente esta idea de unificar en el concepto libro, es decir, agregar las bibliotecas a las librerías. La fiesta individual de leer un libro se transforma en una fiesta colectiva. La Noche del Libro es un evento que empieza a tomar volumen y a la larga va a ser como La Noche de los Museos”, aseguró Hernán Lombardi, ministro de Cultura porteño.

Las actividades habían empezado más temprano, antes de la tormenta, en las librerías de los barrios. Este año a los circuitos de Palermo, San Telmo, Belgrano/Núñez y Recoleta se sumó Puerto Madero. En muchas de las bibliotecas se propuso una Liberación de libros, un juego que invita a dejar libros en distintos lugares de la Ciudad para que los encuentre otro lector (y luego siga la cadena, claro). En otras hubo conciertos corales, visitas guiadas y talleres de restauración y reciclaje de libros.

“Hay mucho emprendedorismo alrededor de los libros, las editoriales y las librerías, eso explica que seamos una de las ciudades con mayor cantidad de librerías per cápita y con una diversidad de propuestas infinitas”, apuntó Enrique Avogadro, Subsecretario de Economía Creativa del Ministerio de Desarollo Económico.

La Ciudad fue designada capital mundial del libro en 2011 por la UNESCO: ese año se registraron 293 librerías, de las cuales el 87% era local único. Los barrios con mayor cantidad de librerías son San Nicolás (87), Recoleta (45), Balvanera (42) y Palermo (40).

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