El peronismo quedó maltrecho en Yerba Buena

El peronismo quedó maltrecho en Yerba Buena

El Concejo Deliberante de la “Ciudad Jardín” tendrá mayoría radical.

En octubre acabará el Gobierno del peronista Daniel Toledo en Yerba Buena. Y cuando ello suceda, no sólo deberá marcharse él, sino también gran parte de su estructura (se supone). Las elecciones del domingo pasado golpearon al peronismo de esa ciudad. Las cifras del escrutinio provisorio indican que su candidato a sucederlo, Sisto Terán Nougués, se encuentra tercero entre las preferencias de los votantes, por detrás de otro peronista, Bernardo Racedo Aragón, y del radical Mariano Campero, quien obtuvo la intendencia.

Y apenas uno de los cientos de candidatos a concejales que presentó el Frente para la Victoria en ese municipio -mediante la lista oficial y de múltiples acoples- habría entrado al Concejo Deliberante. Se trata de Walter “Kabuby” Araóz, que encabezaba un acople de Terán Nougués.

De hecho, en el Concejo yerbabuenense también habrá cambios. De los siete ediles que buscaban su reelección, únicamente dos la habrían conseguido: Pedro Albornoz Piossek -del macrismo- y Javier Jantus -de un acople de Campero-

Las cifras del escrutinio provisorio les dan las bancas, además y por ahora, aMaximiliano García y Lucas Cerúsico -de la lista oficial del Acuerdo para el Bicentenario (ApB)-, a José Macome y a Marcelo Rojas -del partido municipalCambiemos Yerba Buena- a Benjamín Zelaya y a Lisandro Argiró -acoples de Campero- y a Héctor “Pilón” Aguirre -ex secretario de Gobierno de Toledo, que renunció a principios de este año y se fue con Racedo Aragón y al partido Acción Regional-. Se calcula que el escrutinio definitivo sobre las mesas yerbabuenenses comenzará el 15 de septiembre.

Campero y Toledo

Mientras, desde el domingo hasta ahora el clima político en la ciudad pedemontana ha estado en consonancia con lo que se vive en el resto de la provincia. Campero ha acompañado a José Cano -el candidato a gobernador por el ApB- en su demanda de “transparencia electoral”. “Queremos que la voluntad popular sea traducida en las actas”, dijo. También ha comenzado a preparar su equipo. Desde el lunes se lo ha visto reunido con sus colaboradores. Y mantuvo unos cónclaves con sus consejeros económicos, para analizar el pago de los sueldos a los empleados municipales, entre otras cuestiones. “Toda Yerba Buena sabe que con el actual intendente no tenemos una buena relación. Hemos discutido mucho. Pero hoy debemos reunirnos a dialogar. Ha incorporado funcionarios suyos a la planta permanente de la Municipalidad, por ejemplo”, declaró a LA GACETA.

Toledo -por su parte- se ha mantenido en silencio. Todavía no ha respondido los llamados de la prensa. Dicen sus allegados que el lunes posterior a las votaciones se lo vio “golpeado”, pero que el martes siguiente ya parecía repuesto. Incluso, impartió órdenes a la gente de distintas áreas para que se encargue de situaciones relativas a la atención al vecino y a problemáticas municipales. 

El jueves ocurrió una situación anecdótica: Campero salía de un estudio de radio, en el que acababa de decir al aire que Toledo no lo había llamado, pese a que -según él- era necesario hablar de la transición. Afuera, se topó con el todavía intendente, sentado en un bar. Cuentan los testigos de esa escena que el radical se acercó a saludar, pero el peronista le respondió de forma grosera, y le cuestionó las acusaciones públicas en su contra. Más temprano que tarde, los archienemigos deberán verse las caras otras vez, para acordar el traspaso del mando.

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