Pena de muerte para Mursi

Pena de muerte para Mursi

Encontrado culpable de fugarse de una prisión durante las revueltas de 2011, que derrocaron al entonces mandatario Hosni Mubarak. Junto al ex presidente recibieron la misma condena otros 105 miembros de la organización islámica.

El ex presidente egipcio Mohamed Mursi fue condenado a muerte por un tribunal de El Cairo por fugarse de una prisión durante las revueltas de 2011, que derrocaron al entonces mandatario Hosni Mubarak. La sentencia aún debe ser evaluada por el Gran Muftí de la República, quien emitirá una opinión que debe ser tenida en cuenta por el juez para dictar su fallo final. Entre tanto, tres jueces y su conductor fueron baleados en la ciudad de Arish, en la península del Sinaí.

Sobre Mursi pesa ya una condena a 20 años de cárcel por ordenar el arresto y la tortura de manifestantes durante los últimos días de su mandato, en julio de 2013, antes del golpe de Estado militar que acabó con su presidencia. Junto al ex presidente recibieron la misma condena otros 105 miembros de la organización islámica, Hermanos Musulmanes, una de las más importantes del mundo, a la que perteneció en sus inicios antes de desvincularse parcialmente de ella para iniciar su carrera hacia la presidencia del país. En lo que refiere al veredicto contra Al Shater, el líder supremo adjunto de Hermanos Musulmanes, fue hallado culpable, junto al actual secretario general del Partido Libertad y Justicia, Mohamed el Beltagy, y otras 14 personas, de conspirar con el movimiento islamita palestino Hamas para desestabilizar el país. Además de los principales líderes de la cofradía, otras docenas de miembros y simpatizantes de la Hermandad fueron sentenciados a la pena capital. Entre ellos, el religioso Yusuf al Qarawadi, residente en Qatar. También fueron juzgados in absentia varios ciudadanos palestinos, algunos de ellos encarcelados en Israel. En total, 105 personas fueron condenadas a la pena de muerte.

El ex mandatario parecía estar de buen ánimo mientras estuvo de pie en un recinto de vidrio insonorizado en la sala, improvisada en una escuela de policía en las afueras de El Cairo. El Tribunal Criminal de El Cairo enviará las sentencias a la máxima autoridad legal islámica del país, el Gran Muftí de la República, para que emita una opinión no vinculante, tal como lo establece la legislación. Una vez recibida la evaluación del líder religioso, el juez tendrá la capacidad de modificar la sentencia, en un acto que tendrá lugar el 2 de junio.

A partir de los sucesos de Wadi al Natrun, se elaboró lo que parece ser una acusación “fabricada”. Según ésta, cientos de miembros de Hamas y Hezbolá habrían entrado en Egipto a través de túnelesdesde la Franja de Gaza para atacar la prisión y liberar a los líderes de los Hermanos Musulmanes. La organización Amnistía Internacional (AI) condenó la pena impuesta al ex presidente y a sus seguidores islamitas y tildó a su juicio de “farsa”. Mediante un comunicado, expresó que “la condena a Mohamed Mursi a muerte después de juicios masivos e injustos muestra una completa desconsideración de los derechos humanos”. AI denunció también el hecho de que Mursi estuviera incomunicado durante meses sin supervisión judicial y que no tuviera un abogado que lo representara durante las investigaciones. Por su parte, Hamas calificó de “escandalosas” y “lamentables” las condenas a muerte. Según escribió en un comunicado el portavoz Sami Abu Suhri, la decisión del tribunal se fundamenta “en informaciones y datos falsos”. Suhri añadió además que la lista de condenados es errónea: dos de los declarados culpables murieron en combates con Israel y otros están en cárceles de ese mismo país.

Mursi fue arrestado poco después del inicio de la revuelta contra Mubarak, a finales de enero de 2011, pero unos días después escapó de la prisión, ubicada a 160 kilómetros al noroeste de la capital egipcia. Esa huida se produjo después de que el régimen de Mubarak retirase el personal de vigilancia de varias cárceles, entre ellas la de Wadi al Natrun, para sembrar el caos en el país. En 2012, Mursi se convirtió en el primer presidente elegido democráticamente en Egipto, pero en julio de 2013 fue derrocado por el Ejército tras protestas masivas contra su estilo autoritario. Desde entonces se encuentra en prisión, mientras que el jefe militar Abdel Fatah al Sisi, que lideró el golpe de Estado, se convirtió en presidente del país tras las elecciones de junio del año pasado. Luego de la caída de Mursi, el Ejército reprimió con dureza las manifestaciones de los islamitas. Además, los Hermanos Musulmanes fueron prohibidos, se los declaró organización terrorista y casi todos sus líderes fueron encarcelados.

Entre tanto, tres magistrados y su chofer, que viajaban en un vehículo por la ciudad norteña de Al Arish, fueron blanco de un ataque por parte de un grupo de hombres armados. Lo ocurrido logró que el Ministerio del Interior declarara el estado de alerta en todo su territorio, anulando así las vacaciones de sus empleados. Si bien ninguna organización se adjudicó el ataque, las milicias islamitas, activas en Egipto desde el golpe de Estado contra Mursi, suelen atacar a los jueces como “mecanismo de presión”.

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