Carlos Hourbeigt fue el jefe de campaña de Roberto Lavagna en 2019, director del Banco Central en 2020 y el primer lavagnista en salir del gobierno en 2021, en lo que puede ser un leading case para el resto de los hombres de Roberto Lavagna con cargos en el gobierno de Alberto Fernández.

En el oficialismo están muy molestos con el resultado hasta ahora de los acuerdos con el ex ministro. En las votaciones clave, no solo no acompañan, sino que les votan en contra: el impuesto a la riqueza, la nueva fórmula de actualización de los haberes jubilatorios, la reforma judicial, la quita de coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires... e incluso cuando Guzmán pidió una excepcionalidad para emitir deuda en dólares para descomprimir la salida de los fondos de inversión extranjeros y evitar que se disparara el tipo de cambio paralelo, el mismo Roberto Lavagna salió a cuestionarlo.

El ex ministro ni siquiera aceptó presidir el fallido Consejo Económico y Social que durante la campaña y buena parte del primer tramo del Gobierno, Alberto Fernández propuso como la herramienta clave para combatir la inflación y recuperar el crecimiento.

El "acuerdo" de Alberto con Lavagna es incomprensible para los principales dirigentes de la coalición oficial. Sus diputados votaron en contra todas las iniciativas importantes del Gobierno y el propio ex ministro no aceptó presidir el Consejo Económico Social que el ahora presidente imaginó como un instrumento clave de su gestión.

A Alberto Fernández le cuesta caro sostener a los hombres de Lavagna en el gobierno. No sólo se lo cuestionan desde el Instituto Patria y desde el massismo, destacados dirigentes del albertismo también le reclaman por esta "alianza" unidireccional. Es que los puestos que fueron para el lavagnismo no son menores ni inocuos.

Sugestivamente, Hourbeigt dejó en claro en su carta de renuncia a su sillón en el Banco Central obedece precisamente a que Alberto Fernández necesita un cambio en el balance de fuerzas dentro de la autoridad monetaria: "Motiva mi renuncia la comprensión de las necesidades políticas del Gobierno de la Nación en esta hora, en la que deseo que Dios lo ilumine para que sus decisiones contribuyan a mejorar la calidad de vida de los argentinos", escribió un poco ampuloso.

Carlos Hourbeigt, ex director del Banco Central.

Ahora las miradas se posan sobre el otro lavagnista en el Banco Central, Zenón Alberto Biagosch, el administrador de empresas especializado en prevención de fraudes.

Pero Biagosch no es el único lavagnista que permanece con cargo importante. En el Banco Nación, la vicepresidencia hoy la ostenta Matías Tombolini, candidato a jefe de Gobierno porteño por la alianza de Lavagna y Urtubey en las últimas elecciones.

De hecho, el "acuerdo" que en su momento cerró Alberto con Lavagna, tuvo un importante capítulo diplomático, el otro sombrero que cultiva el ex ministro. Alberto designó en Francia y en Portugal a dos embajadores políticos que responden a Lavagna. Se trata de Leonardo "Leo" Daniel Costantino y Rodolfo Gil.

El titular del Indec, Marco Lavagna.

El lavagnista de mayor exposición en el gobierno, de todas formas, es Lavagna hijo. Marco Lavagna, director del Indec, fue señalado siempre por Alberto Fernández como alguien que está ahí por sus propios méritos e independientemente de la relaciones con Lavagna padre, con quien compartió el gabinete de Kirchner.