El parque temático del rock

El parque temático del rock
Este sábado arranca la edición 13ª del Cosquín Rock, un evento que amplía sus horizontes más allá de la música para convertirse en un evento de puro entretenimiento. Puede ser la edición récord.

El festival de rock más importante que tiene el rock en el interior del país empieza este sábado su decimotercera edición, y aunque la puntualidad de tantos veranos seguidos de Cosquín Rock ya lo haya instituído como uno de los acontecimientos musicales de cada temporada, esta vez estuvo muy cerca de no hacerse.

Al menos eso es lo que jura José Palazzo, en un alto en la frenética previa de la puesta en marcha de la rueda que empezará a girar en apenas unas horas. “Este año vino muy mal encaminado. La mayoría de los festivales que se hicieron, como el Pepsi o el Personal en Buenos Aires, tuvieron muchísimo menos afluencia de público que la que los organizadores esperaban. Para colmo, lo que pasó con los integrantes de CJS con el tema de la causa y la cárcel no lo esperábamos y nos pegó muy mal (leé la nota que VOS le hizo a Luis Lamas, baterista de CJS, en este enlace). Es una banda que el año pasado nos trajo a 20 mil personas”, reflexiona desde el deck de un VIP todavía a medio armar, sin promotoras, con muy poco del glamour y las marcas que lo habitarán durante los próximos tres días.

En contra de esa corazonada, y de su propia naturaleza cabulera, la 13 se puso en marcha con el mismo objetivo de cada año: superar una nueva marca en términos de convocatoria.

“Era para pensarlo, porque hacer este Cosquín Rock cuesta 14 millones de pesos, y no íbamos a resignar la intención de hacerlo bien. Por ejemplo, este año le pedimos a cada una de las marcas que hiciera una acción puntual, así es como va a haber una carpa donde te van a invitar a jugar al Guitar Hero; otra en la que vamos a proyectar la película de Molotov en tres funciones diarias; una vuelta al mundo que cuando llega arriba te da una vista impresionante del predio; un patio cervecero que es una réplica de los que podés encontrar en Villa General Belgrano; cuatro funciones diarias de Fuerza Bruta y...”. La frase queda trunca porque en los minutos que lleva hablando, su celular acusa tres llamadas perdidas.

La superstición vuelve a aparecer si se le pregunta a Palazzo por la afluencia de público. “Me toco el izquierdo, pero estamos soprendidos por la cantidad de entradas vendidas hasta ahora: 6.000 abonos para los tres días, mucho más que cualquiera de las 12 ediciones anteriores. Y agotamos el VIP, algo que tampoco había pasado antes. Después del récord del año pasado pensamos que iba a ser difícil pasar esa marca, pero creo que vamos camino a superarla”, arriesga. No es usual ver al productor exteriorizar semejante dosis de optimismo con el grabador prendido, pero sí: dijo en otras palabras que esperan más de 120 mil personas en tres jornadas, cifra que dejó la versión 2012 del evento.

¿Más cábalas? “Sí, hice cambiar el color del techo de las dos carpas que están al medio, una de las cuales albergará la Fiesta Bubamara, que originalmente eran celeste y amarillo. Nada de amarillo cerca de los escenarios. Y mi viejo, que viene un día antes del arranque y después no pisa el predio (la última vez fue en 2004, cuando se armó el lío durante el show de Charly)”.

Color

Por fuera del color que Palazzo le ponga o le saque (a la carpa o a las anécdotas), recorrer el predio casi listo deja la sensación de que lo que busca es darle al que paga su entrada una oferta variada completa de entretenimiento, que además tiene el plus de juntar en tres escenarios buena parte de lo mejor que el rock nacional puede ofrecer hoy (“lástima que no esté Andrés Calamaro, siendo que está acá nomás en Carlos Paz”), con un par de agregados foráneos como Jimmy Rip, Molotov o Exodus. O lo que es lo mismo, el viejo sueño de convertir al festival en un parque temático.

La artística ofrece, como siempre, algunos highligts para estar atentos. El hecho de que el mismo día estén en el predio Charly García, David Lebón y Pedro Aznar deja todo listo para una mini reunión de Serú; Fito Páez, de regreso tras nueve ediciones (a ver cómo funciona acá la cábala, porque además de José Palazzo padre, el otro que dejó de ir en 2004 a Cosquín Rock fue el rosarino); IKV con shows impecables como antecedentes inmediatos (el del Personal Fest entre ellos) y sin la cercanía de la muerte del “Flaco” Spinetta como condicionante (aunque con el primer aniversario de su desaparición como motivo para recordarlo); Ciro y Los Persas con disco nuevo; Las Manos de Filippi por primera vez en el escenario principal y la calidad de la grilla del hangar dedicado al rock de Córdoba son apenas algunas. Si la suerte acompaña, claro, todo está dado para que se cumpla el pronóstico de Palazzo.

“Si no llueve, y todo sale bien, me voy caminando hasta Mina Clavero”, promete. Está escrito.

Escenario principal

Este año, el principal tiene los ojos puestos en una primera jornada que puede ser histórica: si Aznar, Lebón y García se juntan a tocar será lo más cercano a Serú Girán que suceda en años. Para estar atentos: Fito, IKV, el tributo a Marley y Las Manos de Filippi.

Temático Movistar

El temático está algo más lejos que años anteriores, pero ganó en dimensiones y equipamiento: más potencia, pantallas de leds y el mismo armado de camarines que el principal. Para estar atentos: Exodus y el regreso de Almafuerte tras la ausencia de 2012.

Hangar

El de 2013 es un Hangar ampliado, con un espacio destinado a los murales que se irán pintando en los tres días. Y, según Palazzo, mejoró muchísimo en lo técnico. Para estar atentos: el domingo se podrá ver la mejor selección de bandas cordobesas en años del festival.

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