Otra bomba de tiempo en el mundo islámico: escala la guerra en Yemen

Otra bomba de tiempo en el mundo islámico: escala la guerra en Yemen

Se profundiza el conflicto entre los rebeldes y la coalición liderada por Arabia Saudita tras un bombardeo.

Las esperanzas de paz en Yemen parecen estar cada vez más lejos. La perspectiva de alcanzar pronto un cese del fuego pareció enterrarse del todo tras la escalada militar iniciada el sábado pasado con el bombardeo a un funeral en Sanaa, que dejó más de 150 muertos y 525 heridos.

Tras la sangrienta matanza en la capital yemenita, atribuida a la coalición árabe comandada por Arabia Saudita, los rebeldes hutíes respondieron con ataques que salpicaron ayer a fuerzas norteamericanas.

Según informó ayer el Pentágono, dos misiles cayeron en el agua cerca del USS Mason, un destructor de la armada en el mar Rojo, frente a las costas de Yemen.

Si bien los insurgentes hutíes negaron que la nave haya sido atacada intencionalmente, el episodio contribuyó a elevar las tensiones en una guerra alimentada por la rivalidad regional entre Arabia Saudita e Irán, enfrentados de manera indirecta en el empobrecido país.

En represalia por el bombardeo del sábado pasado, que tuvo como blanco el multitudinario funeral de la madre de un líder rebelde, los hutíes confirmaron ayer haber lanzado misiles contra la ciudad saudí de Taif y contra la provincia yemenita de Marib, controlada por las fuerzas que apoyan al presidente Abd Rabu Mansur Hadi, derrocado en 2011.

Previamente la coalición liderada por Arabia Saudita -que lucha contra los hutíes en el marco de la operación Tormenta Decisiva- aseguró haber derribado dos misiles balísticos disparados desde zonas rebeldes. Según los medios sauditas, uno de esos ataques tenía como blanco una base aérea cercana a La Meca, en la cual se halla apostado personal militar norteamericano con funciones de adiestramiento de soldados locales.

El ataque contra la base militar, a 520 kilómetros de la frontera yemenita, es hasta ahora el más profundo en territorio saudita.

El bombardeo del sábado constituyó un golpe bajo a los esfuerzos internacionales para parar la guerra en Yemen, justo cuando el representante de la ONU esperaba anunciar un alto el fuego.

Arabia Saudita, cuya aviación lleva un año y medio castigando a los rebeldes que echaron del poder al presidente Hadi, se vio obligada a anunciar una investigación sobre el ataque aéreo, que fue condenado por la ONU y por Estados Unidos, que se declaró "profundamente turbado" y advirtió que la cooperación en seguridad con Arabia Saudita no debe ser considerada como un "cheque en blanco".

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó el bombardeo y dijo que fue "un ataque despiadado contra civiles y una vergonzosa violación de la legislación internacional sobre derechos humanos".

Ayer, miles de yemenitas participaron del entierro del gobernador de Sanaa -en manos de los rebeldes hutíes-, que murió tras el bombardeo del sábado.

Este ataque hizo aumentar la presión sobre Arabia Saudita, que, si bien negó estar detrás de éste, es el único país que controla el espacio aéreo sobre Sanaa.

Incluso Estados Unidos se distanció de la alianza militar que lidera Riad, afectado por el deterioro de su imagen internacional, además del costo económico de la empresa bélica, en un momento de bajos ingresos del petróleo.

Riad afirma que los insurgentes hutíes, aliados con las tropas fieles al depuesto presidente Ali Abdullah Saleh, reciben de Irán grandes cantidades de armamento, incluso misiles balísticos.

Los hutíes luchan contra el gobierno del presidente Hadi, que intenta recuperar el terreno perdido con el apoyo de Arabia Saudita, que teme que el poder de los rebeldes chiitas otorgue a Irán, su histórico rival regional, una mayor influencia en la península arábiga.

Por eso desde marzo de 2015 Arabia Saudita encabeza una coalición militar de países árabes sunnitas que realiza bombardeos por aire de objetivos en Yemen, en los que no sólo alcanzaron posiciones hutíes.

Según la ONU, unos 10.000 yemenitas murieron por la guerra, la mitad de ellos civiles y en su mayoría víctimas de los bombardeos de la coalición árabe. Tan sólo en los primeros 10 días de octubre 369 civiles perdieron la vida, incluidos los muertos en el bombardeo al funeral de Sanaa.

Asimismo, de una población de 26 millones de yemenitas, 3,2 millones se vieron obligados a abandonar sus hogares y 14 millones se encuentran en situación de inseguridad alimentaria.

Un país sumido en la guerra

Rivalidad regional

La guerra, producida tras el golpe de Estado en 2014, es agravada por las tensiones entre Irán y Arabia Saudita

Muertos

Según la ONU, al menos 10.000 yemenitas murieron por la guerra

Desplazados

De una población de 26 millones, 3,2 millones se vieron obligados a abandonar sus hogares

Agencias AFP, ANSA, DPA y EFE

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