Son operarios de Coopelectric y contaron lo vivido en el Sindicato de Luz y Fuerza. Destacaron las diferencias en la prestación del servicio, la forma de trabajo y en el panorama social. Fue una experiencia laboral y de vida que reafirmó el compromiso con su trabajo proyectado al servicio de la comunidad
Viajaron el 8 de abril en dos cuadrillas comandados por Eduardo y Alberto con dos hidroelevadores. Los ocho respondieron la convocatoria que la Asociación de Prestadores de Electricidad de la provincia (Apeba) hizo al Sindicato de Luz y Fuerza y a Coopelectric. Se sumaron a trabajadores de 67 cooperativas de la provincia de Buenos Aires más las de Córdoba, Entre Ríos y Neuquén que formaron parte de las labores que beneficiaron a 20.000 familias.
Seis de los trabajadores se reunieron este viernes en la sede del Sindicato para contar su experiencia. La presentación estuvo a cargo del secretario general Eduardo Amaya quien explicó que “a nivel nacional se generó esta gesta a través de un pedido de las cooperativas de distribución y transporte de la provincia”.
Jorge Bruseghini contó inicialmente que cuando llegaron a su zona de trabajo “era un barrio de unas 20 manzanas; estaba todo en el suelo, palos quebrados, cables cortados, cuadras enteras sin cables, las bajadas a las casas no existían. Había que empezar”. La respuesta no tardó, “por como se trabaja en las cooperativas, fue destacado por la gente que estaba ahí a cargo de las empresas, accionamos rápidamente. Pusimos manos a la obra y empezamos a levantar las líneas y tratar de darle tensión a la mayor cantidad posible de casas”.
En la zona no pasaban desapercibidos, “la gente salía y nos preguntaba qué veníamos a hacer. Le decíamos que solamente a colaborar con la empresa privada de Edenor a pedido de las cooperativas de Apeba para restablecer el servicio”, explicó Jorge Bruseghini. A lo que Nicolás Castreje agregó, “al principio nos miraban un poco con cara rara, como diciendo de dónde vienen, qué van a hacer. Uno les fue explicando de a poco que uno había hecho 400 kilómetros para colaborar, que íbamos a hacer todo lo posible para darles energía a la mayor cantidad de gente. Así lo entendieron, y no hizo falta que fuera policía ni gendarmería”. En este sentido aclaró que en otros sectores los trabajadores requirieron apoyo de seguridad por la presión de los vecinos para que se restablezca el servicio.
Ismael Ramos remarcó las diferencias de prestación de servicio, “allá se trabaja en forma distinta. Edenor no tiene la llegada que tiene el empleado de cooperativa, es más frío. No podían creer que cuando llegábamos íbamos a hablar con el usuario, les decíamos que se quedaran tranquilos, que nosotros nos íbamos a ir cuando ellos tuvieran luz. De hecho el recibimiento, a los 2 días que ya nos conocían, nos regalaban agua para el mate, nos hacían pan casero, tortas fritas. No lo podían creer”.
Relató a modo de ejempo que “cuando terminábamos íbamos casa por casa a preguntar si tenían luz, había gente que no sabía lo que era la térmica y nosotros se la levantábamos. Y ese trato con los vecinos, se fue corriendo la voz y después éramos como de la familia”. Tuvo en cuenta que “acá es normal ese trato. Allá no. En empresas grandes es más frío todo. Y hacer un reclamo allá es muy complicado, llegar a Edenor es difícil”.
Bruseghini, Vera y Castreje junto al vicepresidente Amado Boudou.
Walter Gandini puntualizó “pude ver la diferente calidad de servicio. Acá tenemos un servicio que no nos damos cuenta, cuando llegamos el miércoles 11 allá había gente que estaba sin luz desde hacía 10 días. Yo hacía un paralelo a lo que nos pasó a nosotros el 29 de noviembre del año pasado, que en menos de 24 horas estuvo restablecido el servicio en el 90 y pico por ciento de la ciudad. Eso es porque nuestra cooperativa invierte en personal, mantenerlo y en recursos y equipos. Cosa que en una empresa como Edenor el servicio está tercerizado entonces la capacidad de respuesta ante eventualidad como esta es bastante mínima”. Gandini añadió que “se vio que la forma de trabajar de las cooperativas es distinta de las empresas privadas. Somos más sueltos, tomamos decisiones más rápido y encaramos de otra forma al trabajo para solucionar a la brevedad”.
En tanto, Eduardo Vera se refirió a la diferencia de trabajo entre las distintas cooperativas y el grupo de operarios de Olavarría: “nosotros estamos un poquito más adelantados que ellos en el sentido de la forma de trabajar y de las herramientas”.
Lucas Díaz tiene 19 años y es el más joven del grupo que se sumó a colaborar. “Yo empecé a trabajar en la cooperativa de luz hace 5 meses. Entré justo para el otro desastre que ocurrió en Olavarría. El desastre ocurrió el 29 y yo entré el 1º”, con lo que más allá de su corto tiempo como operario ya contaba con una experiencia de labor después de grandes afecciones climáticas. “Lo que destaco de ir a Buenos Aires fue la experiencia de trabajar con otras cuadrillas, desde ya que se aprende otra forma de trabajar, otras mañas. Fue muy linda la satisfacción de poder darle corriente a la gente, el trato con la gente, y el trato en el camping donde estaba. Estábamos muy cómodos. Después lo más importante era dar corriente y nada más”, consideró.
Nicolás Castreje expuso además el diferente panorama social que se observaba en las zonas donde trabajaron, “acá creo que no ha llegado tan así. Era el barrio y de una cuadra hacia otra había un charco y era una villa. A mí me llamó la atención gente descalza, sin remeras ni zapatillas, entre el charco, sin techos, se quedaron sin nada”.
Eduardo Vera y Walter Gandini contaron que en ese contexto, los trabajadores debían tener precaución acerca de conocer los orígenes de las líneas que iban restableciendo, tanto por la modalidad de trabajo distinta de Edenor como por la alta cantidad de conexiones clandestinas. “La diferencia es que como tienen tardanza en la respuesta de cualquier reclamo, cualquier electricista particular va ahí y hace un arreglo provisorio y le da electricidad a 10 casas. Y eso cuando uno va a hacer la conexión y energizar tiene que tener precaución con ese tipo de conexiones clandestinas”, manifestaron. En tanto, Bruseghini señaló que en todos los casos, se sumaba que al no contar con electricidad, las viviendas no tenían agua, situación que vivían desde hacía 10 días.
Finalmente, relataron que a una semana de su llegada a los campings donde se hospedaban –predios de los Sindicatos de Televisión y Empleados de Seguros- recibieron la visita del vicepresidente de la Nación, Amado Boudou. Fue “a agradecer el gesto, sabiendo que Luz y Fuerza a nivel nacional es solidario y sabiendo la magnitud del desastre”, contaron
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