Los docentes porteños respaldaron ayer a la maestra y a la directora del Jardín de Infantes Nº 2 de Flores, apartadas por el Ministerio de Educación porteño de sus cargos tras la muerte de un nene de cinco años asesinado por su padrastro, con un paro con "acatamiento total" y un multitudinario acto en el que repudiaron la decisión del titular de la cartera educativa local, Esteban Bullrich.
Con banderas y carteles con la consigna "si tocan a uno tocan a todos", al menos 5.000 personas pidieron justicia por Agustín, el nene de cinco años asesinado por su padrastro, y dieron su contundente apoyo a las docentes del jardín afectadas por una medida que consideraron "arbitraria, injusta e irresponsable" por parte de la cartera educativa porteña.
"Ojalá que el 'señor' ministro de Educación vea este apoyo que recibimos hoy y me devuelva los 50 chicos que tengo en los dos cargos. El Ministerio (de Educación) al tomar conocimiento de la muerte de Agustín no se acercó a ofrecer ningún tipo de ayuda, sólo dispuso separarnos a la directora y a mí, responsabilizándonos a nosotras por lo que ocurrió", afirmó la maestra desplazada Alejandra Bellini, visiblemente emocionada.
Antes había tomado la palabra la directora, Elsa Vincova, quien fue aplaudida por la masiva concurrencia que ocupó más de dos cuadras de la avenida del barrio porteño de Flores, donde se dieron cita miles de padres de alumnos y maestros de distintos distritos escolares de la ciudad.
"Estoy de pie por ustedes, por el equipo docente del jardín 2, de quienes estoy orgullosa, y por mi trayectoria de 33 años de docencia", sostuvo la directora con lágrimas en los ojos.
Durante la movilización, los docentes pidieron justicia por Agustín, que se había presentado con lesiones en el jardín de Infantes, y por esa razón la maestra había pedido a la madre explicaciones.
"Traté siempre con la mamá de Agustín como lo hago con cualquier otra madre. No sospeché nada porque la mamá justificó las lesiones que mostró con un certificado del odontopediatra. Era un nene normal, entró días después de iniciadas las clases, faltó ocho o nueve veces en marzo y abril y en mayo sólo vino seis días", explicó la docente.
Agustín murió el 9 de junio último y por ese hecho está imputado su padrastro, mientras que la Justicia también procesó a la madre.
Estuvieron presentes en el acto los tíos del niño, quienes publicaron en las redes sociales sus impresiones de la situación que envolvió la muerte del nene; también estuvo Esteban Mur, el papá de Rolando y Rodrigo, los dos nenes que murieron durante un incendio en un taller textil del mismo barrio del jardín.
Eduardo López, secretario de UTE-Ctera, dijo que "el gobierno de la Ciudad ni siquiera convocó a los funcionarios para que dieran explicaciones acerca de por qué no puso legalidad a ese taller que estaba precarizado".
Mirando a Mur, el dirigente dijo: "vamos a seguir peleando por justicia para Agustín, pero también para Rolando y Rodrigo y para todos los chicos y chicas víctimas de las violencias laborales, intrafamiliares, sociales e institucionales".
"Hay una historia de amor recíproca entre la comunidad educativa y los docentes que no sale en TV, y más allá de los periodistas pagos y de los legisladores del PRO, va a seguir existiendo porque esa historia de amor se escribe todos los días en las aulas de las escuelas públicas".
El acto demostró un contundente repudio a la resolución de apartar del cargo a Bellini y Vincova, y celebró que por primera vez en mucho tiempo estaban todos los sectores unidos para decir "basta a la arbitrariedad, y a la hipocresía de un sistema que hace agua por todos lados", según afirmó la referente del gremio Camyp, Karina Costaguta.
"Queremos recuperar la centralidad pedagógica, trabajar con alegría y sin miedo", demandó la docente, quien señaló que para lograr ese deseo "el Ministerio de Educación porteño tiene que nombrar un gabinete en cada escuela -no cuatro profesionales por distrito-, designar maestras celadoras y desdoblar las supervisiones".
El aplauso cerrado que sobrevino después de cada intervención le dio al acto una carga emotiva que fue creciendo a medida que pasaban los minutos, y al finalizar la concentración se entonó el himno nacional desplegando las banderas argentinas.
Georgina Giacobbe, madre de la sala donde cursaba Agustín pidió que "los funcionarios se responsabilicen de nombrar el personal necesario para que las escuelas puedan funcionar. Si quieren que las maestras hagan actas pongan profesionales en los gabinetes porque los que están no dan abasto. Basta de hipocresía", añadió.
"Sea quien sea que esté al frente de la Ciudad se va a tener que ocupar de verdad de la educación pública", añadió.
Jorge Adaro, de Ademys, le reclamó al gobierno porteño: "basta de someternos a decisiones arbitrarias de quienes nunca estuvieron en una escuela pública".
Por otro lado, el paro convocado en defensa de las maestras tuvo un acatamiento "total", coincidieron los gremios UTE, ADEMyS, Sedeba y Camyp.
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