Messi quiere ser el nuevo Maradona

Messi quiere ser el nuevo Maradona

Será en el césped sagrado de Maracaná, en el que Maradona jugó dos veces con Argentina y las dos perdió (2-1 en 1979 y 2-0 justo una década después) donde Leo Messi pueda cerrar su círculo para ser leyenda.

Desde que La Pulga comenzó a hacer del fútbol una obra de arte para que le pusieran a la par de Maradona, siempre ha tenido que escuchar que hasta que no ganara un Mundial no era posible colocarle en el mismo plano que el gran icono del fútbol argentino, el hombre que guió a su país al título de 1986 logrado en el Azteca.

Hoy, en otro estadio gigantesco y de aún más peso en la historia, y ante el mismo rival, Alemania, Messi puede dar ese paso que le queda por cubrir para entrar ya sin dudas en el reino de los cinco grandes de la historia. En su tercer intento —estuvo en el Mundial de 2006 con 19 años y hace cuatro se fue de Sudáfrica sin hacer un gol—, Leo, con el brazalete de capitán como Maradona hace 28 años, será el líder de una selección que se ha cobijado hasta ahora en el corazón y el orgullo, con Mascherano como bandera, pero que sabe que necesita a su mejor jugador, al cuatro veces Balón de Oro, para tocar el cielo.

La comparación existió, existe y existirá. Diego Armando Maradona y Lionel Messi tienen vidas paralelas en algún sentido. El azulgrana tiene hoy la ocasión de, al menos, igualar al Pelusa en cuanto a Mundiales ganados. El Diez lo hizo con 25 —cerca de los 26— en el de México 86. Messi ya tiene 27 años, ha jugado tres Mundiales con este y seguramente le queda otro.

La leyenda argentina ha llenado estos días de referencias sobre Messi su programa De Zurda, que cada noche emite la TV Pública argentina y la Telesur de Venezuela. Con mucho mimo, Maradona le ha traspasado la presión a Leo, pero sin olvidar que, para él, aunque no fuera el héroe de la final, seguirá siendo el mejor del mundo. «Y si me debe superar alzando la Copa, le pongo la alfombra roja», dice.

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