El uso de máquinas fabriles empeoró en marzo y redondeó un pésimo trimestre

El uso de máquinas fabriles empeoró en marzo y redondeó un pésimo trimestre

Aunque el uso de capacidad instalada debe compararse en forma interanual, sorprendió que marzo rompiera la estacionalidad y empeorara respecto al período estival. Fue de 54,4% y redondeó el tercer peor inicio de año de la serie histórica

 

Por Mariano Cuparo Ortiz

El uso de maquinarias fabriles cayó en marzo y consolidó uno de los tres peores inicios de año desde que existe la serie histórica del Indec, solo superado por el 2020 pandémico, cuya cuarentena empezó justamente en marzo, y por el 2024, en el que se observó un desplome extraordinario. En marzo del 2025 el uso de las capacidades instaladas fue del 54,4%, extrañamente menos que el nivel de febrero, que había sido del 58,6%, hecho que solo había ocurrido justamente en el 2020 pandémico. En el mes impactó de lleno la incertidumbre cambiaria, que se sumó a un consumo en niveles bajos y un mayor ingreso de importaciones, por la apertura comercial, impactaron de lleno a este sector clave para la generación de puestos de trabajo.

El Indec publicó este jueves el informe de Utilización de la Capacidad Instalada en la Industria (UCII) correspondiente a marzo y mostró esa particularidad que no se había visto en otra ocasión, excepto en marzo del 2020. En aquel entonces la UCII había sido del 59,4% en febrero y la declaración de la cuarentena desde el 20 del tercer mes del año impactó con un 51,6% de uso de las instalaciones. El 54,4% de marzo del 2025 no quedó demasiado lejos de ese número y fue el tercer peor dato de la serie histórica, también superado por el 53,4% del mismo mes del 2024. Si bien las comparaciones de la UCII deben hacerse de forma interanual, por el efecto estacional que interfiere en las comparaciones mensuales, en este caso sorprende que, tras el período estival, es decir con la estacionalidad totalmente a favor, igual haya habido una contracción.

El primer trimestre terminó de esa forma con una utilización de las maquinarias del 56% promedio mensual. En ese caso también fue el tercer peor arranque del año de la historia reciente y también solo superado por los pésimos 2020 y 2024, que mostraron promedios del 55,7% y del 55,2% respectivamente, lo que indicó que el primer año de la gestión del actual Gobierno superó incluso al 2020 pandémico en su desempeño negativo.

El mal número de marzo fue en línea con una baja de la actividad industrial del 4,5% mensual desestacionalizado. Desde la UIA explicaron algo del porqué de los malos números para el sector fabril durante lo que va del año. Al bajo consumo en términos históricos se le sumó una mayor importación de bienes finales que, en particular para las pymes, significó la pérdida de participación en el mercado local.

En ese sentido, el último informe de actualidad industrial de la central fabril afirmó: “Si bien comenzaron a observarse ciertas mejoras, al interior de la industria continúa la heterogeneidad sectorial debido, entre otros factores, a una mayor competencia frente a la importación de bienes terminados. Genera preocupación el aumento de las importaciones de Bienes de consumo (75,7% interanual). Estas cifras superan a la observada en Bienes intermedios (6,1% interanual), lo que muestra que las importaciones recuperan más rápido que la producción”.

Además, en un comunicado reciente de su Junta Directiva había señalado: “El Observatorio PyMe presentó también el informe Amenaza importadora en las PyME que muestra que el 40% de las empresas PyME industriales se siente amenazada por las importaciones en las ventas al mercado interno. Dicho valor es similar a la proporción verificada en 2018 (40%), 2016 (39%), 2009 (36%) y 2008 (37%). Además, el 56% de las empresas PyME industriales que identifican a las importaciones como una amenaza indicaron una caída de su participación en el mercado interno (23% del total). La proporción nuevamente es similar al 2018 (28%), 2016 (21%), 2009 (24%) y 2008 (24%)”.

El indicador de la UCII es clave porque mide en qué proporción se utiliza la capacidad productiva, tomando en cuenta la producción máxima posible de cada sector, considerando criterios como el máximo potencial de las plantas, con el máximo de turnos posibles. Un nivel óptimo es entre el 70% y el 80%. Cuando se llega a un punto semejante, las empresas precisan invertir para mejorar su capacidad productiva. Es decir, invertir. Hoy se encuentra en niveles muy lejanos a ese punto. 

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