El impeachment en Brasil. El ex presidente podría acompañar a Dilma en su salida del Planalto. Y el partido oficial no saldría a las calles.
Por Eleonora Gosman
José Eduardo Cardozo, jefe de la Abogacía General de la Unión (AGU), es un baluarte para Dilma Rousseff. El ministro, que fue titular de la cartera de Justicia, es el que piensan llevar “hasta el fin” su defensa de la presidenta. Lo dijo con claridad meridiana en conferencia de prensa. Para él “hay muchas cuestiones” que deben ser discutidas en los estrados judiciales. O más precisamente, en la Corte Suprema. En cambio, la actitud de la dirigencia del Partido de los Trabajadores (PT) parece ser de una cierta depresión ante los hechos factuales.
El ex presidente Lula da Silva permanece silencioso. Ya desembarcó en Brasilia por la mañana de ayer. Y estuvo reunido con sus compañeros. Pero hasta la noche no pudo verificarse si hubo o no un encuentro con la jefa de Estado. En principio, se afirma que Lula, quien conserva todavía un alto grado de popularidad, podría acompañar a Dilma este jueves en la salida del Palacio del Planalto. Allí estarían también, en una gran movilización, miles de militantes de las organizaciones sociales que podrían recibirla cuando baje por la rampa de la casa de Gobierno.
Si uno se guía por los últimos acontecimientos, podrá ser muy numerosa esa manifestación de apoyo a la jefa de Estado. Pero tan masiva como espontánea. Saldrá mucho más de aquella parte del pueblo que la sigue que de los movimientos sociales tradicionales. Fue sintomático, en ese sentido, lo que ocurrió en la inauguración (de este martes 10) de la cuarta conferencia nacional de mujeres: en un auditorio multitudinario, ella fue recibida a los gritos de “Dilma, guerrera de la patria brasileña”.
Al punto que hoy contaría con una adhesión creciente en ese segmento del electorado.
Todo indica que Rousseff pretende hacer un discurso, en el momento de salir del Palacio del Planalto, donde reafirme que ella es víctima de un golpe. Según informaban ayer personas próximas a Lula, el ex presidente discutió los últimos días cómo debe ser esa salida, en compañía de los movimientos sociales. Pero hay historias que son llamativas. En una declaración del lunes último al diario Folha de Sao Paulo, el senador Humberto Costa –líder del PT en el Senado– sostuvo que la agrupación política “no incendiará el país”. A buen entendedor, lo que Costa quiso decir es que su partido no incentivará manifestaciones, durante el período de enjuiciamiento, que puedan mostrarlo como un grupo “descontrolado”.
Quien sí le echará leña es el ministro Cardozo, quien afirmó que irá a “judicializar” la defensa de Rousseff hasta las últimas consecuencias. Sostuvo que eso es lo que hacen todas las personas que pretenden defender sus derechos: “¿Hasta dónde se va? Hasta que consiga que mi derecho sea restaurado, que la Constitución sea respetada y que la lesión a esos derechos dejen de existir.
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