Bye, bye, Londres

Por Mariano Ryan.

Estuvieron Annie Lennox, George Michael y Spice Girls, entre otros. The Who hizo el cierre. Los Stones, ignorados. Un mega show de música, baile y escenografías en una puesta impecable clausuró los Juegos Olímpicos de los británicos.

Faltaba apenas un minuto para que llegara la medianoche cuando el fuego de los 204 “pétalos” del pebetero se fue extinguiendo de a poco. El silencio absoluto del estadio Olímpico, por espacio de apenas un par de segundos que sucedieron de una manera casi impercepitible, le dejó el lugar a una ovación, a otra más en estos 17 días de Juegos Olímpicos. Formalmente, Londres 2012 decretaba su final. La despedida. El bye bye. Se acababa así una fiesta fenomenal del deporte en la que el mundo asistió una vez más a una celebración fascinante y a una gigantesca ceremonia en la que el hombre siempre intenta superarse logrando transitar hacia el límite de su propia realización.

Londres decidió despedirse del mundo que puso sus ojos sobre ella durante algo más de dos semanas, a pura música. Fue en una fiesta de clausura que comenzó exactamente a las 9 de la noche con una escenografía impactante montada en el medio del estadio que reflejó los más célebres íconos de la ciudad como el Big Ben, el palacio de Buckingham, el puente de Londres, la catedral de St. Paul’s y el London Eye, por ejemplo. Sin la espectacularidad surgida de la imaginación de Danny Boyle, quien el 27 de julio había reflejado una película de la historia de este país, el ex bailarín y coreógrafo Kim Gavin eligió “Una sinfonía de música británica” en la que, pese a algunas ausencias importantes -llamó mucho la atención que no haya habido ninguna referencia, como sí hubo en la apertura, a los Rolling Stones, surgidos justamente en la capital inglesa hace 50 años-, varios grandes músicos y bandas británicas del pasado y del presente tuvieron su espacio. Así, aún bajo los efectos del play back, de Ray Davies a Jessie J, de Madness a Annie Lennox, de George Michael a Muse (brillante interpretación de “Survival”, el himno de los Juegos), de Brian May y Roger Taylor a Mike Rutherford y de Pet Shop Boys a The Spice Girls, también Take That y Liam Gallagher y su nueva banda, Bread Eye, para terminar con The Who, que despidió a la multitud con “Baba O’Riley”, “See me, feel me”, “Listening to you” y “My generation”, fueron pasando todos y cada uno de ellos en un carrusel de diferentes tiempos. No faltaron otros personajes populares, como Kate Moss o Naomí Campbell, o el grupo Stomp, en su mexcla de percusión y de danza.

Los británicos se dieron el gusto de dar un salto en el tiempo. Desde el más allá, pero siempre “acá” en el recuerdo de sus fans, John Lennon y Freddy Mercury aparecieron desde pantallas gigantes, recibidos con sendas ovaciones.

“La música ha sido el producto de exportación cultural más fuerte del Reino Unido en los últimos 50 años y queremos hacer una ceremonia que sea una promoción única de la gran música popular británica”, había anticipado Gavin. Y cumplió.

El momento especial para los argentinos se produjo cuando ingresaron los atletas abanderados. Y allí, entre todos, surgió la figura del taekwondista Sebastián Crismanich, oro en la categoría 80 kilos, quien tomó la posta de Luis Scola y vivió otra noche inolvidable. “ Es increíble la generosidad de Luis porque se suponía que él era el abanderado y sin embargo me dio la responsabilidad a mí. No puedo creer que un campeón olímpico como él me haya cedido la bandera. No quiero despertarme de este sueño” , había dicho el correntino por la tarde.

También hubo un espacio para Río 2016 en el que el samba, la batucada y el capoeira le aportaron más color y brillo al show luego que Eduardo Paes, alcalde de la ciudad, recibiera la bandera del Comité Olímpico Internacional de la mano de Jacques Rogge. La sorpresa la aportó quien cerró ese segmento de apenas ocho minutos: un hombre de sombrero ingresó al escenario y cuando se quitó el sobretodo surgió la tradicional camiseta amarilla de Brasil con el 10 en la espalda. Así Pelé (¡cuando no!) también le puso su nombre al cierre de Londres 2012.

Faltaban las palabras de Sebastian Coe, la gloria del atletismo británico cuya estatura de personalidad influyente para sus compatriotas se potenció desde el cargo de presidente del Comité Organizador, y de Rogge, quien -como siempre- sólo dijo frases de ocasión en su último discurso como titular del COI en los Juegos Olímpicos, ya que su mandato finalizará el 10 de septiembre de 2013 cuando se realice la 125ª Sesión en Buenos Aires. Enseguida, el fuego olímpico se apagó. Para que empiece la Olimpíada. Para que los atletas comiencen a prepararse para lo que se viene dentro de cuatro años. Para que gane la nostalgia por lo rápido que sucedió todo...

Comentá la nota