A juicio por drogar a dos jóvenes para prostituirlas

A juicio por drogar a dos jóvenes para prostituirlas
El Tribunal Oral Federal juzga a dos hombres por trata de personas con fines de explotación sexual. El hecho ocurrió en 2011 en Chajarí y una de las víctimas era menor de edad. Sergio Raúl Cardozo y Antonio Gabriel Nonino llegan excarcelados al juicio.

Ese martes, cuando llegaron a la Terminal de Chajarí, después de atravesar 183 kilómetros desde Paso de los Libres –Corrientes–, las chicas pensaban en cambiar el rumbo, en salir de la apatía que les proponía una ciudad con pocas expectativas de trabajo, en alejarse de los dramas familiares, en huir de un ambiente que hostil no las contenía. Querían dejar atrás un presente de drogas y alcohol y empezar de nuevo.

Pero ese viaje les tenía deparada una nueva decepción. Entre Ríos, Chajarí, no era el lugar que ellas pensaban: el trabajo que les habían prometido no era en la recolección de frutas, sino como prostitutas y el salario debían repartirlo con sus explotadores.

El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Paraná comenzó a juzgar ayer a dos hombres por el delito de trata de personas en perjuicio de dos chicas correntinas, a las que además les facilitaban cocaína, y pretendían obligarlas a prostituirse en Chajarí.

Laura y Daniela –que constituyen nombres de fantasía para identificar a las víctimas– viajaron desde Paso de los Libres con la promesa de conocer e insertarse laboralmente en Chajarí, donde una de ellas tenía un conocido. Sin embargo, al llegar a la localidad entrerriana, fueron recluidas, primero en un departamento y luego en un hotel, hasta que un llamado telefónico anónimo alertó a la Policía y fueron rescatadas.

Sergio Raúl Cardozo y Antonio Gabriel Nonino están acusados como coautores del delito de trata de una persona mayor de 18 años y de una menor de edad y tenencia de estupefacientes; el primero de ellos, además, está imputado por suministro de drogas, a título gratuito, agravado por tratarse de una persona menor de edad.

Drogas y alcohol. Las dos jóvenes contaron que llegaron a Chajarí el 12 de abril de 2011, a las 3 de la madrugada, y ahí estaba Cardozo esperándolas, en un remís que las condujo hasta un departamento en el que estuvieron, los tres, tomando cerveza y consumiendo cocaína durante varias horas hasta que el hombre se fue y ellas se acostaron a dormir hasta la noche.

Laura conocía a Cardozo porque un tiempo antes había trabajado como moza para él y si bien “no eran novios, tenían una relación sexoafectiva”, según contó ayer la psicóloga María Josefina Bianchini, que acompañó a las chicas desde que fueron rescatadas hasta que dieron su testimonio en el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay. Cuando ella volvió a Corrientes, él siguió llamándola y finalmente le ofreció trabajo.

Al despertar ya estaba el dueño de casa, Nonino, quien les impidió salir cuando ellas pretendieron hacer una recorrida por la ciudad. Cardozo, a quien ambas identificaron como Tito, volvió a aparecer un rato después y los cuatro salieron de copas.

Una vez en el bar, Cardozo les dijo, entre copas y rondas de cocaína que el hombre proveía, que quería que ambas trabajaran para él como prostitutas y que les daría un porcentaje del dinero que ganaran. Les dijo también que no podrían quedarse en el departamento donde estaban parando y entonces las llevó a un hotel.

Cardozo y Daniela ingresaron al Hotel Caribe por la puerta principal, mientras que a Laura la hizo entrar por el fondo, donde están las habitaciones, para evitar tener que dar explicaciones por su condición de menor de edad. En la habitación 303 se repitió el raid de la noche anterior: cerveza, cocaína y ahora también marihuana. Pero el hombre les hizo una advertencia: que no abandonaran el hotel hasta que él volviera, al otro día, y que les conseguiría “personas para que trabajen”.

Atemorizadas y con sus reflejos disminuidos por el efecto de las drogas y el alcohol, Laura y Daniela comenzaron a mandar mensajes de texto a sus allegados contándoles lo que pasaba. A las 16.30 del día siguiente, en la Comisaría 1ª de Chajarí se recibió un llamado anónimo alertando de lo que estaba ocurriendo y una comisión policial llegó hasta el hotel.

Mientras estaban los policías en el hotel, una de las chicas recibió llamadas y mensajes de texto de Cardozo anunciándoles que iba para allá. Efectivamente llegó media hora después y casi detrás suyo lo hizo un camionero con quien se había contactado. “Tengo dos pendejas que quieren laburar, si por ahí alguien quiere pasarla bien”, le dijo primero en un mensaje de texto. “Vení al Caribe por atrás”, señaló más tarde.

Cámara Gesell

En el comienzo del debate, las víctimas declararon durante dos horas mediante el sistema de Cámara Gesell. La medida había sido solicitada por el fiscal José Ignacio Candioti, a partir de lo que plantea la nueva ley de trata, que establece que las víctimas “serán entrevistadas por un psicólogo designado por el tribunal que ordene la medida, no pudiendo en ningún caso ser interrogadas en forma directa por las partes”. Laura, de 17 años, dio testimonio ante la psicóloga Myriam Rua; y Daniela, de 18, lo hizo ante Anahí Gohome, del programa nacional de rescate y acompañamiento a las víctimas de trata. Ambas ratificaron los hechos tal como lo hicieron en 2011, primero ante la Policía y luego ante el juez. Las entrevistas se desarrollaron en los tribunales provinciales, a partir de las preguntas que aportaron las partes, teniendo en cuenta las características del hecho y el estado emocional de las víctimas. Los jueces, el fiscal y los defensores siguieron las alternativas del acto desde el exterior, a través de vidrio espejado.

AL MARGEN

Probation. La causa había llegado al tribunal oral con tres imputados, pero una hora antes del inicio del juicio, María Emilia Altamirano fue beneficiada con la probation. La mujer de 23 años y oriunda de Chajarí es pareja de Cardozo, con quien tiene una hija de 3 años. Estaba imputada por tenencia de estupefacientes ya que fue sorprendida con cocaína en su cartera al momento del allanamiento en el departamento de Nonino. Walter Domínguez, uno de los policías que participó de ese procedimiento, dijo extrañado que “en el lugar había una mujer que era la pareja o concubina de Cardozo”. Altamirano evitó el juicio oral y público pero deberá concurrir una vez por semana, durante dos horas diarias a realizar tareas comunitarias en una institución de bien público por un año.

Testigos

En la primera audiencia declaró la psicóloga María Josefina Bianchini y aseguró que “ellas dicen que hubo un ofrecimiento de trabajo engañoso” y que “la relación sexoafectiva tendría algún interés de parte de Tito. Ellas refirieron al miedo que sentían, al desconocimiento de la zona; y una de ellas, la más joven, sentía que podía terminar todo mal y que estaba en riesgo su vida”. La profesional no dudó en asegurar que la situación vivida por las jóvenes es lo que “comúnmente se denomina ablande o ablandamiento”, que significa que “los proxenetas se acercan entablando algún tipo de relación sexual con sus víctimas o con personas muy allegadas a ellas”. Además, declararon cinco policías que participaron de los procedimientos en el departamento y en el hotel. El comisario Carlos Echanis, dijo que cuando llegó la comisión al hotel las dos jóvenes “estaban en una crisis de nervios” y que tuvieron que convencerlas de que eran policías y querían ayudarlas. “Entonces se quebraron”, agregó. Los policías contaron además que en el hotel había restos de cocaína, marihuana y envoltorios, y que al ser requisado Cardozo, entre sus ropas se encontraron 12,2 gramos de droga. Del mismo modo, los policías indicaron que en el departamento de Nonino hallaron 5,67 gramos de cocaína escondidas en los muebles de la cocina y también los bolsos con la ropa de las víctimas, lo que acredita que estuvieron ahí.

Comentá la nota