Jorge Urrego: ‘Quito debe cambiar el modelo de tratamiento de los residuos’

Jorge Urrego: ‘Quito debe cambiar el modelo de tratamiento de los residuos’

Junto con varios expertos, Jorge Urrego estructura desde el año pasado un plan de gestión de residuos sólidos para la capital, con miras a construir una ciudad sustentable. Está previsto que la propuesta se encuentre lista en cinco meses máximo, para presentarla al Concejo Municipal.

La basura de Quito se entierra. ¿Eso es adecuado?

No es el modelo ideal que nos lleva al camino de la sostenibilidad. El denominador que se tiene en común en América Latina es que se debe transitar a otro modelo. Debemos trabajar en invertir la pirámide. Reducir, reciclar y reutilizar es muy importante, para que cada vez lleguen menos residuos al relleno.

Por ahora llegan cerca de 2 000 toneladas de basura al día. ¿Cuántas deberían llegar?

Es complicado plantear una cifra, pero las características que arroja Quito son similares a las capitales de América Latina, en donde se encuentran poten­ciales del 30% de reciclaje, siendo ambiciosos.

¿Cuánto se recicla aquí?

No tengo una cifra actual, pero no se aproxima ni al 10%, está mucho más por debajo. Esta es una oportunidad para llegar en el mediano plazo a un 15 o 20%. Eso en cuanto a lo reciclable (papel cartón, etc.), pero la gran problemática de estos países es que la porción orgánica de los residuos tiene un alto contenido de humedad. La carga orgánica de nuestras ciudades sobrepasa el 60%, lo que implica que hay que pensar en otro tipo de tratamiento.

¿Compostaje?

No siempre se puede llevar a procesos de compostaje y abono, por el nivel de contaminación de los residuos, pero se podría aprovechar para generación de gas o deshidratación de estos materiales, para que usen menos espacio en los rellenos. Los rellenos sanitarios no desaparecen en el mundo. En Europa del norte y en Japón, los rellenos siguen existiendo porque son una necesidad de contingencia para recibir los residuos que no son aprovechados.

¿Generar gas es una opción?

Donde realmente ya no es posible aprovechar un material, se puede deshidratar, triturar y compactar, para que ocupe un lugar mínimo, en caso de que no se pueda incinerar para generar energía con gas. Hay ciudades que tienen plantas de incineración de residuos en el centro de la ciudad, sin impacto. Pero eso, a largo plazo. A lo primero que debemos llegar es a dar importancia en el plan al aumento de las tasas de reciclaje y de aprovechamiento, con protagonismo de los recicladores.

¿Qué papel juega la gente?

El ciudadano debe ser consciente de su responsabilidad, porque es el que está generando. Debemos empezar a cambiar hábitos de consumo para reducir la generación de residuos y cuando ya sepamos reciclar, debemos estar articulados con el modelo de operación que tendrá la ciudad.

¿Eso es aplicable en Quito?

Reforzar los programas para la formación del ciudadano es el primer paso. Se debe llevar el mensaje a todos los generadores. Hay que entender que las ciudades crecen, tienen economía, tienen movimiento y todos los procesos urbanos generan residuos. Debemos empezar a contener y corregir. Eso se busca en el plan para transitar a una ciudad sostenible. Estamos hablando de una proyección a 10 años.

¿Cuán costoso es el manejo de los desechos en Quito?

La corrección de los problemas ambientales que generan los residuos es costosa. No es que aquí cueste más que en Lima o Bogotá. En los estudios que hemos hecho en los escenarios internacionales, vemos que las tecnologías son las que se vuelven costosas cuando no van ligadas a enfoques de sostenibilidad. Cuando tengo muchos residuos que debo llevar al relleno va a ser costoso porque depende de la logística, transporte, pago de conductores, mantenimiento, combustible. Se vuelve un círculo vicioso de generador de impactos. Por eso, en la formulación de estos planes hay que plantear un modelo de gestión amigable y que las variables en costos sean controladas.

¿Tratar la basura puede generar ganancias?

Eso no es tan cierto como muchos de forma ligera lo dicen, personas inescrupulosas, vendedores de tecnologías… tratan de engañar a las administraciones públicas. Los residuos se pueden aprovechar, valorar y algunas veces encontrarles una sostenibilidad económica, pero eso depende de que la ciudad participe, separe, haya procesos eficientes de recolección y clasificación y con mercados amplios y accesibles. También se puede generar energía con cierto tipo de residuos, pero eso no alcanza normalmente para sostener financieramente una planta de generación de energía. Siempre las autoridades entran a aportar recursos. No es un negocio, lo que se busca es no dañar al ambiente.

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