Incomodidad en la GGT oficialista

Aunque no participará del paro, sus bases coinciden con varios reclamos opositores
La CGT oficialista vivirá el paro de mañana entre la lealtad a la Casa Rosada y la incomodidad por la presión de sus bases que comparten en buena medida la agenda de reclamos que agitan Hugo Moyano y Pablo Micheli.

La señal más clara en ese sentido la dio el petrolero Alberto Roberti, quien reconoció como genuinos los reclamos del camionero, pero marcó de manera tajante una diferencia de metodología en la forma de llevarlos a cabo. "Nosotros presionamos en las oficinas, mientras que Moyano quiere ganar la calle", destacó.

La postura de la CGT oficialista fue adoptada la semana pasada en una reunión en la UOM, sindicato que conduce Antonio Caló, líder de la central obrera kirchnerista.

Allí se decidió no adherir bajo ninguna circunstancia a la protesta que impulsan la CGT Azopardo y la CTA.

Sin embargo, entre los dirigentes que rodean a Caló admitieron que en sus bases hay incomodidad por la coincidencia con varios de los reclamos del paro de mañana, como el ajuste del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias y las asignaciones familiares.

La mayor apuesta del sindicalismo kirchnerista estará en tratar de garantizar el transporte público. El líder de la Unión Tranviarios Automotor, Roberto Fernández, fue claro: "La UTA no va a adherir, y si no se trabaja en algún caso es porque no estarán dadas las condiciones de seguridad".

Se refirió así a los piquetes que podrían impedir el tránsito vehicular y hasta la circulación de algunas líneas ferroviarias, como anticipó Rubén Sobrero..

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