El director del sanatorio de la Trinidad, Roberto Martingano y director de la prepaga Galeno, Eduardo Cavallo, fueron imputados en la causa que investiga el encubrimiento a los médicos que realizaron la endoscopía donde murió la periodista y legisladora Débora Pérez Volpin.

 

La causa es un desprendimiento del expediente principal, donde el endoscopista Diego Bialolenkier fue condenado a tres años de prisión en suspenso por homicidio culposo, además de ser inhabilitado por siete años para ejercer su profesión, en tanto que la anestesióloga Nélida puente resultó absuelta.

 

La fiscal de instrucción Nancy Olivieri, además de la imputación a los directivos, reclamó varias medidas de prueba para analizar el comportamiento del personal de la Clínica después del fallecimiento de Volpin. También está imputada por falso testimonio una médica que estuvo en el quirófano durante la endoscopía.

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Existen fuertes sospechas de que el instrumental médico con el que había sido operada Pérez Volpin fue reemplazado inmediatamente después de la muerte de la legisladora. El endoscopio que fue secuestrado no funcionaba y era mucho más viejo que el resto del instrumental de la clínica.

 

"Desde el primer momento sostuvimos que este equipo no se había utilizado el día de la endoscopía, porque es un equipo viejo, vetusto, que no tiene nada que ver con la tecnología de los demás que tiene la clínica. Éste no graba, y siempre especulamos que no conocíamos el equipo verdadero para que no pudiéramos ver las imágenes del momento en que se realizó la lesión al esófago de Débora", había declarado Diego Pirotta, el abogado de la familia de Pérez Volpin.