Es decir, que la basura que importamos no necesita ese certificado que emitía el país de origen y que garantizaba que no entraran desechos peligrosos.

A24.com se propuso contestar algunas preguntas sobre este polémico decreto y para ello contactó a funcionarios, ambientalistas y cartoneros

¿Para qué importamos basura? En realidad son desechos reciclados que demandan ciertas áreas de la industria para funcionar. Por ejemplo, las automotrices necesitan viruta de aluminio o caucho granulado para su proceso de elaboración.

¿Qué cambia ahora con estas modificaciones que salieron por decreto? Según explicó Juan Trebino, Subsecretario de Fiscalización y Recomposición de la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación "ningún país del mundo emitía ese certificado de inocuidad. ¿Por qué? Porque todo desecho genera algo, nadie va a decir que algo es inocuo. Lo que emitían era un certificado de no peligrosidad según la normativa del país de origen y se tomaba ese certificado como válido".

Según el funcionario, todos los insumos reciclados que ingresen a partir de ahora, más allá de tener una finalidad y demanda específica, deberán cumplir con una nueva reglamentación que va a elaborar en conjunto la secretaría de Ambiente y el ministerio de Producción. Cada corriente de desechos tendrá su propio protocolo que será controlado al llegar al país y, si no se cumple, el material será devuelto al país de origen y se iniciará un sumario.

"Sigue terminantemente prohibido el ingreso de residuos a la Argentina. No nos vamos a convertir en importadores de basura", recalcó Trebino.

Este es un punto de polémica clave en esta discusión.

Para el abogado ambientalista Enrique Viale, estos cambios que impuso Macri son una flexibilización para el ingreso de basura a nuestro país e incluso teme que, eventualmente, nos convirtamos en un depósito de algo más que residuos para la industria.

"Esto abre una caja de Pandora. Se flexibiliza el ingreso de residuos a nuestro país, eso es un dato objetivo. A principio de año, China prohibió el ingreso de reciclables a su país y ahora Estados Unidos está buscando nuevos mercados porque no saben qué hacer con su basura", opinó Viale, quien considera la medida como un retroceso para la legislación ambiental de nuestro país.

"Aún si no ingresa un milímetro cúbico más de basura que hasta ahora, me parece un disparate imaginar que llegue un barco lleno de residuos. Tenemos 5.000 basurales a cielo abierto, producimos 40.000 toneladas de basura por mes en el país y de eso el 40% podría ser reciclado. Con toda la furia se llega al 20%", agregó el experto.

¿Puede la industria obtener estos reciclables que necesita de nuestra propia producción de basura? Sí y no. Por un lado no es que no exista esa materia prima disponible, pero no alcanza lo que se procesa para satisfacer la demanda.

"Tenemos que ir hacia un camino de ir sustituyendo estos ingresos (de residuos) para darle valor acá", aseguró Trebino. El funcionario cree que un paso esencial en este sentido es que el Congreso trate y apruebe la ley de Responsabilidad del Productor, que prevé que quien genera residuos pueda también participar en el proceso de procesarlos una vez desechados. Por ejemplo, que las empresas que producen electrodomésticos también den una solución sobre qué hacer con ellos cuando dejan de funcionar.

Los cartoneros, por último, son un eslabón clave en el proceso de reciclaje y este decreto disparó sus alarmas. Lo que teme la Federación de Cartoneros es que se incremente la importación de basura (a pesar de que el Gobierno desmintió esta versión) y, por lo tanto, se desvalorice la producción local.

"Si la industria necesita más material reciclable hay que mejorar la gestión interna de residuos para recuperar todo lo que falta. La mayoría termina en el mar, en arroyos, en basurales a cielo abierto, en quemas. Tendría que haber un apoyo del Estado y un reconocimiento de la actividad del cartonero para hacerlo mejor" indicó Alejandro Valiente, técnico de la Federación Argentina de Cartoneros Carreros y Recicladores.

"¿No podemos gestionar bien nuestros propios residuos y vamos a recibir lo de los demás? Es un delirio", remarcó Valiente.