Impacta pandemia a mujeres trabajadoras… pero otras ya habían ganado terreno

Impacta pandemia a mujeres trabajadoras… pero otras ya habían ganado terreno

Las mujeres han ido conquistando poco a poco una mayor participación y ahora ocupan posiciones que hace algunas décadas parecían imposibles.

La crisis económica que generó la pandemia de COVID-19 en México y el mundo ha puesto en riesgo millones de puestos de trabajo. El freno de la actividad económica y el encierro de millones de personas es una de las principales causantes de esta situación en la que la mujer ha resultado más afectada que el hombre.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la población de 15 años o más con alguna ocupación bajó 5.6% entre enero de 2020 y el mismo mes pero de 2021; sin embargo, al hacer una diferencia por género, encontramos que la población ocupada por los hombres disminuyó 3.18%, y la de las mujeres, 8.49%.

“La crisis sanitaria en el empleo afectó sobre todo a los grupos vulnerables, profundizando la desigualdad en el mercado laboral. Las mujeres han sido más afectadas por la pérdida de empleo y la caída en la participación laboral”, señalaron Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), y Vinícius Pinherio, director regional de la Organización Internacional del Trabajo para América Latina y el Caribe (OIT), durante la presentación en noviembre del año pasado del documento Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe. La dinámica laboral en una crisis de características inéditas.

El documento detalla que los grupos más afectados han sido los que, por el tipo de trabajo que desempeñan, no pueden realizarse en casa, y destaca que las mujeres, además de sufrir caídas en el empleo, tuvieron que retirarse del mercado laboral para realizar tareas de cuidado y del hogar.

Otro documento de la OIT, titulado México y la crisis de COVID-19 en el mundo del trabajo: respuestas y desafíos, el organismo internacional advierte que más del 50% del empleo de las mujeres está en riesgo, con lo que se agudizarían las brechas ya existentes.

Y es que la pandemia de COVID-19, al menos en México, representó un freno a una tendencia de mayor participación de la mujer en el mercado laboral. Entre el cierre del cuarto trimestre de 2005 y el de 2019, la cantidad de mujeres ocupadas aumentó 38.83% al pasar de 15 millones 870,315 a 22 millones 032,255, en tanto que el aumento de los hombres con alguna ocupación fue de 24.66%.

No obstante, antes de la pandemia las mujeres representaban 39% de la población que trabaja en el país, y los sectores económicos con mayor representación femenina eran los de restaurantes y servicios de alojamiento, en los que 59% de los trabajadores era mujer, y los servicios sociales, con 65% de personal femenino.

En cuanto al salario de los trabajadores formales de México, se detectó que lo que ganan los hombres es 1.15 veces mayor a lo reportado para las mujeres, de acuerdo con el estudio Las mujeres en el mercado laboral mexicano, presentado el 6 de marzo pasado por la organización México, ¿cómo vamos?

 

A pesar de este panorama, las mujeres han ido conquistando poco a poco una mayor participación y ahora ocupan posiciones que hace algunas décadas parecían imposibles.

Cada vez es más común ver que desaparecen esos puestos exclusivos para hombres, que antes nadie cuestionaba. La realidad y el avance de las mujeres ha hecho que los anuncios de vacantes en los que se busca “personal, sexo indistinto” cada vez sean más y por ende se vean menos aquellos que solicitan “personal masculino”. Para muestra, estos seis botones de mujeres que han abierto brecha.

De que se puede, se puede

Perla Felipe lleva cuatro años de montacarguista en Solistica, una empresa de soluciones logísticas con presencia en México, Costa Rica, Panamá, Colombia, Brasil y Estados Unidos. Ella aplicó para el puesto a pesar de que vio que para ocuparlo se anotaban puros hombres.

“Al principio me costó mucho trabajo, me decían no vas a poder, es muy pesado, y yo dije sí se puede, les voy a demostrar que sí se puede”, recordó Perla, quien tomó un curso de un mes para obtener la posición que ahora ocupa.

En su lugar de trabajo ella es la única mujer que opera un montacargas: “A veces te sientes un poco intimidada, pero ya después se te pasa”, comentó. La empresa le permite flexibilidad de horario para poder estudiar en la universidad la carrera de Administración de Empresas.

Liliana González tiene 29 años. También es montacarguista, pero en OXXO, y estudia también Administración de Empresas. Tiene tres hijos. Ella entró al grupo como auxiliar, pero al poco tiempo le ofrecieron postularse para un puesto de montacarguista que había quedado vacante.

“Me llamaron de acá de recursos humanos y me dijeron pues la buena noticia de que ya me iban a dar el puesto. Me dice la encargada de recursos humanos, me dice: ¿Sabías que eres la primera mujer montacarguista?”, recordó. Ya con tres años en esta actividad, Liliana recomendó a las mujeres perder el miedo y no hacer caso a los comentarios negativos.

Josselyn Martínez tiene 22 años, estudia contabilidad y trabaja. Hace tres años, luego de laborar en una fábrica, encontró empleo como encargada de turno en una estación de OXXO GAS, de la cual ahora es líder. 

“Muchos amigos me dicen que cómo es posible que a lo mejor una mujer esté en este ramo, porque piensan que simplemente es para un hombre, que es trabajo de un hombre, y se sorprenden y a la vez están felices de que una mujer pueda ocupar este puesto”, reconoció, pero la realidad es que ella está feliz en su trabajo.

La inclusión de mujeres en este tipo de puestos requiere no sólo del esfuerzo de ellas, sino del acompañamiento de la empresa, puesto que deben enfrentar muchos prejuicios.

Alessandra Carrascoza, gerente de Inclusión y Diversidad en FEMSA, explicó que la estrategia para lograr un entorno equitativo y con paridad de género consta de tres pilares fundamentales: asegurar que el entorno sea inclusivo (es decir, que contemple todas las diversidades), impulsar la empleabilidad de los grupos que demográficamente son minoría e igualdad de género.

“Lo que se busca es promover la paridad y la igualdad de acceso a hombres y mujeres: acceso a llegar a la organización y a seguir creciendo y desarrollándose. Ésa es una prioridad declarada para FEMSA y sus unidades de negocio bajo el concepto de que tenemos que arreglar los sistemas y no las diversidades”, explicó.

Así pues, Carolina García, madre de cinco hijos y con 54 años, es desde hace tres años operadora de tráiler en Solistica. Lo que hace le gusta, se dice orgullosa de su trabajo y de abrir la puerta a más mujeres. 

“Al inicio no es fácil, hay trabajos que no son muy comunes para nosotras las mujeres y hay de todo, hay aplausos… Creo que la decisión la toma una, es muy importante decir: yo puedo”, afirmó quien antes de entrar a la empresa había sido taxista.

Ella quiere derribar el mito de que su trabajo requiere la fuerza de un hombre, por lo que las mujeres tienen todo lo necesario para llevarlo a cabo. De hecho, recordó que en algunas ocasiones cuando llega gente externa a su lugar de trabajo la confunden con personal del aseo y luego se sorprenden al saber que es operadora de tráiler. 

“El hecho de que tengamos diversidad no termina la labor de hacer que los entornos sean inclusivos. Contar con una mujer en una posición que suele ser ocupada por hombres es un hecho de impacto, pero la jornada no termina. Garantizar que el entorno sea inclusivo es el ‘doble clic’. Entonces ya pasó de contar cuántos hombres y cuántas mujeres hay, a cuidar cómo desarrollar tanto a hombres como mujeres, cómo se les paga, cómo se les retiene, atrae, promueve, cómo se reconocen para garantizar que sea un proceso continuo y sostenible principalmente”, mencionó Carrascoza al hacer referencia al trabajo que se hace de acompañamiento en casos como los de Perla, Josselyn y Carolina.

Llegar y crecer

La planta de Coca-Cola de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, es considerada la más eficiente a nivel mundial, pues solo se utilizan 1.18 litros de agua para producir un litro de bebida.

Este logro se debe, en buena medida, al trabajo de Guadalupe Camacho, coordinadora de producción en Coca-Cola FEMSA, quien tiene 23 años en la compañía e inició como técnico de aguas residuales, donde fue la primera mujer en el área. Con el tiempo fue ascendiendo en la empresa, la mayoría de las veces siendo la primera mujer. 

“En Coca-Cola FEMSA la inclusión es fundamental para mi empoderamiento como mujer, me facilita desarrollarme de manera profesional”, comentó.

La carrera de Guadalupe ha estado llena de ascensos y promociones que buscó y en los que la condición de género no representó una limitante. 

“La única manera de hacer que tu trabajo se convierta en algo genial es amar lo que haces, capacitarte día  a día y demostrar con pasión lo que te gusta alcanzando tus retos y superándolos, que las personas que están trabajando contigo sepan que son capaces  de lograr juntas lo que sueñan, existiendo la confianza de que juntas son mejores que separadas, y nosotras como mujeres tenemos la capacidad  de realizar lo que visionamos y soñamos. Al final celebramos nuestras victorias”, afirmó.

Para llevar a cabo estos esfuerzos de inclusión se requiere también intervenir con los hombres para hacer frente a los prejuicios. Carrascoza comentó que cuentan con una metodología con tres aristas fundamentales que tiene como objetivo llevar a la gente a ser intencional e individualmente más inclusiva: la primera es cómo entender y manejar los sesgos de cada persona, es decir, los prejuicios, a fin de que las creencias personales no sean una barrera; la segunda es hacer conciencia de las posiciones de privilegio que se ocupan y rendir cuentas de ello, y la tercera arista es actuar de manera intencionalmente empática.

“Y también tengo que garantizar un movimiento de afuera hacia adentro, que es garantizar que las personas tengan los canales adecuados, las herramientas y los procesos bien armados y desarrollados de cómo deben levantar la mano cuando algo que no está bien pasa”, añadió.

Políticas y estrategias de este tipo han permitido casos como el de Jessica Ponce de León, quien es directora global de Soluciones de Transporte de Solista. Dentro de sus responsabilidades está ser la encargada de la operación de la flota de vehículos de esta empresa de logística que está en México, Centroamérica y Colombia, entre otras funciones.

Antes de llegar a ese cargo, Jessica pasó por diversas posiciones operativas en FEMSA en las que su labor estaba orientada a la distribución y planeación estratégica, siempre formando parte de equipos conformados en su totalidad o mayoritariamente por hombres.

“Sí hay un sesgo en las organizaciones que nosotros mismos creamos y en algunos momentos te toca como demostrar más o entregar más. La verdad en toda mi carrera he tenido una ventaja, y es que he tenido jefes que fomentan muchísimo la diversidad y la inclusión”, reconoció.

No obstante, a la hora de desempeñar sus funciones, se ha topado con que los prejuicios se encuentran en muchos lados. “Ha habido algunos clientes donde al llegar no se dirigen a mí, o sea, le contestan a mi compañero y no necesariamente a mí. Creo que ese tipo de cosas sí llegan a ser comunes en algunos sectores en particular, pero es parte de este proceso de entender que pues jugamos un rol en diferentes momentos del tiempo y que las mujeres también tenemos esos roles”, añadió.

Los casos de Perla, Liliana, Josselyn, Carolina, Guadalupe y Jessica pueden existir y calificarse de historias de éxito porque detrás de ellas hay esfuerzos por promover la diversidad y combatir los prejuicios. 

“Es una combinación de intervenciones estratégicas donde yo voy a atender a la diversidad, es decir, garantizar que las diversidades estén, puedan llegar y puedan seguir moviéndose adelante, y cómo voy a garantizar el entorno inclusivo para que esas diversidades puedan pasar por entre los cargos y las posiciones de manera equitativa, es decir, con equidad de acceso, con equidad de posibilidad”, concluyó Carrascoza.

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