Ignacio Hurban: "me parece maravilloso esto que estoy viviendo"

Habló junto a su abuela Estela de Carlotto, bromeó sobre la familia numerosa que lo quiere abrazar y aseguró que admiró siempre a las Abuelas. Ignacio Guido, Pacho: "Hace dos días sé quién soy o quién no era".

 

Ignacio se ve sereno y alegre. Reconoce el shock que cualquiera podría tener ante la inmensa noticia de ser nieto recuperado y nieto de Estela Carlotto, pero al mismo tiempo admite que tiene una gran alegría por esta "numerosa" nueva familia. "Para mi es raro, me crié solo en el campo...", dice, sonríe y despierta risas entre la gran cantidad de periodistas que lo escucharon en la sede de Abuelas.

El músico olavarriense, hoy nieto número 114, ofreció una conferencia junto a Estela de Carlotto, en la que estuvieron presentes medios naciones y también estuvo EL POPULAR como único medio local. Allí reconoció que se siente más cómodo cuando lo llaman Ignacio, aunque entiende que las Abuelas buscaban a "Guido". Habló del shock que le genera su nueva identidad, valoró el trabajo de Abuelas e instó a quienes tienen dudas a realizarse los análisis de ADN.

"Estoy conmocionado, hace muy poco que me pasó esto. Me parece maravilloso. Espero que esta situación que me pasó a mí sirva para esta búsqueda", relató.

Ignacio explicó que tenía "ruidos en la cabeza" que lo llevaron a "dudar y pensar" acerca de su identidad. Y que todo sucedió el día que él creía era su cumpleaños, el 2 de junio. "Ahí supe que no era hijo biológico. Fue una serie de azares y circunstancias que signan toda búsqueda. Depende de gente que no se muere... o que se muere y ahí uno empieza a preguntarse más", dijo, sembrando dudas sobre si se refería a quien supuestamente lo entregó, un productor agropecuario local que falleció hace pocos meses.

De todas formas, Ignacio eligió -como su abuela- el camino de la serenidad, de no hablar desde el rencor a pesar de ser víctima de las peores atrocidades. No dijo cómo llegó a Olavarría, pero sí aseguró que "me crié con el mayor de los amores".  

Y, como desde el primer momento se habló bien de su familia adoptiva, hoy Ignacio remarcó que "tuve una vida extraordinariamente feliz. Evidentemente hay una memoria genética y energía que trabaja todo y me trajo hasta acá, lugar de donde quizás no me debería haber ido. Yo me crié en un lugar que nada tenía que ver con el arte, pero esa es vida me ha ayudado a crecer y a tomar este momento con mayor disfrute".

Ignacio no dejó de responder las preguntas de los periodistas nacionales e internacionales que llegaron para cubrir semejante noticia. El, que nació en la oscuridad pero creció en medio de la tranquilidad del campo y la ciudad pequeña, se convirtió de golpe en la noticia que el mundo mira: "Yo sé que queriendo o no voy a entrar en la historia, es un peso que debo procesar. Esto es una pequeña victoria en una gran derrota que nos han causado".

"El miedo que tenía no era saber quiénes eran mis padres sino no poder dar nunca con quiénes habían sido mis padres". Las primeras dudas fueron en San Fernando, mientras tocaba en 2010 en Música por la Identidad: "Luego de cada jornada teníamos charlas, encuentros con nietos y luego de esa semana lo pude verbalizar, plantarme hacia adentro esa duda". De hecho, cuando surgió la posibilidad de ser nieto, Ignacio supo que podría ser el nieto de Estela. Y cuando lo supo fue un día que "estaba tocando el piano lo más tranquilo y de golpe me llaman para decirme la noticia. Hablé con uno, hablé con otro...gritos, llanto. Corté. Llamé a un amigo, a otro y a partir de ahí estoy arriba de un auto". Las risas no demoraron, nuevamente, en escucharse, como si Ignacio hablara de una historia ajena. Que hoy le es propia.

Por eso, y tras destacar a la presidente Cristina Fernández (con quien cenó anoche), porque la decisión política genera estas realidades, el músico olavarriense invitó a aquellos que tengan dudas sobre su identidad a presentarse en Abuelas. "Es algo muy necesario no sólo para recuperar la identidad individual sino para construir la memoria colectiva y poder cicatrizar".

No sabe qué será de su vida a partir de ahora. Demasiado pronto para planificar cuando todo la vida arrasa y obliga a barajar y dar de nuevo. Solo sabe que "uno debe trabajar con los elementos que tenga a mano por un mundo mejor. Los ideales de mis padres deben estar en algún lado mío. Si no estuvieran yo que fui joven en los ´90 hubiera hecho otra cosa. Pero terminé haciendo lo que hago: ser artista es tener compromiso, mi carrera artística también ha sido producto de esto", dice con firmeza serena, con una alegría que lo empuja a sonreir mientras acepta una foto pegando su cara a la de la abuela Estela y se prepara para ver a la abuela Hortensia y hablar seguramente del gran parecido con su padre. Ignacio, Guido, Pacho... hoy disfruta. Y su alegría compartida con su esposa Celeste es alegria de los tantos conocidos y amigos que tiene y de los miles y miles que sin saber nada de él, celebran, festejan, agradecen y sonrien. Como él.

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