Hacienda recauda este año 363 millones en Vigo, tanto como en la prepandemia

Hacienda recauda este año 363 millones en Vigo, tanto como en la prepandemia

Aumento simbólico de los ingresos fiscales durante la tercera ola del covid respecto a enero-marzo del 2020. El profesor Alberto Vaquero indica en un artículo que ya se ve la luz del túnel.

A pesar del parón de la pandemia, las arcas de Hacienda no han perdido dinero en Vigo entre enero y marzo de este año. En el primer trimestre, marcado por la tercera ola del covid, la agencia tributaria (AEAT) ha logrado recaudar 230.000 euros más en impuestos que en el mismo período del 2020, justo antes de que empezase la pandemia y cuando aún se vivía del tirón de las luces led de la Navidad de Vigo. En aquellos tres meses, previos a la declaración del estado de alarma por el covid, la agencia tributaria recaudó 363,24 millones de euros. Un año después, Hacienda ha llenado sus arcas un poco más, con 363,47 millones, a pesar de que el sector servicios estuvo lastrado por la losa de unas Navidades a medio gas, los cierres perimetrales y las restricciones a la hostelería por covid.

La subida recaudatoria es de un 0,1 %, casi simbólica, pero en este primer trimestre del 2021 solo Vigo y Lugo han mejorado sus cifras de la prepandemia en Galicia.

¿Cómo es posible que en un trimestre con los bares, discotecas y hoteles cerrados, con 2.000 parados más y con el comercio abierto solo hasta las seis de la tarde, Hacienda lograse recaudar más impuestos que hace un año, cuando aún se vivía del bum del millón de luces led? La explicación emerge de las propias estadísticas de Hacienda: lo que no recaudó en impuestos a los beneficios de las empresas lo compensó con mejores números en los impuestos al asalariado y a la rentista (IRPF) y al consumidor (IVA).

En el primer trimestre del 2020, Hacienda obtuvo 146,3 millones en impuestos por los ingresos generados por el trabajo y, un año después, generó 156, casi diez millones más. Y eso a pesar de que había casi 2.000 parados más que antes de la pandemia, sin contar los trabajadores de la hostelería que estaban en ERTE. Todo apunta a una mayor presión fiscal en los salarios y las rentas.

 

Hay otra subida en los impuestos en el consumo, el IVA que los ciudadanos pagan por una barra de pan o un coche. Entre enero y marzo del 2020, Hacienda recaudó en Vigo 240,4 millones por este concepto del IVA. Un año después, lo mejoró hasta 250,9 millones. Son diez millones más. También ganó 4,8 millones más en impuestos especiales (gasolina, tabaco)

¿Desvelan estas cifras que Vigo va mejor que antes de la pandemia o que hay una mayor presión fiscal para compensar la pérdida de ingresos de las empresas?

 MIGUEL VILLAR ¿Recuperación económica o efecto de una subida impositiva? 

Cuando se analizan las cifras de recaudación fiscal y se constata un incremento de los ingresos, se tiende a pensar que este resultado puede ser consecuencia de dos efectos. Por una parte, un incremento de la exigencia fiscal. Por otra parte, una mejor marcha de la economía. Por separado o conjuntamente, esto incidirá en un notable aumento de la recaudación tributaria en los tres principales impuestos del Sistema Fiscal Español: el Impuesto sobre la Renta de la Personas Físicas (IRPF), el Impuesto sobre el Valor añadido (IVA) y el Impuesto sobre Sociedades (IS).

Las estadísticas fiscales muestran que la recaudación tributaria en Vigo recoge un significativo aumento si comparamos las cifras entre el primer trimestre de 2021 y 2020. Para poder determinar si este aumento se debe a la primera o la segunda de las razones esgrimidas, es necesario establecer si las modificaciones fiscales introducidas desde el 1 de enero de este año pueden haber tenido repercusión en los ingresos generados.

 

En efecto, para el ejercicio fiscal 2021 el Gobierno de España aprobó una serie de cambios fiscales, pero de reducida intensidad. De hecho, seguimos pendientes, desde hace varias décadas de una verdadera reforma fiscal, que de forma rigurosa plantee un sistema fiscal moderno y más justo, basado en un amplio conjunto de indicadores como presión fiscal, esfuerzo fiscal o progresividad impositiva. Lo que se aplica desde el comienzo de este año, permítame la licencia, es una tímida modificación impositiva que no contenta a nadie.

La mayor parte de los cambios fiscales se centran en la tributación indirecta, puesto que la directa, esto es, lo que afecta al IRPF y al IS es muy limitado, salvo que el contribuyente obtenga una renta elevada o goce de un alto patrimonio. Por lo tanto, la subida fiscal por la vía directa se concentraría en las grandes empresas y en aquellas personas físicas con renta y patrimonio elevado.

 

En consecuencia, y si nos centramos en el IRPF, ni las pymes, autónomos ni los trabajadores por cuenta ajena se verán afectados por la subida fiscal, salvo que obtengan una renta general superior a los 300.000 euros, puesto que el tipo marginal pasa del 45 al 47 %, y este efecto ya se nota en la actualización de las retenciones de las rentas del trabajo.

En el ahorro ocurre algo similar, el tipo marginal más alto pasa del 23 al 25 %, pero este efecto no se verá hasta más adelante, ya que la retención sigue siendo del 19 %. En el sistema de módulos (estimación objetiva del IRPF) no hay cambios en los límites que impliquen la necesidad de fiscalizar la rentas en estimación directa normal o simplificada (que suele traducirse en una mayor cuota a pagar). Finalmente, la disminución de la reducción fiscal de los 8.000 a los 2.000 euros sobre las aportaciones a planes y fondos de pensiones no se notará hasta que se haga la renta del 2021 (en el 2022). Por lo tanto, no parece que los cambios fiscales sean la causa del incremento de recaudación en el IRPF.

 

Por lo que respecta a la imposición societaria, en el IS se introducen cambios en la deducibilidad de ciertos gastos financieros y se limita la exención por dividendos que pueden generar una mayor cuota tributaria a las empresas. Sin embargo, como se ha planteado un régimen transitorio para estas medidas y como solo serán de aplicación para las que tengan un elevado nivel de facturación, el efecto final será muy limitado.

 

Mayor trascendencia fiscal, pero de forma muy localizada, tendrán el Impuesto sobre Transacciones Financieras, algunas subidas en la fiscalidad verde y sobre las primas de seguros (que pasan del 6 al 8 %). En relación al IVA, las bebidas azucaradas pasarán a tributar al 21 %.

 

Luz al final del túnel

Señalado el panorama fiscal anterior, la conclusión es que para 2021 parece constatarse una tenue subida de impuestos y, en consecuencia, el aumento de la recaudación parece responder más a la recuperación económica. Como explicamos a nuestro alumnado en la Universidad de Vigo, si la economía va bien, se recauda más; en caso contrario, la recaudación se reduce, salvo que se toquen los tipos, reducciones, deducciones y bonificaciones, pero esto no parece haberse producido.

 

Por lo tanto, al igual que sucede con otros indicadores que tienen un comportamiento cíclico, parece que comienza a verse la luz al final del túnel, a tenor de los resultados de la recaudación fiscal. Eso sí, habrá que estar muy atento a ver si se consolida esta tendencia en Vigo. Esperemos que sea así.

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